miércoles, 13 de junio de 2012

FIEBRE DE DOMINGO POR LA NOCHE

 

 
      Es el nombre de la enfermedad que afecta a la Presidente de la Nación. Y a su hijo. Y a sus ministros. Y a sus fanáticos. Les agarra cada domingo, desde que el grupo "Clarín" decidió combatir tanta agresión gubernamental haciendo periodismo, cosa que abandonó entre 2003 y 2008, cuando fueron obedientes y con premio en la construcción de poder de Néstor Kirchner. "Periodismo para todos"  se llama el programa que Canal 13 de Buenos Aires emite pasadas las once de las noches dominicales. Conduce Jorge Lanata. Informan. Investigan. Refutan el "relato" oficial. Lo desnudan tal cuál es: puras mentiras. Y Cristina no se lo banca.

     Los déspotas no toleran que se les discuta. Ni que se los critique. No toleran nada. Ni a ellos mismos. Alguna vez don Alfredo Palacios  sostuvo que "a la gente se la conoce cuándo tiene Poder". Y Cristina Kirchner tiene demasiado Poder. Así, como se muestra ahora, así es ella.

     Que después de cada domingo llega un lunes ya no es sólo una cuestión de calendario. Ahora es una cuestión política.  De ahí la necesidad de que cada lunes, surja desde el gobierno nacional algún hecho, el que sea, que ocupe la tapa de los diarios, los portales de noticias por internet y cope las redes sociales. Para gente obsesionada con los medios de comunicación, es fundamental marcar siempre la agenda. Costumbre que el programa de Lanata ha venido a alterar.

      Es que después de años de haber inundado la pantalla de propaganda más o menos berreta para hacer presentable lo impresentable, Lanata aterrizó en la televisión en el momento justo: justo que se acaba la guita.  Vamos, que en esta querida Argentina a la gente la "indignación" le nace en el bolsillo. Entonces importa lo que hasta hace meses le importaba a cuatro tipos: la desfachatez con la que se roba, la impunidad, el ahogo de la república, las atribuciones que se toma la policía del pensamiento, el modo de vida feudal, una Justicia "a la carta" y una calidad de vida general que es tan paupérrima como potentada es la de los funcionarios.

     Cristina por allá, como Rovira por aquí, precisa un periodismo que se limite a reproducir lo que el Poder dice, tal cuál lo dice y cuándo lo dice. Ponemicrófonos a sueldo que repitan  todo el tiempo el tradicional discurso antinoventa berreta y revistan de épico cada gansada que se anuncia. Que ayuden a ocultar en vez de mostrar. Que a los grandes temas, los dejen ahí, como decía Bernardo Neustadt. Tergiversar las cosas para que la mayoría de las personas que viven tan mal que ni saben lo que es sentarse en un inodoro a defecar, estén en una posición cultural que a éso de una vida mejor desarrollada, ni siquiera la puedan desear.

     Con su programa Lanata pone un límite que el Poder "K" no puede digerir. Como Closs y Rovira no digieren a Misiones Cuatro. Es que el periodismo es una actividad que se ejerce críticamente. Lo demás es propaganda. 
    Lanata hace periodismo los domingos. 
    Y desde entonces algunos y algunas, revientan los lunes.

No hay comentarios: