domingo, 9 de julio de 2023

 

NO TODO EL MUNDO VA A

      ARRASTRARSE A TUS PIES

 

     El 8 de julio se cumplió una década del adiós de Joaquín Piña. Un obispo que no se arrastró a los pies de Carlos Rovira. En días de mayorías sumisas y cobardes, de tanto voto infame, y con la palabra “libertad” en boca de impostores, sería irresponsable olvidar el legado atemporal de este jesuita indomable.

     Joaquín Piña iba camino a los ochenta años de edad cuando se puso al hombro la resistencia ciudadana al intento de convertir a Misiones en otro de los patéticos feudos argentinos. Se plantó con una determinación tal que hasta doblegó la voluntad del por entonces omnipotente presidente Néstor Kirchner.

     Como ya sabemos, después Rovira tuvo la  “caja” necesaria para pagar el precio que se pusieron unos cuantos y así lograr que su poder sea omnímodo. Hace dieciséis años que tiene las llaves del parlamento provincial, ya se aseguró tenerlas otros cuatro, y sigue poniendo títeres en la gobernación y en la justicia.

     Lo que también sabemos es que después de morir, en julio de 2013, nadie heredó los cojones de Piña. Y también sabemos que a pesar de que en Misiones se predica en extenso la palabra de Dios, sobran adoradores del becerro de oro. Alguien no está predicando bien el cristianismo de Cristo.  

      “No todo el mundo va a dejarse caer. No todo el mundo va a arrastrarse a tus pies”, canta Fito Páez en “Tráfico por Katmandú”, uno de los temas del celebrado álbum “El amor después del amor” que se lanzó en el 92.

      No está mal esa frase que en la canción Fito usa en otra dirección pero que a uno le recuerda que el padre Piña se mantuvo digno y erguido ante Rovira y ante Kirchner. Como lo había estado ante Stroessner en Paraguay.

    “No se dejen engañar con espejitos, con los que pretenden comprar su libertad y nuestra dignidad”, dijo el padre Piña en su carta de despedida de la Diócesis de Puerto Iguazú, en septiembre de 2006.

    Joaquín Piña sabía que no hay que arrastrarse ante ningún poder humano. Es algo que aprendió. Que otros aprendieron. Que muchos aprendieron.

      Y yo también.

 

Walter Anestiades

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Walter
El padre Piña a quien buscamos nosotros (CTAA) y tantos otros
Costo convencer.
El decía que ese no era su lugar.
Tanto lo buscamos que un día dijo si
Y encarnó un proyecto del cual se apropio el pueblo
Fue una militancia maravillosa producto de saber que ese candidato era el mejor.
Gracias x el recuerdo

Anónimo dijo...

No perdamos la esperanza y la dignidad!

Anónimo dijo...

Un testigo, pastor, ciudadano único que supo encarnar , vivir, celebrar , testimoniar los Valores del Reino de Dios....Amor, Dignidad, Verdad, Libertad....

Anónimo dijo...

Si señor La Dignidad antes q nada