SI LOS VOTANTES LE
DIERAN
BOLA A MONTESQUIEU…
“La historia universal es el progreso en la
conciencia de la libertad”, decía el filósofo Hegel. No han sido tantos los
que se percataron a tiempo de la gravedad
de permitir que en un gobierno se instalen autócratas. Personas entronizadas en
un esquema en el que su voluntad es la ley máxima.
En la Argentina del siglo XXI los teléfonos
son más inteligentes que muchas personas. Los sucesivos éxitos electorales de los Barones del
conurbano bonaerense, de Insfrán en Formosa, de Rovira en Misiones, de los
Rodríguez Saa en San Luis, y las tradiciones feudales que gozan de estupenda
salud en Catamarca, Tucumán, Jujuy, Salta, Neuquén, Santa Cruz, Chaco, San
Juan, La Rioja o Santiago del Estero, nos fuerzan a seguir recordando aquello
de Cicerón: “la libertad no consiste en
tener un buen amo sino en no tener ninguno”. Una porción sustantiva del
electorado, que cuando no es mayoría le pega en el palo, sigue prefiriendo a los “buenos amos”.
Ese continúa
siendo el problema estructural. Votantes que concentran el poder en una persona
que, por supuesto, después abusa de su poder porque puede hacerlo impunemente. De
eso deriva que estén en marcha muchos proyectos de poder pero ningún proyecto
de país, de provincia o de ciudad. Y no son lo mismo.
La calidad
institucional es la que favorece la calidad de vida. Millones de argentinos ni
le llevan el apunte a eso. Y siguen
votando intendentes, gobernadores o presidentes a los que nadie controla.
Luego, lo que sucede en sus gobiernos es de manual.
Hace un año, ante
el fracaso económico del gobierno de Macri, y tras el histórico yerro del peronismo que en vez de autodepurarse para
tornarse republicano se volvió a unir con el kirchnerismo, llegó el triunfo
electoral del Frente de Todos. Otro proyecto de poder que se concentra en la
búsqueda de impunidad para su jefa política. Sus funcionarios, comenzando por
el Presidente, se la pasan buscando responsables para eludir hasta la más
mínima autocrítica y hacen declaraciones para sostener la hipérbole en los
videograph de la tele y en los medios que viven de la pauta.
Si no se asume que los gobernantes deben
ser controlados no se entiende nada. Cristina Kirchner es una autócrata.
Como lo era su esposo Néstor. A unos 2.500 kilómetros de la Casa Rosada en
Buenos Aires, se encuentra la Casa de Gobierno de Santa Cruz, en la calle
Alcorta, ciudad de Río Gallegos. El plan
nacional en ejecución es similar al provincial y al nacional que ya ejecutaron.
Van por todo en el país porque en Santa
Cruz ya tienen todo. Con un estado
clientelar cuyo piso de votos cautivos hace que para un opositor en
serio ganar las elecciones sea una quimera. Porque en esos proyectos políticos
personales sobrevivir de las migajas que tira el estado no es una ayuda social
indispensable. Es parte del plan para
sostenerse en el poder.
Argentina. Octubre de 2020. Tenemos una economía que Cristina dejó en
Guatemala, Macri la puso en Guatepeor y el Frente de Todos ya la llevó a Guatepeor Recargada. Y una pandemia que
afecta al globo terráqueo, pero que con inútiles y mentirosos en los gobiernos
afecta más.
Charles Louis de Secondat, señor de la
Brède y barón de Montesquieu, vivió 66 años en la Europa de fines del siglo
XVII y de la primera mitad del siglo XIII. Nos dejó un legado intelectual que
debería ser ineludible. Nos habla de la separación de poderes. De lo capital que resulta que el poder no se concentre y que quién lo ejerza sea
controlado. El clásico “checks and
balances”. Hace años que millones de electores argentinos, cientos de miles
de electores misioneros y miles de electores obereños votan haciendo todo lo
contrario: concentran el poder. Se
enamoraron de la estabilidad de sus cadenas.
Así estamos más
cerca de la distopía que de la utopía. Una cuestión de fondo que se ve reforzada por la decadencia educativa y el
embrutecimiento general. Fijate el nivel de los comentarios de los
cyber-opas al pie de los artículos. Personas que no leen las notas y opinan
barbaridades en base a fotos y titulitos. Todo con una ortografía que hace
arder los ojos. Los helenos le decían
“idiotas” a aquél que solo se preocupaba por lo suyo y despreciaba los asuntos
de la ciudad. El día de las elecciones parece un censo de idiotas…
El
psicólogo argentino Marcelo Rodríguez Ceberio postula que cuando tenés un
problema y no lo solucionás, el paso el tiempo hace que estés igual. Y eso es
estar peor.
Muchos quieren saber que pasará en el futuro.
Por no querer entender que nadie tiene derecho en nombre de nada a abusar de su
poder, es que en el futuro estaremos igual.
Y eso es estar peor…
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