domingo, 2 de julio de 2017

    YO SÉ QUE AHORA VENDRÁN 
          CARAS EXTRAÑAS…



     “Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
Con su limosna de alivio a mi tormento,
Todo es mentira, mentira es el lamento...
Hoy está solo mi corazón!...”

(“Sus ojos se cerraron”, tango compuesto en 1935 por Carlos Gardel y Alfredo Le Pera)

     Como en cada comicio, los canales de televisión, las emisoras de radio, las páginas de los diarios impresos y los digitales y las redes sociales, se poblarán de personajes que manifestarán estar “preocupados” por la situación de Oberá, de Misiones o del país y que forman parte de un “proyecto” que podría traer algo de freno a tanta malaria e, incluso, la tan ansiada prosperidad. Bienvenida sea la participación, pero ¿por qué no se los ve, ni se los escucha ni se los lee preocupados por lo mismo un día cualquiera, de esos que están bien lejos de alguna elección y en los que los pocos ciudadanos que luchamos por nuestros derechos nos sentimos tan solos como Carlitos Gardel cantando “Sus ojos se cerraron” en  la película “El día que me quieras”?

     Política es algo que se hace todos los días. Lo otro tiene la forma del oportunismo, está en el lugar del oportunismo, huele a oportunismo y suele servir para aprovechar una oportunidad. Así que debe ser oportunismo nomás.

     En Misiones la renovación juega sola. Bastante en contra del combate al feudalismo juegan ya esos dirigentes opositores que deberían tomar ácido fólico, los otros opositores cuyo copyright pertenece a Carlos Rovira, los tartufos que habitan en cada edificio municipal, el periodismo que hace pasar propaganda por información y tanto sumiso sin causa, como para pretender que alcanzará con noventa días de “rebeldía” para cambiar las cosas.

     Por supuesto que existen aquellos cuya postulación es una consecuencia lógica de su accionar político cotidiano. Pero son muy pocos. La batalla es muy desigual.

      Étienne de La Boétie fue un escritor y político francés que vivió, poco pero intensamente, en el siglo XVI. Observó que el Poder no crea la obediencia, sino que la obediencia crea el Poder. Su teoría sobre la servidumbre voluntaria debería ser más tenida en cuenta por estas latitudes.

     Pero así es en cada elección. Demasiadas caras extrañas que aparecen ahora para desaparecer después, dejando en cada municipio y en la provincia un espectáculo espantoso.

     El de ver siempre las mismas caras,  gobernando…






     

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