sábado, 1 de noviembre de 2025

 

¿POR QUÉ NO DAN LA BATALLA

           CULTURAL EN OBERÁ?

 


     El francés Guy Sorman, una “Biblia” del liberalismo global, dijo que “Muchos opositores no hacen una oposición”. El vergonzante comicio en la CELO demostró que en Oberá pasa eso: hay muchos opositores a la renovación pero no hay una oposición estructurada, con líderes locales que tengan estrategia comunicacional y obliguen a Hassan a salir de su zona de confort, que no vivan del estado rovirista y que despabilen a los miles que se quejan pero que no protestan.

      En Oberá un opositor que se tome su papel en serio, al final del día lo único que va a encontrar es una angustiante soledad.

     El gran interrogante es si la sociedad obereña está en condiciones de hacerle ganar las elecciones a un opositor cuando es el poder local el que está en juego. Porque ¿cuántos obereños viven del estado rovirista?

    El poco peronismo que queda vive el duelo de padecer un antikirchnerismo irreversible. Los muchachos no aspiran a oponerse a Rovira sino a que los vuelvan a llamar desde Posadas.

    Los libertarios no pueden hacer otra cosa que esperar a que un día, entre los intereses de Javier Milei, figure el de oponerse a los de Rovira. Por ahora son libertarios-feudales, primeros y eufóricos en los comicios nacionales y segundos y calmos en los comicios locales.

    Los radicales, presos de la polarización nacional y de tantos errores acumulados, corren el riesgo de convertirse en una ONG.

     La izquierda obereña no tiene chances en una provincia políticamente daltónica.

     “Cacho” Bárbaro es un imán para los colonos pero un repelente para los citadinos.

     El PRO tiene tres estupendos concejales como Mara Frontini, Adriana Kosnicki y Aníbal Ramírez. Pero hay dos yacarés con sus bocas abiertas para comérselos: uno, el fenómeno Milei que ocupa el rol que tenía el PRO. El otro, la vanidad que les impidió juntarse.

    Los renovadores tienen internas pero un factor aglutinante: el poder de la “caja”.

     Hassan juega solo y en 2027, si Milei no va contra Rovira, su reelección será un trámite.  

     Una oposición competitiva debería refutar la propaganda renovadora. A Hassan no debería salirle gratis el callarse la boca.

      Se precisan opositores con un proyecto de ciudad, sin intenciones de entrar en “roscas” con el oficialismo, y que sean electos por un pueblo ansioso de que la libertad que piden para el país llegue al feudo en el que viven.

     Quizás estemos pidiendo mucho.

    Quizás Oberá no tenga tanto para ofrecer.

 

Walter Anestiades

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