lunes, 20 de junio de 2011

"QUE PAREZCA UN ACCIDENTE"

Esa era una de las consignas que Vito Corleone, "El Padrino", daba a sus sicarios en la gran obra literaria de Mario Puzo. Obra que Hollywood se encargaría de inmortalizar con el film de 1972 a través de la genial interpretación de Marlon Brando.
Si el incendio que se llevó puesto al edificio de la Municipalidad de Oberá hace dos años fue un lamentable accidente, no lo parece. Es más. Parece otra cosa.
Breve racconto de los hechos.
Ciudad de Oberá, Misiones. Año 2009. Es una fría noche de un viernes 19 de junio que busca entregarle la posta al sábado que será el Día de la Bandera Nacional Argentina. Son la una de la mañana y algo llama la atención de un sereno del lugar. Del edificio que es sede de la Municipalidad, ubicado en la calle Jujuy 55 en pleno centro de la ciudad, parece salir humo.
Los bomberos, cuyo cuartel está ubicado en forma contigua a la sede municipal, entran y revisan. Constatan que hay humo. No constatan más nada. Se van. Nadie queda de guardia. Por precaución. Por el humo que había. Que no era de un par de tipos fumando cigarrillos. Súbitamente, alrededor de las cuatro y media, tres horas después de haber revisado (?), Hefesto (el dios del fuego en la mitología griega) se hace amo y señor de buena parte del edificio. Los bomberos vuelven. Ya es tarde. Intentan enfrentar a Hefesto pero ni siquiera pueden encontrar la boca de expendio de agua. Al otro día, el jefe del Cuerpo de Bomberos dirá que estaba tapada con barro. Utilizan agua de una oficina de la empresa "Telecom", adyacente al desdichado edificio de Jujuy 55. Ahora es más tarde aún. A las seis y media, después de dos horas de lucha cuerpo a cuerpo, Hefesto se pasea victorioso sobre el "salón San Martín" y más del ochenta por ciento de lo que había sido, hasta aquél 20 de junio de 2009, un orgullo edilicio de los obereños.

"Fue una maldita cosa rápida", cuentan que dijo el general Wellington después de Waterloo.
Y también fue una cosa muy rápida la vuelta de página que se dió . Incendiada y con todos los interrogantes que se desprenden del más elemental sentido común, la información dada fue hermética y se blindó. En conferencia de prensa (del tipo que nos enseñó la Renovación: ponemicrófonos seleccionados transmitiendo la perorata oficial sin repreguntas ni preguntas "incómodas") el alcalde Rindfleisch se limitó a describir una situación general de la minuciosa crónica de los hechos que debió dar, se lamentó (?), señaló que la empresa aseguradora-Sancor Seguros- hizo el peritaje correspondiente y que todo había sido un lamentable accidente. Agradeció a la aseguradora por "adelantarle" parte del monto del seguro, en un gesto humanitario inédito para una compañíaa de seguros de riesgo. Y enseguidita se empezó a hablar del nuevo edificio a construir. Hasta hoy nadie conoce que dijo la Justicia misionera al respecto. El entonces diputado provincial Orlando Schuster-obereño- presentó un proyecto de Comunicación en el que solicitó que el Poder Ejecutivo provincial, a través del Ministerio de Gobierno, mande en forma "urgente" a la Legislatura un informe detallado del hecho. Nunca le contestaron.
El 14 de septiembre de 2009, tres meses después del incendio, el gobernador Maurice Closs le entregó a Rindfleisch un subsidio por un millón de pesos, gestionado ante Nación, para la construcción de un nuevo edificio municipal. En tiempos de faraones, bienvenidas sean las pirámides. La idea es hacer un nuevo edificio en un terreno céntrico amplísimo cuya superficie abarca la actual municipalidad de la calle Jujuy y la Casa de la Cultura en la esquina de Gobernador Barreyro; el edificio del Concejo Deliberante, la parte trasera de la Municipalidad, y la vieja terminal de ómnibus , y dando la vuelta a la esquina por José Ingenieros hacia el Centro Cívico de la ciudad frente a la Catedral, incluyendo al cuartel de Bomberos y a la Seccional Primera de Policía. El sueño de Keops. Que llevarán a cabo el estudio de arquitectos "Gazzo-Romano" ganador de un concurso hecho el año pasado. La obra tendrá un costo final de diez a veinte millones de pesos. Algo así como unos miles y miles de litros de leche que deberían beber y no beben tantos chicos desnutridos en Misiones.

-¿El principal edificio público de la segunda ciudad misionera carecía de alarmas y sensores, algo que se puede encontrar en un simple local comercial ?
- Si había alarmas y sensores, ¿no funcionaron?
- ¿Que clase de peritaje profesional es aquél en el que se constata que hay humo y todos se mandan a mudar del lugar sin dejar a nadie haciendo guardia?
-¿Cómo es posible que se incendie un edificio que está al lado del cuartel de bomberos y éstos no lleguen a tiempo?
-La boca de expendio de agua, en pleno centro de Oberá, no funcionaba.
-Se quemaron sectores estratégicos como Finanzas.
-La Justicia y la Legislatura, dos poderes del Estado, no abrieron la boca.
-Se montó un operativo mediático para que no se hable más del edificio viejo y se ponga atención en la necesidad de uno nuevo.
-Para completar este episodio casi surrealista en agosto del año pasado se declaró "lugar histórico" al siniestrado edificio de Jujuy 55. Se colocó placa identificatoria de tal distinción, otorgada por la "Junta de estudios históricos de Oberá". Lugar histórico, un sitio que dentro de poco será demolido (?).

"Que parezca un accidente", pedía tácticamente Vito Corleone , "El Padrino".
El incendio de la municipalidad de Oberá parece cualquier cosa.
Menos, un accidente...


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