Cristina Fernández de Kirchner dijo
públicamente que “el kirchnerismo es un fenómeno difícil de explicar”. Tiene
razón. No es sencillo y hasta resulta agotador intentar razonar con
saltimbanquis que, si su patrona lo ordena, defienden el ser de River con
pasión. La misma pasión con la que defienden, si su patrona cambia las órdenes
y por cierto que las cambia seguido, el ser de Boca.
El kirchnerista promedio vive de morder la
carne del hueso que le tiraron (puesto público, pauta oficial, negocio privado
con la obra pública, subsidio, planes sociales, etc.). Por eso, cuando le
atacan al amo te salta como un perro al cuello. Esa es la primera cosa que
tenés que saber si vas a debatir con un “k”: el tipo (o la tipa) va a entrar
mal. Agresivo, la génesis de su discurso no será la argumentación sino la
descalificación. Buscará etiquetarte enseguida según el conjunto de etiquetas
que le dieron. Vos tenés que ser sí o sí un “gorila”, un “cipayo”, un fanático
de “Clarín”, un “neoliberal”, un radical de la alianza, un zurdito que
simpatiza con líderes sin votos, un burgués derechista, un “facho”, un
menemista, un duhaldista, un nostálgico
de la dictadura o un reverendo desagradecido. Para ellos no hay vida por afuera
de éstas categorías.
A ésa altura entraste en su juego. El
núcleo del debate ya no será la gestión del gobierno sino vos. Si te mantenés
más o menos calmo y replicás con inteligencia, te va a insultar de alguna
manera. No importa si sos un honesto ciudadano que propone contrastar ideas. Te
va a llevar a un lugar en el que manifestés algún indicio de algo que le
permita colocarte alguna de las etiquetas que te mencioné. No te prestés a
ninguna manipulación . Replicá con argumentos sólidos, básicamente aquellos que
evoquen la verdadera relación de los Kirchner con la dictadura de Videla, como se
enriquecieron con la Circular 1050 de Martínez de Hoz, o el apego que el
matrimonio tenía por Menem y Cavallo . Si empieza con el discurso anticlarín
berreta seguí rebatiéndolo con la verdad, que para un kirchnerista es como la kriptonita
para Súperman.
Demostrale que estás bien empapado en temas como la fusión “Cablevisión-Multicanal”
que firmaron Néstor y Moreno. Si te salta con el verso de que Néstor tranzó con
el grupo porque tenía solo el 22% de los votos y necesitaba construir Poder,
hacé tu jugada moviéndolo a la fecha del 7 de diciembre de 2007: ése día Néstor
convirtió a “Clarín” en monopolio de la tv por cable y para entonces estaba a
tres días de colocarle la banda presidencial a su esposa Cristina, ungida
cuarenta días antes con el 45% de los sufragios. Jaque mate!
Si el debate es oral y cara a cara un
kirchnerista jamás escucha. Va a elevar su tono de voz para imponerse a la tuya
y no dejará de interrumpirte mientras vos expongas lo tuyo. Cuenta con que el
civilizado siempre seas vos y entonces sí, a diferencia de él, lo escuchés con
atención. ¿Qué tenés qué hacer? Interrumpilo vos también con estiletazos
verbales del tipo “¿para vos la inflación es del 0,8%?. Eso lo va a descolocar.
Si el debate es por una red social,
supongamos Facebook, enseguida aparecerán sus “compañeros” y te vas a sentir
tan acorralado como el General Custer ante miles de sioux. Hasta que lleguen tus
refuerzos (la Caballería), enfócate en un sioux hasta masacrarlo sin importar
las flechas que te tiran los otros. Cuando vean tu poder de fuego quedarán
perplejos y dejarán de escribir. Los “K” también son impresionables.
Si tu oponente es funcionario sacále jugo
a esa condición. Cuando se es funcionario público no hay que pedir
explicaciones. Hay que darlas.
Si te corre con el curro argumentativo de
que pertenecés a sectores destituyentes refréscale la memoria indicándole que
fue Cristina Kirchner senadora nacional y en 2001 la que pidió que renuncie el
Presidente De la Rúa. Está publicado en “Página 12”. Página 12!
Si el fulano o la mengana repite una y
otra vez el cd del “modelo inclusivo” sacale partido a vivir en Misiones. Según
el Censo de 2010, seis de cada diez habitantes de la provincia no tienen acceso
al agua potable y carecen de cloacas. Vivir así después de una “década ganada”
hace que lo único que se vaya por el inodoro a una cloaca sea el cuentito del “modelo”.
Si te quejás de la inseguridad, a la sexta
o séptima vez que te trató de fascista (aunque el ignorante crea que Mussolini
es un Concejal Renovador de Garupá), decile que estás de acuerdo con bajar la
edad de imputabilidad a los menores. Cuándo te pregunte si esa idea la sacaste
de Ramón Camps, respondele que la sacaste de otro: un tal Martín Insaurralde.
Cuándo vaya por el lado de la
sacralización de “El” y pretenda emularlo a Perón, Churchill o Ghandi, atiná
sólo a reírte. Eso se refuta sólo.
Vías de contraataque: Aníbal Fernández y
la “sensación de inseguridad”, Etchegaray-titular de la AFIP- comprándole a la
hija un auto importado, Boudou y su pasado en la UCEDE (el partido de un “gorila”
en serio: Alvaro Alsogaray), el Estado bancando al fútbol en un país de niños que
carecen de ácido fólico, el apoyo decidido a señores feudales como Gildo Insfrán
en Formosa, José Alperovich en Tucumán o Carlos Rovira en Misiones (“ël” fue a
Posadas a apoyar la re-re de Rovira que luego el pueblo rechazó en las urnas),
o la señora diciendo en Harvard que su patrimonio aumentó porque es una “exitosa
abogada” (planteale que el incremento patrimonial se deduce de las propias
declaraciones juradas de Cristina y que te llama la atención que siga
pleiteando y ganando dinero como abogada mientras ejerce como Presidente).
Quizás aparezca un “k” con cierta
formación (cuidado! Unamuno advertía que un tonto ilustrado es más peligroso
que un simple tonto). Es el “k” más vulnerable: su intelecto lo va a llevar a
prenderse en el cotejo de ideas, lo que lo llevará hacia la búsqueda de la
verdad, que como enseño Aristóteles-y otro más-es la realidad. Bueno, si ya están en el nivel de aceptación
de la realidad y búsqueda de la certeza, el kirchnerista entregará las armas y
firmará la capitulación.
Recordá que así como vos tenés derecho a
pensar como pensás un kirchnerista tiene derecho a serlo. No odiés. No permitas que te falte el respeto pero tampoco
se lo faltés vos a él. Y que la única fecha de vencimiento de Cristina en la Presidencia lo establece la
Constitución Nacional. 10 de diciembre de 2015. Te digo esto para que no te
comás al antropófago.
Oscar Wilde nos enseñó que “una máscara
nos dice más que una cara”.
Cuándo un kirchnerista te muestre una de sus muchas máscaras ya sabés lo
que tenés que hacer.
Sacásela!
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