¿POR QUÉ NO DAN LA BATALLA
CULTURAL EN OBERÁ?
El francés Guy Sorman, una “Biblia” del
liberalismo global, dijo que “Muchos opositores no hacen una oposición”. El
vergonzante comicio en la CELO demostró que en Oberá pasa eso: hay muchos
opositores a la renovación pero no hay una oposición estructurada, con líderes
locales que tengan estrategia comunicacional y obliguen a Hassan a salir de su
zona de confort, que no vivan del estado rovirista y que despabilen a los miles
que se quejan pero que no protestan.
En Oberá un opositor que se tome su papel
en serio, al final del día lo único que va a encontrar es una angustiante
soledad.
El gran interrogante es si la sociedad
obereña está en condiciones de hacerle ganar las elecciones a un opositor cuando
es el poder local el que está en juego. Porque ¿cuántos obereños viven del
estado rovirista?
El poco peronismo que queda vive el duelo
de padecer un antikirchnerismo irreversible. Los muchachos no aspiran a oponerse
a Rovira sino a que los vuelvan a llamar desde Posadas.
Los libertarios no pueden hacer otra cosa
que esperar a que un día, entre los intereses de Javier Milei, figure el de oponerse
a los de Rovira. Por ahora son libertarios-feudales, primeros y eufóricos en los
comicios nacionales y segundos y calmos en los comicios locales.
Los radicales, presos de la polarización nacional
y de tantos errores acumulados, corren el riesgo de convertirse en una ONG.
La izquierda obereña no tiene chances en
una provincia políticamente daltónica.
“Cacho” Bárbaro es un imán para los
colonos pero un repelente para los citadinos.
El PRO tiene tres estupendos concejales
como Mara Frontini, Adriana Kosnicki y Aníbal Ramírez. Pero hay dos yacarés con
sus bocas abiertas para comérselos: uno, el fenómeno Milei que ocupa el rol que
tenía el PRO. El otro, la vanidad que les impidió juntarse.
Los renovadores tienen internas pero un factor
aglutinante: el poder de la “caja”.
Hassan
juega solo y en 2027, si Milei no va contra Rovira, su reelección será un
trámite.
Una oposición competitiva debería refutar
la propaganda renovadora. A Hassan no debería salirle gratis el callarse la boca.
Se precisan opositores con un proyecto de
ciudad, sin intenciones de entrar en “roscas” con el oficialismo, y que sean
electos por un pueblo ansioso de que la libertad que piden para el país llegue
al feudo en el que viven.
Quizás estemos pidiendo mucho.
Quizás Oberá no tenga tanto para ofrecer.
Walter
Anestiades

No hay comentarios:
Publicar un comentario