domingo, 26 de julio de 2020


           ALARCÓN, QUEDATE EN CASA



     “Tarde me di cuenta que al final se vive igual, mintiendo”, canta como nadie Julio Sosa. Es letra del tango “Tarde” que hace más de siete décadas compuso José Canet.

     Lo ocurrido en la semana que se va, cuando una ciudadana afectada por el coronavirus debió dar la información que el impreciso y ralentizado parte del Ministerio de Salud Pública no daba, ratifica que en Misiones al final se gobierna igual, mintiendo.

     Una señora, con mucho coraje cívico, expuso públicamente los avatares propios y de su familia, que se contagiaron el virus. Brindó información certera y aportó los resultados de los análisis que se les practicaron y dieron positivo. Ni ella ni su familia, ni nadie, deben tener vergüenza por enfermarse (válgame Dios). Ni deben recibir injurias de los que, entrados en pánico, se ponen más boludos. Lo que tienen que recibir es la adecuada atención de su salud y la debida garantía de tranquilidad hasta recuperarse por completo. 

     También hay que destacar a los colegas del Canal 8 de Posadas. Adelantaron la información y hablaron con la protagonista que dijo lo que el gobierno no se animaba. Fue una lección de profesionalismo para los gacetilleros que se desempeñan como si el poder fuera Julio Iglesias cantando y ellos “Las Trillizas de Oro” haciendo el coro. Aún en tiempos de redes sociales, a la hora de informarse, a los medios tradicionales que son independientes de los gobiernos, no hay con qué darles.

     El martes 21 de julio un albañil de 61 años dio positivo de COVID-19. Su esposa y dos de sus hijos, uno también albañil y una chica que es comerciante, dieron positivo el miércoles 22. Sin embargo, el estado misionero, que brinda partes diarios, recién informó sobre dos de los cuatro casos el viernes 24. Y los otros dos, cuando ya todo estaba a la vista, el sábado 25. ¿Por qué?

     Es el mismo estado que se jacta de hacer ciberpatrullaje para controlar que nadie dé información falsa sobre el coronavirus. Mirá vos…

     Es el mismo ministerio de Salud Pública a cargo de Oscar Alarcón. Que en marzo hizo un papelón de aquellos yendo a Oberá a decir que solo había seis casos de dengue, cuándo en la ciudad ya estaban a punto de saquear las farmacias en busca de paracetamol. La buena data no parece ser lo de él.

     Enfermarse es un asunto delicado.

     Imaginemos, por unos instantes, que Misiones volvió a la vida republicana. Los diputados opositores exigirían que el ministro vaya a dar explicaciones al parlamento provincial. La mayoría oficialista, temerosa de perder el apoyo de una masa crítica, avalaría el pedido de informes. Y  los medios de comunicación replicarían el bochorno cometido, en vez de desinflarlo.

     Pero eso es soñar. Julio, seguí cantando y contando lo que pasa.

     “…que al final se vive igual. Mintiendo.”

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