domingo, 22 de septiembre de 2013

PATOTEROS PUBLICOS

            



     El “Estado de Derecho “ es un concepto superador del de “Estado”. Es aquél en el que impera la ley, a diferencia de tiranías o dictaduras en los que la norma es la mera voluntad del que gobierna. Siguiendo la génesis que el concepto encuentra en la obra de Kant, el Estado es el garante de los derechos humanos de todos los ciudadanos. Pero, ¿qué pasa cuándo el Estado es el que viola la ley?  ¿Qué pasa cuándo el Estado se convierte en patoteril y los funcionarios públicos se comportan como barrabravas que no dudan en usar todo el Poder que les da su cargo  aprovechando  al máximo  la protección política de la que gozan?

     Siempre existieron funcionarios públicos que abusaron de su autoridad aún en tiempos democráticos. Pero la singularidad de ésta etapa  es que nunca hubo tanto consenso político y social a la hora de justificar los atropellos de éstos verdaderos “patoteros públicos”. Con una caradurez que desafía hasta la propia palabra, Presidentes, Ministros, Gobernadores, Intendentes y Legisladores nacionales, provinciales o comunales no dudan en insultar en público o en privado, perseguir, amenazar y hasta trompear a cualquiera que le haga perder los estribos. En especial a  periodistas, cuándo son de esa clase de periodistas que no los dejan atracar al Estado  tranquilos. Para asombro de muchos, son apoyados en sus arrebatos por una caterva de obsecuentes a sueldo que no tienen el mínimo prurito en defender cualquier cosa que haga su patrón.

     En algunos lugares de Misiones, a tres décadas de poder votar consecutivamente , todavía no llegó la Democracia. Sistema que es bastante más amplio que el sufragio. Intendentes y Concejales pasean su impunidad después de haber desatado su furia en la cara-literalmente-de periodistas que los “molestaban”. Como si la función de la prensa libre fuera tener que agradarles. 

     ¿Dónde están las sanciones del gobernante Frente Renovador de la Concordia (?) para los integrantes de sus filas en Candelaria y Puerto Esperanza tras un accionar que mereció el repudio de cualquier argentino bien nacido?  No pasó nada. ¿Un Concejal agarró puñetazos a un periodista? Culpa del periodista que lo inflamó. ¿Un intendente y su grupo agarran a un periodista y le pegan?  El periodista seguro lo provocó. 

     Cuidado, porque la impunidad llama a la impunidad.

     “El obrar sigue al ser”, nos enseñó Santo Tomás de Aquino. Pero no hay caso. Miles de imbéciles todavía no aprenden.
     Votan candidatos patoteros.
    Transformados por su voto, en patoteros públicos.

    
    
    

No hay comentarios: