LA SOBERBIO-CRACIA
En la
película “Camila” la protagonista le cuenta a su hermano cura la historia de un
insecto que nace a las nueve de la mañana y muere a las cinco de la tarde del
mismo día. Y le pregunta “¿cómo puede comprender el significado de la palabra
noche?” Para Carlos Rovira y sus tartufos la lucha de los dignos no es otra
cosa que la palabra “noche”.
Tras recibir una paliza electoral de parte
de ese mismo pueblo con el que se llenan la boca, los renovadores no acusan recibo
del rechazo, hierven, y malgastan el dinero de la gente para hacer propaganda
goebbeliana. Que encima les sale mal.
Los medios de comunicación que sobreviven
con la pauta oficial pagan el alto precio de mandar su prestigio a las cloacas.
Las redes sociales están plagadas de perfiles mal guionados que se suicidan en
discursos robóticos. El aparato de propaganda rovirista, otrora eficaz, hoy es
un todo inverosímil.
Intentan hacer de los diputados Arjol y
Klipauka la encarnación del mal porque votaron en contra de un proyecto de
presupuesto que solo es defendible desde la dádiva o desde la ignorancia. Todo
está muy a la vista. Sucede que la elección a gobernador de 2023, hasta hace
días un trámite para el retorno de Passalacqua, hoy es una incógnita.
Operari sequitur esse reza el axioma que
Santo Tomás nos legó hace siete siglos y medio. Si es cierto que como “el obrar
sigue al ser”, uno en lo que hace revela cómo es, entonces no hay chance de
esperar otra cosa de esta clase de gobernantes.
Se les reclamará sinceridad,
transparencia, que haya cambios y que entiendan que lo que hasta ayer era dispensado,
hoy es repudiado.
No lo van a entender.
Para ellos, todo eso es como la palabra
“noche”.
Walter
Anestiades
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