El “Estado de Derecho “ es un concepto
superador del de “Estado”. Es aquél en el que impera la ley, a diferencia de
tiranías o dictaduras en los que la norma es la mera voluntad del que gobierna.
Siguiendo la génesis que el concepto encuentra en la obra de Kant, el Estado es
el garante de los derechos humanos de todos los ciudadanos. Pero, ¿qué pasa
cuándo el Estado es el que viola la ley?
¿Qué pasa cuándo el Estado se convierte en patoteril y los funcionarios
públicos se comportan como barrabravas que no dudan en usar todo el Poder que
les da su cargo aprovechando al máximo
la protección política de la que gozan?
Siempre existieron funcionarios públicos
que abusaron de su autoridad aún en tiempos democráticos. Pero la singularidad
de ésta etapa es que nunca hubo tanto
consenso político y social a la hora de justificar los atropellos de éstos verdaderos
“patoteros públicos”. Con una caradurez que desafía hasta la propia palabra,
Presidentes, Ministros, Gobernadores, Intendentes y Legisladores nacionales,
provinciales o comunales no dudan en insultar en público o en privado,
perseguir, amenazar y hasta trompear a cualquiera que le haga perder los
estribos. En especial a periodistas,
cuándo son de esa clase de periodistas que no los dejan atracar al Estado tranquilos. Para asombro de muchos, son apoyados
en sus arrebatos por una caterva de obsecuentes a sueldo que no tienen el
mínimo prurito en defender cualquier cosa que haga su patrón.
En algunos lugares de Misiones, a tres
décadas de poder votar consecutivamente , todavía no llegó la Democracia.
Sistema que es bastante más amplio que el sufragio. Intendentes y Concejales
pasean su impunidad después de haber desatado su furia en la
cara-literalmente-de periodistas que los “molestaban”. Como si la función de la
prensa libre fuera tener que agradarles.
¿Dónde están las sanciones del gobernante
Frente Renovador de la Concordia (?) para los integrantes de sus filas en
Candelaria y Puerto Esperanza tras un accionar que mereció el repudio de
cualquier argentino bien nacido? No pasó
nada. ¿Un Concejal agarró puñetazos a un periodista? Culpa del periodista que
lo inflamó. ¿Un intendente y su grupo agarran a un periodista y le pegan? El periodista seguro lo provocó.
Cuidado, porque la impunidad llama a la
impunidad.
“El obrar sigue al ser”, nos enseñó Santo
Tomás de Aquino. Pero no hay caso. Miles de imbéciles todavía no aprenden.
Votan candidatos patoteros.
Transformados por su voto, en patoteros
públicos.
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