lunes, 13 de agosto de 2012

                                         LOS CYBERCAGONES



 
     La periodista española Pilar Rahola llamó a ésto "Internet con pasamontañas". Así como hay gente que se pone un pasamontañas para que no se le vea la cara, en internet el pasamontañas es un "nick". Un nombre ficticio, presuntamente ingenioso o directamente usurpado que debe cumplir con una función ineludible: que no se conozca la identidad real de quién escribe. ¿Por qué? De cobarde, nomás.

    Internet es una herramienta que como tal  depende de su uso. Hay quiénes la usan maravillosamente. Y hay quiénes la usan impresentablemente. En el periodismo de hoy en el que los portales de noticias compiten con los diarios de papel-en Argentina sin superarlos-se ha convertido en un ejercicio habitual que al pie de cada artículo publicado o de cada editorial-género de opinión-aparezcan comentarios de distintos lectores. Lectores que en la gran mayoría de los casos usan un "nick", una suerte de apodo virtual. Así aparecen desde "Carlitos69" , "Tocoymevoy", "Pepeargento", "Cecilia_65" hasta "José", "Teresita" y ganzadas por el estilo.

    Lo primero que hay que decir de éstos "opinaitors" es que tienen mucho tiempo. ¿Qué clase de trabajo permite que uno esté pendiente de las actualizaciones de las páginas de los medios de comunicación? Mi viejo era marino y manejaba remolcadores. No lo imagino abandonando un poco el timón del barco para ir a comentar alguna nota bajo el nick de "Popeye". En ésta Argentina se labura cada vez menos.

   Lo segundo que hay que decir de esta caterva moderna es que, salvo contadísimas excepciones, escriben cada pavada que da calambre. Y encima con unos horrores de ortografía que hacen difícil calificar de idioma español a ese dialecto casi propio en el que se expresan. Es rarísimo que aporten algo sustantivo.

    El kirchnerismo tiene un verdadero ejército de cybermilitantes que aparecen para defenestrar cada editorial o noticia que perjudique al gobierno, o sea, cada editorial o noticia que cuente la verdad. No le pidan argumentos .Lo que hacen es descalificar al autor o al medio y no les importa mucho si es a base de puras mentiras .

    En Oberá hay periodistas que usan un nick para volcar su envidia. Ante la inoperancia algunos intentan canalizar escribiendo cualquier canallada el conflicto interno que les provoca carecer de coraje intelectual para encarar su profesión desde un lugar mucho mejor que el de la excesiva reverencia al Poder. Los hay también culposos. Son los que sienten culpa por ser  tibios y no atreverse a lo que otros sí se atreven.

     Es cierto que en los feudos el anonimato suele ser un camino válido para expresar aquello que puede traer problemas si se lo dice con nombre propio. No me refiero a éso. Me refiero a la bosta que se parapetra en algún techo, se calza su pasamontañas, y como francotirador dispara por la espalda. Tipejos  a los que hay que combatir. En lo personal me he ocupado de cada uno de ellos. Los busco, los huelo, los encuentro y, si puedo, me vengo.Hay que correrlos bastante porque son sumamente cobardes. Incapaces de debatir ideas, discuten personas. Sicarios de la política, se los compra tirándoles  huesos con poca carne. Encararlos tiene para ellos, el mismo efecto que la kriptonita en "Súperman". No se bancan el coraje y la inteligencia ajena. precisamente, porque ambas cosas les son ajenas.

   A estar alertas a lo que puede salir de las cloacas virtuales. Los dueños de los portales de noticias deberán entender que una cosa es el libre juego de las opiniones y otra cosa, muy distinta, es permitir difamaciones anónimas. Hay periodistas que en los medios nacionales publican sus editoriales cerrándolas a comentarios precisamente para salvaguardarlos de éstos miserables que demuestran que el subdesarrollo comienza con lo sociocultural.

    El gran Oscar Wilde escribió que "Una máscara nos dice más que una cara". 
    A descubrir máscaras entonces...
   
    

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