LOS CINCO HECHOS EN OBERÀ 

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5º-EL NARCOMENUDEO

Fue noticia casi todos los días. La detención de dealers y el secuestro de pequeñas cantidades de drogas, el desarme de kioscos de venta de marihuana, principal droga pero no la única, marca el avance sustantivo de la droga en todos los estamentos de la sociedad obereña. Su venta y consumo no reconoce clases sociales.

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4º-LAS PROTESTAS DE LOS TAREFEROS

A diferencia de lo que sucedía en tiempos del intendente Rindfleisch, los tareferos de Oberá y alrededores estuvieron muy activos desde que gobierna Carlos Fernández. Reclamando mejoras en su calidad de vida, o simplemente bolsas de mercadería, marcharon hasta la propia municipalidad. El movimiento de ahora contrasta con la quietud anterior, más allá de la coyuntura económica.

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3º-EL BLUFF DE LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO

Patricia Nittmann es una buena persona y una correcta profesional. Pero nunca debió llegar a convertirse en la primera Defensora del Pueblo de Oberá. La banca del alcalde Fernández, la ley de lemas y una dirigencia opositora pusilánime la catapultaron a un puesto que le queda enorme. Asumió en abril. Se muestra. Se reúne y habla. Pero todo lo que hace parece no servir para resolver problema alguno. Es más. Lo que hace no sirve para nada.

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2º-LA TOMA DE TIERRAS EN VILLA STEMBERG

En septiembre un grupo de tareferos encabezados por Hugo Silva, referente del sector en el barrio San Miguel, tomó tierras que pertenecen a ciudadanos de Oberá en el barrio Villa Stemberg. Amparados por la actitud dubitativa de la municipalidad y la inacción de la jueza Gauchat, hicieron-y hacen-lo que quieren. De hecho, salvo un terreno que fue recuperado más por la decisión de su propietario que por la acción del estado, el resto permanece en manos de intrusos. Y nadie hace nada.

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1º-LA RENOVACIÓN RECUPERÓ LA CELO

Increíblemente, después de todo lo que los obereños sufrieron-y sufren- con los desaguisados de Rindfleisch y sus lugartenientes  que estuvieron a cargo de la cooperativa, todo bancado por Carlos Rovira y la renovación, en el final del año, la renovación, el mismo espacio político que la fundió, recuperó su influencia en la CELO. Ganó los comicios del 26 de octubre e impuso la mayoría de delegados en la asamblea de diciembre. Su nuevo presidente, Pedro Andersson, es un dirigente muy vinculado a Rafael Pereyra Pigerl, que es, a su vez, un diputado provincial muy vinculado a Carlos Rovira. Por acción de quiénes se venden e inacción de quiénes no van a votar y se la pasan escribiendo pavadas en las redes sociales, Rovira volvió a controlar la CELO. Como si nada hubiera pasado.

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