UN TRIUNFO SOBRE EL OSCURANTISMO
LOCAL
En la sesión
de este martes los concejales Frontini y Loreiro entregaron una plaqueta que es
la génesis de una reparación histórica: combatir el injusto olvido del
ingeniero Víctor Alfaro. Su viuda, Blanca, y una de sus hijas, la terapista del
hospital Samic Ángeles junto a su esposo, recibieron un justo reconocimiento a
un hombre que fue un peronista íntegro en épocas de un gorilaje que la jugaba
en serio.
Mara Frontini y Horacio Loreiro, ediles
del bloque PRO dentro del Frente Juntos
por el Cambio fueron receptivos a nuestro pedido periodístico. Y debieron lidiar
contra el rechazo de sus pares renovadores, representantes del repelente
establishment local. Todo nació de la valentía de Juana, la otra hija de
Alfaro, una bioquímica hoy radicada en Rosario que nos contó con precisión de
cirujano los avatares vividos por su padre, otrora dueño de las tierras donde
se levanta el Parque de las Naciones y que es la sede permanente de la Fiesta
Nacional del Inmigrante. Cruel paradoja: una fiesta incluyente en manos de gente excluyente.
¿Repasamos la
historia del ingeniero Alfaro, contada por Juana en radio Oxígeno en septiembre
de 2017? Dale…
-----Víctor Benito Alfaro nació en Rosario y se radicó en
Oberá a fines de la década del cincuenta. Fueron años complicados para un
peronista como él, en el contexto de una Argentina de mayorías proscriptas.
Recibido de ingeniero y de agrimensor en su ciudad natal, Alfaro encaró una
carrera profesional que le generó gran prestigio en poco tiempo. De hecho, en
1973 se transformó en el primer Decano de la Facultad de Ingeniería de Oberá.
Siempre apasionado por la política,
consiguió ser electo como concejal obereño y como diputado provincial
misionero. Pero todo se truncó en marzo de 1976, cuando el golpe de estado
contra el gobierno de Isabel Perón mandó cualquier legitimidad ganada con
trabajo y votos al arcón de los recuerdos.
-----“Papá siempre trabajó. De hecho, vino a esta zona para hacer un trabajo como
agrimensor, en un concurso que hizo el estado nacional y él ganó. En 1963 él y
mi tío Mario Alfaro, que también se radicó en Oberá, compraron un lote, una
chacra de unas cuarenta hectáreas. Era una inversión. Exactamente el lote
Agrícola Nº68 de la sección tercera, de la colonia Picada, de Bonpland a Yerbal
Viejo. La municipalidad incluyó ese lote en la zona de urbanización. El 6
diciembre de 1977, ya con mi tío Mario viviendo en Buenos Aires, mi padre hizo
caso de las leyes nacionales y provinciales que exigen que en toda nueva
urbanización se destine el veinte por ciento a de la superficie a espacios
verdes y edificios públicos, y donó ese veinte por ciento de esas tierras, unas
ocho hectáreas, al municipio de Oberá. El interventor a cargo de la
municipalidad era Eladio Villaverde. Mi papá quería mucho a Oberá y le encantó
donar esas tierras. Pretendía que se
usaran en beneficio público, cosa que además exigía la ley”, narra Juana
Alfaro, obereña, bioquímica e hija del ingeniero. Juana guarda papeles y
recortes de diarios. Juana se acuerda bien de todo.
-----“Al año siguiente, 1978-continúa Juana-, el municipio de
Oberá le compra a mi padre dos hectáreas más. Con lo que ya tenemos al estado
comunal con diez hectáreas a su disposición para el bien público. Ocho donadas
y dos compradas. Pasa un tiempo, retorna la democracia y en 1989 el radical
Sábato Romano, entonces intendente de la ciudad, le propone a mi papá permutar
otras tres hectáreas de esos terrenos que eran de él y de mi tío por otros
terrenos ubicados en otra zona de la ciudad y que habían sido donados por la
familia Bárbaro (la misma de “Ticha” y “Marilyn”). Hicieron la operación. Y así
se forma en 1989 lo que hoy es el Parque de la Naciones con trece hectáreas”.
-----“El gobierno de Sábato Romano pide un subsidio al estado
provincial para comprar más tierras y agrandar el Parque, pero no le dieron el
subsidio. Por entonces la Fiesta Provincial del Inmigrante, que aún no era
“nacional” se hacía, desde su inauguración en 1980, en el complejo deportivo
municipal “Ian Barney”, sitúa Juana. “Al
tiempo mi padre le vende terrenos al empresario Elías Andrujovich, que levanta
allí las famosas cabañas hoteleras. Todo en la misma zona del Parque de las
Naciones. Bueno, de pronto empezaron los problemas para papá”, anuncia.
-----“Durante la gestión de Romano acusaron falsamente a mi
padre de no pagar los impuestos de algunos de sus terrenos. Incluso la
jueza Aída Rosa Araujo Vázquez de
Moreira (la misma que en el año 2000 fue separada del cargo envuelta en un
escándalo por venta de bebés) ordenó un allanamiento al domicilio particular de
papá, usando la fuerza pública, para embargar bienes por ejecución fiscal. Es
más, el abogado de la municipalidad, Juan Szymczak, fue a verlo a mi padre y
encima lo cargaba y le faltó el respeto. Le decía, “eh, ustedes los peronistas,
tanto hablan de la justicia social y no pagan los impuestos”. Estuvieron a
punto de poner en remate el mismísimo Parque de las Naciones”, enfatiza Juana
Alfaro.
------“Encima que mi padre había donado un terreno para el
bien público, lo acusaron de no pagar impuestos y le allanaron la casa. Todo
bien prepotente. Cuando la cosa se aclaró y se supo que fue un error-por
decirlo así-, en la familia le hinchábamos a papá para que le hiciera juicio a
la municipalidad. Pero papá no quería
llegar a eso. A pesar de todo. A pesar de todo lo que iba a seguir pasando”,
destaca Juana. “Fallecido Sábato Romano lo sucede como intendente el también
radical Miguel Oliveras (más tarde diputado provincial y funcionario de EMSA,
ya en tiempos de la renovación). Oliveras iba a ser el mentor político de
Ewaldo Rindfleisch. En noviembre de 1996 Oliveras pidió la expropiación de
otros terrenos que pertenecían a mi padre y a mi tío. ¿Por qué? Decían que los
precisaban para ampliar el Parque de las Naciones y adecuarlos a los nuevos
proyectos que tenían para la zona. El Concejo Deliberante de Oberá dictó una
ordenanza prohibiendo que mi padre y mi tío vendieran la manzana nº 68 del lote
agrícola 60, los terrenos que quería Oliveras. Le estaban “prohibiendo” que
venda su propiedad. Como si fuera poco el diputado provincial radical obereño
Elso Rafael Dutra, presentó un proyecto para que el estado provincial expropie
ese terreno. Pero eso, gracias al buen tino de la Cámara, no prosperó. Papá
siempre decía “me persiguen porque soy peronista de verdad”. Con el tiempo
Dutra fue a verlo a papá y le pidió disculpas. Poco después, en 1997, Ewaldo
Rindfleisch, también radical y de la mano de Oliveras, asumía como presidente
de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá, CELO”.
-----“Finalmente mi tío Mario vendió los terrenos que tanto
querían expropiar. Eso fue en el 98 y 99. Los compró el estado con ATN (Aportes
del Tesoro Nacional). Lo llamativo es que el estado puso 1.200.000 pesos. Y a
mi tío le pagaron 120.000 pesos, la décima parte. ¿Y el resto? Para rematarla
te cuento que a mi tío y a su abogado los declararon “personas no gratas” y les
prohibieron la entrada a la Fiesta Nacional del Inmigrante. Que se hacía en el
terreno que mi tío y mi papá donaron”, concluyó Juana.
-----En 1984 se aprobó un proyecto para la creación del
Parque de las Naciones, que contemplaba la construcción de casas típicas en un
predio de diez hectáreas donadas por la municipalidad. Las que había donada el
ingeniero Alfaro.
-----En 1989, en la Fiesta Provincial del Inmigrante, aún en
el complejo deportivo municipal, empezó a hacerse la feria comercial. Su
primera denominación fue Feria de las Naciones del Noreste Argentino
(Ferinnea).
-----En 1992, pasó de ser Fiesta Provincial a Fiesta Nacional
del Inmigrante, con sede permanente en Oberá, por medio del Decreto Nº 421, que
dictó el entonces Presidente de la Nación, Carlos Menem.
------En 1997 la Fiesta Nacional del Inmigrante pasó a tener
como sede el Parque de las Naciones. Allí las colectividades construyeron sus
casas típicas y también la Casa Argentina. Y allí se hace la Fiesta hasta hoy.
------En la misma década del noventa se constituyó la
Federación de Colectividades, encargada de organizar la Fiesta y que además
tiene la tarea de mantener y hacer crecer el Parque de las Naciones.
-----Con Rindfleisch ya entronizado en la vida pública
obereña-titular de la CELO y luego concejal radical entre 1999 y 2003-,la
municipalidad y Federación de Colectividades concesionaron la explotación de la
feria comercial a la empresa ARQUEV S.H. En el contrato, se le garantizó a la
empresa nada menos que el ochenta por ciento de las ganancias de la feria
comercial. ¿A quién pertenecía la empresa? Al propio Rindfleisch y a su
entonces esposa Mónica Montoya. En el año 2003 Carlos Rovira y Maurice Closs
formaron la renovación. Rindfleisch, devenido renovador igual que Oliveras, fue
electo intendente de la ciudad de Oberá. Y siguió llevándose el dinero de la
feria comercial. El asunto fue denunciado judicialmente por la concejal
peronista, Mónica Marín, patrocinada por el abogado Orlando Flosi (expediente
Nº 1.102/2003) por la evidente incompatibilidad de que funcionarios públicos
lucraran con la fiesta. Ni la justicia (donde la causa duerme una larga
siesta), ni la prensa, ni las organizaciones intermedias de la ciudad abrieron
la boca siquiera para bostezar. Julio Barchuk era el titular de la Federación
de Colectividades. En 2003 Rindfleisch, ya intendente, nombró a Barchuk como
Director de Turismo municipal. Como canta Julio Sosa en el tango “Mano a mano”:
“los favores recibidos creo habértelos pagado…”
-----En 2007 Erardo Schdmit, otro titular de Federación, tomó
el toro por las astas. Al concluir el contrato por diez años celebrado con la
empresa en el 97, tomó la decisión política de revisar el tema. El aparato de
propaganda de Rindfleisch lo masacró día y noche, por radio, gráfica y
televisión.
-----En 2008 se vivió una situación bizarra: Mónica Montoya,
entonces concejal del Frente para la Victoria, encolerizada, mandó a cerrar con
candado el galpón del Parque de las Naciones donde se hace la feria comercial y
debió actuar la Justicia llevando a un cerrajero para abrirlo. Casi se trunca
la edición anual de la Fiesta.
------ARQUEV le hizo juicio a Federación. ¿Encima? Encima.
Reclamaban que Federación le pagara por los “arreglos” que decían haber hecho
en el galpón donde se hace la feria comercial. Levantado en esos terrenos que
en 1977 el ingeniero Alfaro donó para “uso de bien público”.
-----En agosto de 2015 hubo un fallo de primera instancia: el
juez en lo Civil y Comercial Nº 2 de Oberá, Jorge Erasmo Villalba, falló a
favor de Arquev. Según comunicaron desde Federación-cuyo abogado entonces era
Héctor Rubén Sánchez y su titular era Enrique Forni-el fallo era “inapelable” y
“no quedaba otra que pagar” (?). Al abogado de ARQUEV le pagaron con un subsidio
del estado provincial, entregado en mano por el gobernador Hugo Passalacqua.
¿Cómo le pagaron a Rindfleisch y Mónica Montoya, que ya no son pareja pero sí
socios? Federación firmó un convenio para pagar casi tres millones de pesos en
tres cuotas. Dos al hoy funcionario provincial y a su ex y uno al abogado. Se
pagó una primera cuota de medio millón de pesos. Y luego otra con el excedente
de la mismísima Fiesta Nacional del Inmigrante 2016. Y ahora la última cuota,
con el excedente de la Fiesta Nacional del Inmigrante 2017, concluída el último
domingo 17 de septiembre.
-----El ingeniero Víctor Alfaro falleció en 2015, en Rosario,
víctima de un accidente cerebro-vascular. Su hermano, el doctor Mario Alfaro,
falleció casi al mismo tiempo. No hay placa que recuerde en ningún lado la
acción generosa de ambos.
-Walter Anestiades
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