PICHONES DEL MACARTISMO ARGENTO
Un gobierno
infame como el del Frente de Todos, sumado a una oposición que fracasó, generan
el ambiente propicio para reacciones que de novedad tienen poco. Javier Milei y
sus libertarios no son los primeros en ver comunistas hasta en la sopa. Y, desde la memoria, vale preguntarse: ¿los herederos de Álvaro Alsogaray van a defender
nuestra libertad?
Con la entronización de la “Guerra Fría” el
senador Joseph McCarthy pudo hacer una caza de brujas, acusando a quién se le
antojara de realizar “actividades antinorteamericanas”. Muchos perdieron el
trabajo y se procesó a extranjeros. Charles Chaplin debió irse de EE.UU. El
escritor alemán Bertolt Brecht fue otro de los perseguidos.
Por acá tuvimos a Juan Carlos Onganía,
líder del golpe que derrocó a Illia, y cuyo gobierno provocó una fuga de
cerebros como el de César Milstein, premio Nobel en 1.984. López Rega creó la
“Triple A”, la Alianza Anticomunista Argentina. Y en Oberá “los rusos y comunistas
que se vienen” fue la excusa para perpetrar la masacre de colonos del 36.
Así como el peronismo debería hacerse
cargo del menemismo y del kirchnerismo, los liberales deben hacerse cargo de
los Alsogaray. Les guste o no, durante treinta años fueron sinónimo de la
palabra “liberal” por estas tierras.
El
liberalismo ha hecho sustantivos aportes a la humanidad. Pero no el vernáculo, que
fue capaz de apoyar golpes de estado y defender la libertad económica pero no
las libertades individuales. Y eso es blasfemia para un liberal en serio.
Muchos argentinos que nunca serán ni
peronistas ni kirchneristas tampoco se sienten representadas por Juntos por el
Cambio. En ese contexto Milei-un producto mediático-avanza a favor de la
creación de nuevos fanáticos que se enamoran del dogma que pregona. Se
autodenomina “anarco-capitalista”, ergo, un entusiasta de una sociedad sin
estado. Claro que nuestra izquierda es patética y que en nombre del socialismo se
hicieron calamidades. Y que nuestro estado fue copado por la corrupción. Las
ideas se respetan y es estupendo debatirlas. Pero que un líder y sus seguidores
no puedan aguantarse quince minutos sin decirle “zurdo de mierda” a alguien,
inquieta.
Con los apoyos críticos en retirada,
recupera actualidad la advertencia de Santo Tomás de Aquino: “teme al hombre de
un solo libro”.
Algunos deberían leer un libro.
Y otros, deberían leer alguno más.
Walter Anestiades
No hay comentarios:
Publicar un comentario