CENSO DE IDIOTAS
Hemos escrito sobre la génesis de la palabra
“idiota”. Los antiguos griegos la usaban para referirse a aquellos que no se
preocupaban de los asuntos públicos. En la Argentina actual hay demasiados
indiferentes que se resisten a comprender la influencia que tienen las decisiones
políticas en sus vidas. Suelen ser el plato indicado para saciar el apetito
electoral de kirchneristas nacionales y renovadores misioneros. Ya que ni
siquiera saben que son lo mismo.
Cada comicio es un censo de “idiotas”. Sabemos
cuántos son siempre un día de domingo. Cuando cae la noche. Cada elección es un
“deja vu”. Personas que el día anterior comienzan a preguntar “¿qué se vota?”.
O incluso el mismo día de la elección interrogan al que lo precede en la cola
camino a la urna:”¿quién gana?”. La
excusa ya adquirió las formas de un cliché. “Lo único que sé es que si no
trabajo, no como. A mí la política no me interesa. Total, todos roban”.
Los seres humanos
vivimos en sociedad. De modo tal que no solo tenemos una responsabilidad
individual sino también una responsabilidad social. Pero, irresponsablemente, los
indiferentes constituyen una alianza tácita con los vasallos para superar en
número a los ciudadanos. En la Atenas de hace dos mil quinientos años tenían en
claro que la participación política era un deber inexcusable. Dos mil
quinientos años después, en una Argentina en la que solo ocho presidentes
constitucionales pudieron cumplir su mandato desde la primera aplicación de la
ley Saénz Peña en 1916, todavía hay que explicarlo. Es más. La obligatoriedad
del sufragio impide que concurran a votar solo siete tipos y que entonces un
candidato le gane al otro por cuatro a
tres.
Bien lo definía el
estadista Pericles cuatrocientos años antes de Cristo: “El hecho de que no
tengas interés en la política no significa que los políticos no tengan interés
en ti”. Actores sociales que son incapaces de relacionar la merma en su calidad
de vida con la cadena de responsabilidades políticas.
-¿El salario no te
alcanza? Responsabilidad de los administradores del estado que no solo son
incapaces de controlar la inflación sino que además manipulan obscenamente el
índice que la mide. A esa responsabilidad hay que ponerle nombre y apellido:
Cristina Kirchner-que es la presidente-Axel Kicillof-ministro de economía-Norberto
Itzcovich-director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)-.
-¿La inseguridad es
tal que se asesinan personas en cualquier momento y lugar y por nada en una
acción seguida de impunidad para él o los delincuentes? Responsabilidad otra
vez de Cristina Kirchner-la Presidente-de Cecilia Rodríguez-ministro de
seguridad, ¿la tenías?-y del gobernador de tu provincia-en Misiones Maurice
Closs-, del ministro de gobierno-en Misiones Jorge Franco-y del intendente de
tu municipio-en Oberá es Ewaldo Rindfleisch-. La policía y la justicia son
herramientas del poder político que debe diseñar políticas de seguridad. Para
los indiferentes el máximo responsable es el comisario del pueblo. Son
ignorantes cívicos que desconocen que la seguridad es función indelegable del
estado y que es, por cierto, un derecho humano.
-¿Te indigna la impunidad de esos funcionarios que se
enriquecieron delante de tus ojos y ante la pasividad judicial? El gobierno
nacional, por decisión política de la presidente, cooptó jueces y fiscales. El
kirchnerismo convirtió al Consejo de la Magistratura en un organismo
disciplinador de jueces díscolos y colocó como jefa de los fiscales, en la
Procuraduría, a “alguien del palo”. Cada vez que algún juez se decide a
investigar al Poder lo corren de una o cuando un fiscal mete la nariz en asuntos herméticos tenemos la mala suerte de
que se suicida una noche antes de exponer lo que averiguó. En Misiones la
titular del máximo organismo judicial fue la maestra de Biología y amiga de la
mamá de Carlos Rovira. Con esos antecedentes le sobró para llegar al cargo.
¿Por qué pretendés que haya independencia judicial cuando te la pasás votando a
los responsables políticos de destruirla?
-¿El nivel de educación de los chicos es cada vez más bajo?
Deberías preguntarle por el tema a Cristina Kirchner, a Alberto
Sileoni-ministro de educación nacional-al gobernador Closs y a Luis
Jacobo-ministro de educación y cultura misionero-. Si vivís en Misiones además
deberías interpelar a la todopoderosa dipu-gremialista Stella Maris Leverberg.
Una mujer que con el voto de la mayoría fue electa diputada nacional dos veces
y se aseguró su futuro económico. El día que se jubile-por haber sido
legisladora-percibirá sustanciosos haberes al tiempo que vos docente vas a
tener que superar reuma y artrosis para seguir dando clases a cómo dé lugar
porque si te jubilás…pobrecita de vos.
-¿Vivís en una de las únicas cuatro provincias
argentinas que en pleno siglo XXI no
posee gas natural? Tendrías que preguntarle a Cristina de vuelta (que además
podrá hablar por Néstor), a Rovira y a Closs y a la decena de legisladores
nacionales misioneros , ¿por qué la llegada del gasoducto siempre ha sido un
tema de campaña electoral-incluso de ésta-pero que en todos estos años de
promesas no pasó de eso? Podés googlear y enseguidita te aparece el listado de
los siete diputados y tres senadores que Misiones tiene en el parlamento nacional.
-¿Tórridos veranos sin agua en una provincia a la que le
sobra el recurso? ¿Falta energía
eléctrica y encima vas a tener que prestar tu tierra colorada para que las
represas se la manden a las grandes ciudades del país? Y sí, otra vez Cristina, otra vez Closs.
-¿No tenés cloacas en tu barrio? ¿El intendente de tu municipio también
defecará en letrinas?
Podríamos seguir
pero ya sería ocioso y redundante. Después de todo, textos cómo este son leídos
por ciudadanos ya formados como tal o por vasallos asalariados. Los idiotas no
leen ni escuchan. Ni en la antigua Grecia de ayer ni en la atrasada Argentina de hoy. Las
sociedades que en el mundo se han desarrollado hasta alcanzar óptimos
estándares de calidad de vida son aquellas en la que los ciudadanos, portándose
como tales, exigen de sus gobiernos más realidad y menos “relato”. En octubre
será peor. Ley de lemas mediante, miles de misioneros les darán su apoyo a
oficialistas que ellos creen opositores.
Lo marcó
Chesterton, genial escritor británico que fue un poco del siglo XIX y otro poco
del XX: “Todo envejece en mí. Menos mi capacidad para el asombro”. Le pasa a
muchos argentinos. Perdieron la capacidad de asombro. Cualquier cosa puede
decirse. Cualquier cosa puede suceder. No hay reacción. Y terminamos por
profesar la horrible costumbre de acostumbrarnos a cualquier cosa.
El menemista
Daniel Scioli, candidato a presidente de la nación por el kirchnerismo, es el
representante perfecto de esa patria “con sabor a nada” en la que habitan los
conformistas que tienen al asombro como una nostalgia y cuya esperanza de vida
tiene el tamaño de un átomo. Es el candidato de quiénes están y no piensan en
irse. Mentirosos escasamente refutados. Scioli es un impresentable gobernador
bonaerense (como sabe cualquiera que conozca y recorra el Gran Buenos Aires)
que se acomoda a las circunstancias y se maneja como un péndulo. Usufructuará
de la tradición bonaerense del último cuarto de siglo según la cual si el peronismo postula a Homero
Simpson el personaje de la serie animada yanqui, será gobernador. ¿Alguien que llegó a la política de la mano
de Menem en los años noventa y ahora en el siglo XXI usa la retórica
anti-noventa berreta para hacer campaña ? ¿Inútil y panqueque? Y si, es el referente ideal para mucha gente,
¿no?
El domingo 9 de
agosto en ese mecanismo de preselección de candidatos que son las P.A.S.O. los
que no entienden que las decisiones políticas no les pasan por el costado ni a
ellos ni a los suyos, volverán a unirse tácitamente a los vasallos que viven de
las migas que sobran del banquete. Para que sigamos, todos, siendo una sociedad
calesita. Los griegos clásicos los llamaban “idiotas”. En la Edad Media también
era ”idiota” el que no creía en Dios. Pero era cosa no de Dios, mucho más
comprensivo, sino de los que dicen llevar su palabra. Luego el término
evolucionó hacia la falta de dotes intelectuales en un sentido peyorativo.
Nosotros nos quedamos con la acepción de los griegos clásicos: ciudadanos vs
idiotas.
¿Cuántos
argentinos son de esa clase de “idiotas” que esta vez apoyarán a Daniel Scioli y
cuándo lo vamos a saber? ¿Cuántos que acudirán al llamado de una “victoria” que
será solo para los de siempre?
Siempre un día de
domingo. Cuando cae la noche.
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