jueves, 12 de abril de 2012

CRONICA DE UNA SEQUIA ANUNCIADA




"Tic, tac. Tic, tac..." Anticipa la bomba. Para éso está el "tic tac". Anuncia. Avisa. Avisa que algo va a estallar.

Tiempos extraños éstos. Hay demasiada gente enamorada de la mentira. Gente que se niega a oír los avisos que da la realidad. Como esa clase de enfermo que cree que negando los síntomas-que no son otra cosa que el cuerpo hablando-zafa de cualquier patología. Hasta que la bomba estalla. Como la realidad que algunos se niegan a ver. Pero la realidad es constante. Y astuta. Y paciente. Siempre nos alcanza.

Pasó en Oberá con el agua. Durante años hubo quiénes avisaron que llegaría en algún momento algo que por entonces parecía muy lejano. Hasta que llegó. Falta agua de red. Al punto que el Concejo Deliberante declaró la "emergencia hídrica". La realidad siempre nos alcanza. Aunque algunos obereños no lo crean, a ellos también.
No es difícil de entender. Es sencillo. Hasta parece tonto. Para que en una ciudad haya agua potable para todos, hay que volcar en la red la cantidad suficiente. Para éso hay que invertir dinero en las obras de infraestructura pertinentes. Estar atentos al crecimiento demográfico. Planificar a favor de satisfacer las demandas del futuro. Para no vivir sólo para el corto plazo.
Oberá es una geografía bendecida por la naturaleza en materia hídrica. Tiene agua por todos lados. Incluso la atraviesa la tercera reserva mundial de agua dulce: el Acuífero Guaraní. ¿Cómo es posible entonces que falte lo que en realidad sobra? Es una cuestión de moda. La desidia está de moda.
Durante años, buena parte de la sociedad obereña asistió indiferente o negadora a la redacción de ésta cronica de una sequía anunciada. Miles y miles de pesos desfilaron de acá para allá y de allá para acá para algo que llamaron pomposamente "Consorcio Termas de la Selva", en unos terrenos comprados a gente "del palo" y haciedno una perforación al acuífero más chica de lo indicado. La leyenda lo recuerda como "el buraco". . En Oberá la política hace negocios con una desfachatez y un consenso social que da gastritis. Así las cosas, la construcción de esas piletas termales han dejado hoy ésta realidad: se hicieron sólo dos de forma "experimental" y el resto está todo en construcción y adornado por mucho "bla, bla, bla". Se gastaron en la obra más de siete millones de pesos. ¿De dónde sale el número? Veamos:

-el gobierno de la provincia de Misiones-en la gestión de Carlos Rovira-aportó 4 millones de pesos (con documentos públicos que dan testimonio de esa cifra)
-en mayo de 2011, el gobernador Maurice Closs-entregó un cheque en manos del presidente de la CELO (Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá) por 700 mil pesos
-en febrero de 2012 el vicegobernador Hugo Passalacqua-entregó un subsidio por 340 mil pesos
-en declaraciones públicas el intendente obereño, Ewaldo Rindfleisch, aseguró que el municipio ya puso-2 millones de pesos
-el domingo 15 de abril el gobernador Maurice Closs entregó otros 340 mil pesos

A ver, sin la necesidad de ser Arquímedes de Siracusa, la cuenta daría:
4.000.000
700.000
340.000
2.000.000
340.000


7.380.000 pesos en total


¿Qué se podría haber encarado con más de siete millones de pesos a favor de darle más agua potable a los usuarios?

¿Los responsables? Funcionarios públicos que tomaron la decisión de anteponer agua termal a agua potable. Los puede encontrar en instituciones como el municipio o la CELO. Periodistas que se dedicaron a hacerle propaganda al intendente en vez de interpelarlo. Los puede encontrar en un agrupamiento fantoche llamado "Círculo de Periodistas Ignacio Ezcurra". Y los indiferentes, claro. Son socios de la CELO que nunca van a votar y los puede encontrar en sus casas, patéticamente, quejándose porque de las canillas no sale nada.

La falta de agua en Oberá es un asunto estructural, no coyuntural. Pero sabemos que también está de moda en la Argentina de hoy mentir sin siquiera apelar a un poquitito de creatividad. Entonces, como ante la falta de previsión se sigue dependiendo básicamente del Arroyo Ramón, una sequía importante basta para quitar el velo de la cosa y que todo aparezca más obvio. Pero también permite sacar del "manual de explicaciones para el idiota promedio" la excusa fácil: no hay agua porque no llueve.


¿Y ahora? Si el otoño le hace honor a su nombre, el calor se despedirá hasta octubre y la demanda bajará. Si además llueve un poco, el arroyo subirá. Al tiempo, payasos y circo para que la gente se olvide del tema, sobran.

Habrá que ver en qué redundan las alquimias políticas entre el municipio y la CELO. Gente de negocios. Habrá que conseguir financiamiento para encarar alguna megaobra o para que la segunda perforación al acuífero tenga más profundidad. Como la delantera de Boca. En todos los casos, habrá que esperar un rato largo hasta que lo sembrado se pueda cosechar. Y nada más.

Santo Tomás de Aquino sostenía que "el obrar sigue al ser". Esto es, nos revelamos en lo que hacemos.

Lo que hacen muchos por aquí, es evadirse como sea de la realidad. Para evitar el compromiso cívico de intentar mejorarla.
Pero a la realidad éso no le importa. Ella sabe que siempre nos alcanza.

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