domingo, 2 de agosto de 2015

                CENSO DE IDIOTAS
  





     Hemos escrito sobre la génesis de la palabra “idiota”. Los antiguos griegos la usaban para referirse a aquellos que no se preocupaban de los asuntos públicos. En la Argentina actual hay demasiados indiferentes que se resisten a comprender  la influencia que tienen las decisiones políticas en sus vidas. Suelen ser el plato indicado para saciar el apetito electoral de kirchneristas nacionales y renovadores misioneros. Ya que ni siquiera saben que son lo mismo.


      Cada comicio es un censo de “idiotas”. Sabemos cuántos son siempre un día de domingo. Cuando cae la noche. Cada elección es un “deja vu”. Personas que el día anterior comienzan a preguntar “¿qué se vota?”. O incluso el mismo día de la elección interrogan al que lo precede en la cola camino a la urna:”¿quién gana?”.  La excusa ya adquirió las formas de un cliché. “Lo único que sé es que si no trabajo, no como. A mí la política no me interesa. Total, todos roban”.

     Los seres humanos vivimos en sociedad. De modo tal que no solo tenemos una responsabilidad individual sino también una responsabilidad social. Pero, irresponsablemente, los indiferentes constituyen una alianza tácita con los vasallos para superar en número a los ciudadanos. En la Atenas de hace dos mil quinientos años tenían en claro que la participación política era un deber inexcusable. Dos mil quinientos años después, en una Argentina en la que solo ocho presidentes constitucionales pudieron cumplir su mandato desde la primera aplicación de la ley Saénz Peña en 1916, todavía hay que explicarlo. Es más. La obligatoriedad del sufragio impide que concurran a votar solo siete tipos y que entonces un candidato  le gane al otro por cuatro a tres.

     Bien lo definía el estadista Pericles cuatrocientos años antes de Cristo: “El hecho de que no tengas interés en la política no significa que los políticos no tengan interés en ti”. Actores sociales que son incapaces de relacionar la merma en su calidad de vida con la cadena de responsabilidades políticas.

     -¿El salario no te alcanza? Responsabilidad de los administradores del estado que no solo son incapaces de controlar la inflación sino que además manipulan obscenamente el índice que la mide. A esa responsabilidad hay que ponerle nombre y apellido: Cristina Kirchner-que es la presidente-Axel Kicillof-ministro de economía-Norberto Itzcovich-director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)-.

    -¿La inseguridad es tal que se asesinan personas en cualquier momento y lugar y por nada en una acción seguida de impunidad para él o los delincuentes? Responsabilidad otra vez de Cristina Kirchner-la Presidente-de Cecilia Rodríguez-ministro de seguridad, ¿la tenías?-y del gobernador de tu provincia-en Misiones Maurice Closs-, del ministro de gobierno-en Misiones Jorge Franco-y del intendente de tu municipio-en Oberá es Ewaldo Rindfleisch-. La policía y la justicia son herramientas del poder político que debe diseñar políticas de seguridad. Para los indiferentes el máximo responsable es el comisario del pueblo. Son ignorantes cívicos que desconocen que la seguridad es función indelegable del estado y que es, por cierto, un derecho humano.

-¿Te indigna la impunidad de esos funcionarios que se enriquecieron delante de tus ojos y ante la pasividad judicial? El gobierno nacional, por decisión política de la presidente, cooptó jueces y fiscales. El kirchnerismo convirtió al Consejo de la Magistratura en un organismo disciplinador de jueces díscolos y colocó como jefa de los fiscales, en la Procuraduría, a “alguien del palo”. Cada vez que algún juez se decide a investigar al Poder lo corren de una o cuando un fiscal mete la nariz en  asuntos herméticos tenemos la mala suerte de que se suicida una noche antes de exponer lo que averiguó. En Misiones la titular del máximo organismo judicial fue la maestra de Biología y amiga de la mamá de Carlos Rovira. Con esos antecedentes le sobró para llegar al cargo. ¿Por qué pretendés que haya independencia judicial cuando te la pasás votando a los responsables políticos de destruirla?

-¿El nivel de educación de los chicos es cada vez más bajo? Deberías preguntarle por el tema a Cristina Kirchner, a Alberto Sileoni-ministro de educación nacional-al gobernador Closs y a Luis Jacobo-ministro de educación y cultura misionero-. Si vivís en Misiones además deberías interpelar a la todopoderosa dipu-gremialista Stella Maris Leverberg. Una mujer que con el voto de la mayoría fue electa diputada nacional dos veces y se aseguró su futuro económico. El día que se jubile-por haber sido legisladora-percibirá sustanciosos haberes al tiempo que vos docente vas a tener que superar reuma y artrosis para seguir dando clases a cómo dé lugar porque si te jubilás…pobrecita de vos.
-¿Vivís en una de las únicas cuatro provincias argentinas  que en pleno siglo XXI no posee gas natural? Tendrías que preguntarle a Cristina de vuelta (que además podrá hablar por Néstor), a Rovira y a Closs y a la decena de legisladores nacionales misioneros , ¿por qué la llegada del gasoducto siempre ha sido un tema de campaña electoral-incluso de ésta-pero que en todos estos años de promesas no pasó de eso? Podés googlear y enseguidita te aparece el listado de los siete diputados y tres senadores que Misiones tiene en el parlamento nacional.

-¿Tórridos veranos sin agua en una provincia a la que le sobra el recurso?  ¿Falta energía eléctrica y encima vas a tener que prestar tu tierra colorada para que las represas se la manden a las grandes ciudades del país?  Y sí, otra vez Cristina, otra vez Closs.

-¿No tenés cloacas en tu barrio?  ¿El intendente de tu municipio también defecará en letrinas?

     Podríamos seguir pero ya sería ocioso y redundante. Después de todo, textos cómo este son leídos por ciudadanos ya formados como tal o por vasallos asalariados. Los idiotas no leen ni escuchan. Ni en la antigua Grecia de ayer  ni en la atrasada Argentina de hoy. Las sociedades que en el mundo se han desarrollado hasta alcanzar óptimos estándares de calidad de vida son aquellas en la que los ciudadanos, portándose como tales, exigen de sus gobiernos más realidad y menos “relato”. En octubre será peor. Ley de lemas mediante, miles de misioneros les darán su apoyo a oficialistas que ellos creen opositores.

      Lo marcó Chesterton, genial escritor británico que fue un poco del siglo XIX y otro poco del XX: “Todo envejece en mí. Menos mi capacidad para el asombro”. Le pasa a muchos argentinos. Perdieron la capacidad de asombro. Cualquier cosa puede decirse. Cualquier cosa puede suceder. No hay reacción. Y terminamos por profesar la horrible costumbre de acostumbrarnos a cualquier cosa.

     El menemista Daniel Scioli, candidato a presidente de la nación por el kirchnerismo, es el representante perfecto de esa patria “con sabor a nada” en la que habitan los conformistas que tienen al asombro como una nostalgia y cuya esperanza de vida tiene el tamaño de un átomo. Es el candidato de quiénes están y no piensan en irse. Mentirosos escasamente refutados. Scioli es un impresentable gobernador bonaerense (como sabe cualquiera que conozca y recorra el Gran Buenos Aires) que se acomoda a las circunstancias y se maneja como un péndulo. Usufructuará de la tradición bonaerense del último cuarto de siglo  según la cual si el peronismo postula a Homero Simpson el personaje de la serie animada yanqui, será gobernador.  ¿Alguien que llegó a la política de la mano de Menem en los años noventa y ahora en el siglo XXI usa la retórica anti-noventa berreta para hacer campaña ? ¿Inútil y panqueque?  Y si, es el referente ideal para mucha gente, ¿no?

     El domingo 9 de agosto en ese mecanismo de preselección de candidatos que son las P.A.S.O. los que no entienden que las decisiones políticas no les pasan por el costado ni a ellos ni a los suyos, volverán a unirse tácitamente a los vasallos que viven de las migas que sobran del banquete. Para que sigamos, todos, siendo una sociedad calesita. Los griegos clásicos los llamaban “idiotas”. En la Edad Media también era ”idiota” el que no creía en Dios. Pero era cosa no de Dios, mucho más comprensivo, sino de los que dicen llevar su palabra. Luego el término evolucionó hacia la falta de dotes intelectuales en un sentido peyorativo. Nosotros nos quedamos con la acepción de los griegos clásicos: ciudadanos vs idiotas.

     ¿Cuántos argentinos son de esa clase de “idiotas” que esta vez apoyarán a Daniel Scioli y cuándo lo vamos a saber? ¿Cuántos que acudirán al llamado de una “victoria” que será solo para los de siempre?

      Siempre un día de domingo. Cuando cae la noche.



      



    

    


          

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