martes, 14 de septiembre de 2021

 

EL APAGÓN INFORMATIVO QUE SUFRE MISIONES

 


Si la realidad no coincide con mis palabras, peor para la realidad”, ironizaba hace siglos el filósofo John Locke. Abundan medios y periodistas que, cuando se trata de contar lo que pasó, y lo que pasó no le gusta al poder, no saben qué decir, no saben qué hacer, y ni siquiera saben disimular. La línea editorial que impone Carlos Rovira, el editor responsable, es clara: prohibido juntar las palabras “derrota” y “renovación” en una misma línea.
Superando la ya clásica manipulación obvia de los hechos, los medios provinciales más tradicionales “informaron” que el autodenominado misionerismo y su precandidato Carlos Fernández, que perdieron en las PASO, “ganaron”. Incluso escribiendo eso al lado de cifras que los refutaban. Como si sus lectores fueran subnormales……En las PASO, que rigen desde diciembre de 2009 , los partidos políticos dirimen sus internas. No importa que un candidato sea individualmente el más votado. Los candidatos representan a un partido o frente y si ese partido o frente tiene más de un candidato, la suma de todos es el número final de ese partido o frente. Y el partido o frente que tiene más votos finales, gana. No hay que ser un politólogo para entenderlo. Pero en Misiones la renovación propagó tanta ignorancia cívica que la gilada ya ni puede valorar que sea la gente la que elija a los candidatos y no la "dedocracia" de Carlos Rovira. Los medios lo saben. Pero el editor responsable les hace decir otra cosa.
Todos los medios de comunicación tienen líneas editoriales. Pero, más o menos, el común denominador del trabajo de los periodistas es contar lo que pasa. Los mass-media locales hicieron un trueque: no incomodar al poder a cambio de una pauta oficial que les permita sobrevivir en tiempos de redes sociales y whatsApp. ¿Correcta medida financiera? Puede ser. Pero ¿y la credibilidad? ¿Son incapaces de encontrar una forma de vida que no sea arrastrarse ante el amo del feudo? Porque ponerse en ridículo del modo en que lo hacen es arrastrarse.
Entre los muchos problemas que le genera a Misiones que haya tanto poder concentrado en una sola persona, tener que esperar que la televisión nacional te diga lo que ocurre en la esquina de tu casa, cuando vivís a mil kilómetros, es tristísimo. Un signo inequívoco de una decadencia lamentable.
No es que esté mal. Es peor.
Es patético.

Walter Anestiades

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