“Ninguna persona es una isla. La muerte de cualquiera me afecta, porque me
encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan
las campanas; doblan por ti.”
(John Donne,
poeta metafísico ingles, 1572-1631)
La muerte física de cualquier ser humano
impone un respeto que nace del saber que nadie la elude. Algunos se van antes.
Otros se van después. Sin embargo,
aunque haya quiénes pretendan que sí, la
muerte no tiene implícita la capacidad redentora de mandar los hechos
producidos en vida al plano del olvido.
Julio Humberto Grondona falleció un día
antes de que culmine el séptimo mes del año. Ese que le dio su propio nombre. Durante
35 temporadas fue el Presidente de la AFA-Asociación del fútbol argentino-con
todo el Poder y las controversias que el cargo y tamaña duración en él supone.
Como todo hombre público, al desaparecer
ahora a los 82 años, será evocado desde varias miradas.
Sus defensores dirán que bajo su mandato
el fútbol argentino ganó más que en ningún otro período: la selección nacional
obtuvo su mayor triunfo (campeón mundial en 1986, de visitante) y dos
subcampeonatos (1990 y 2014), lo que constituye tres finales mundiales de las
cinco que se jugaron. Las 2 medallas de Oro que tiene el fútbol vernáculo en
los Juegos Olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008) tuvieron lugar en los años de Grondona incluyendo una Medalla de Plata
(Juegos Olímpicos de Atlanta 1996) de modo tal que bajo el mandato de don Julio
se jugaron tres finales olímpicas de las cuatro que Argentina disputó en su
historia. Se ganaron 2 Copas América
(1991 y 1993) de las 14 que se poseen en las vitrinas. Y también la Copa de
Confederaciones de 2005. En selecciones
juveniles se consiguieron todos los logros todos: 6 títulos en 1979, 1995, 1997,
2001, 2005 y 2007 y una vez más
finalista en 1983. Esos mismos defensores remarcarán que cuatro de los
cinco “grandes” del fútbol nacional descendieron con él de Presidente: San
Lorenzo (1981), Racing Club (1983), River Plate (2011) y hasta su querido
Independiente (2013). Solo Boca Juniors permaneció inexpugnable en Primera. Acá
descienden los poderosos, enfatizarán.
Sus detractores recordarán que la
decadencia institucional y económica de la mayoría de los clubes ocurrió en
estas tres décadas y media. Una AFA “rica” con clubes “pobres” en bancarrota.
Como también la entronización de los barrabravas, agrupaciones que no son parte
de ningún “folklore” de ningún deporte sino una asociación ilícita que vive del
delito. Acotarán que se “acomodó” con todas las caras del Poder, sin distinción
entre dictaduras y democracias. Cuando
asumió en 1979, a los 47 años de edad, gobernaba de facto el nefasto Jorge
Rafael Videla. Lo siguieron Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Galtieri y Reinaldo
Bignone hasta que los mandatos constitucionales volvieron de la mano de Raúl
Alfonsín. Y luego Carlos Menem por dos períodos. Fernando De la Rúa. Ramón
Puerta, Adolfo Rodríguez Saa y Eduardo Caamaño. Otro Eduardo: Duhalde. Y un
matrimonio: Néstor y Cristina Kirchner (dos períodos). En la AFA, pegado al
sillón principal de la calle Viamonte, siempre Julio Grondona. 13 presidentes,
15mandatos. En la AFA, siempre Julio Grondona.
Un día el peronismo en el gobierno le dio a Carlos Avila y a “Clarín” el negocio
del fútbol. Grondona aplaudió. Otro día el peronismo en el gobierno le sacó el
negocio del fútbol a “Clarín” y se lo
dio a sí mismo. Grondona también aplaudió.
Grondona siempre aplaudió.
Según el sitio web “Salvemos al futbol” (salvemosalfutbol.org)
entre el 30 de julio de 1922, cuando un
menor cayó y se mató en la cancha de Sportivo Barracas, hasta el 17 de abril de
2014, cuando Luis Areiza-25 años-murió asesinado por sus pares de la hinchada
colombiana de Atlético Nacional de Medellín en las afueras del estadio de
Newells Old Boys de Rosario, 286 personas han sido víctimas fatales en el
contexto del fútbol argentino. De ellas, 184 murieron bajo el largo mandato de
Grondona en la AFA. La violencia no es sólo del fútbol, pero también es del
fútbol. La responsabilidad de lo que ocurre en una cancha no es solo de la AFA
pero también es de la AFA. 184 de 286. El 64% de las muertes ocurridas en el
fútbol argentino sucedieron al tiempo que el sillón de la calle Viamonte era
ocupado por el mismo hombre: Julio Grondona. Como en los títulos logrados, todo
no se debió a Grondona pero también se debió a Grondona.
La única vez que alguien le disputó el
trono de AFA fue en 1991: el ex árbitro
Teodoro Nitti logró un solo voto en la elección (el representante del Racing
Club de Avellaneda).
La muerte de Grondona pone fin a una era
que debería indignarnos de solo leer el enunciado sin nombrar a nadie: una
misma persona manejó una misma entidad durante 35 años.
No sabemos si en un país con instituciones
tan débiles vendrá otro caudillo que lo reemplace. Desde Mariano Moreno hasta
acá nuestra tradición de cambiar de tiranos sin dejar la tiranía está bien
consolidada.
Personalmente no sé que se debe sentir al
gozar de un poder omnímodo como el que tuvo el cofundador de Arsenal de
Sarandí, hincha y Presidente de Independiente y Vicepresidente senior de la
FIFA. Pero me lo puedo imaginar.
Imagino que se sintió único, irremplazable
y a todas pruebas, impune. Como tantos que hoy gobiernan cosas más potentes que
el fútbol.
“Todo pasa” era un cliché habitual que
salía de su boca. Pero lo decía no apuntando a la finitud de lo vivido sino a
favor de explicar cínicamente que cualquier suceso, por más grave y
conmocionante que fuera en su momento, sería olvidado. Cosa que es real, cuando
se trabaja para el olvido.
Pero la lectura lineal de ese “todo
pasa”, la que refiere a lo limitado de nuestra existencia, es algo muy cierto
que los poderosos se niegan a aprender.
Todo pasa.
Y Grondona también…
No hay comentarios:
Publicar un comentario