miércoles, 30 de julio de 2014

TODO PASA

                     


       “Ninguna persona es una isla. La  muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.”
                              (John Donne, poeta metafísico ingles, 1572-1631)


     La muerte física de cualquier ser humano impone un respeto que nace del saber que nadie la elude. Algunos se van antes. Otros se van después.  Sin embargo, aunque haya quiénes pretendan que sí,  la muerte no tiene implícita la capacidad redentora de mandar los hechos producidos en vida al plano del olvido.

     Julio Humberto Grondona falleció un día antes de que culmine el séptimo mes del año. Ese que le dio su propio nombre. Durante 35 temporadas fue el Presidente de la AFA-Asociación del fútbol argentino-con todo el Poder y las controversias que el cargo y tamaña duración en él supone.

     Como todo hombre público, al desaparecer ahora a los 82 años, será evocado desde varias miradas.

     Sus defensores dirán que bajo su mandato el fútbol argentino ganó más que en ningún otro período: la selección nacional obtuvo su mayor triunfo (campeón mundial en 1986, de visitante) y dos subcampeonatos (1990 y 2014), lo que constituye tres finales mundiales de las cinco que se jugaron. Las 2 medallas de Oro que tiene el fútbol vernáculo en los Juegos Olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008) tuvieron lugar en los años  de Grondona incluyendo una Medalla de Plata (Juegos Olímpicos de Atlanta 1996) de modo tal que bajo el mandato de don Julio se jugaron tres finales olímpicas de las cuatro que Argentina disputó en su historia.  Se ganaron 2 Copas América (1991 y 1993) de las 14 que se poseen en las vitrinas. Y también la Copa de Confederaciones de 2005.  En selecciones juveniles se consiguieron todos los logros todos: 6 títulos en 1979, 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007 y una vez más  finalista en 1983. Esos mismos defensores remarcarán que cuatro de los cinco “grandes” del fútbol nacional descendieron con él de Presidente: San Lorenzo (1981), Racing Club (1983), River Plate (2011) y hasta su querido Independiente (2013). Solo Boca Juniors permaneció inexpugnable en Primera. Acá descienden los poderosos, enfatizarán.

     Sus detractores recordarán que la decadencia institucional y económica de la mayoría de los clubes ocurrió en estas tres décadas y media. Una AFA “rica” con clubes “pobres” en bancarrota. Como también la entronización de los barrabravas, agrupaciones que no son parte de ningún “folklore” de ningún deporte sino una asociación ilícita que vive del delito. Acotarán que se “acomodó” con todas las caras del Poder, sin distinción entre dictaduras  y democracias. Cuando asumió en 1979, a los 47 años de edad, gobernaba de facto el nefasto Jorge Rafael Videla. Lo siguieron Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Galtieri y Reinaldo Bignone hasta que los mandatos constitucionales volvieron de la mano de Raúl Alfonsín. Y luego Carlos Menem por dos períodos. Fernando De la Rúa. Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa y Eduardo Caamaño. Otro Eduardo: Duhalde. Y un matrimonio: Néstor y Cristina Kirchner (dos períodos). En la AFA, pegado al sillón principal de la calle Viamonte, siempre Julio Grondona. 13 presidentes, 15mandatos. En la AFA, siempre Julio Grondona.

      Un día el peronismo en el gobierno  le dio a Carlos Avila y a “Clarín” el negocio del fútbol. Grondona aplaudió. Otro día el peronismo en el gobierno le sacó el negocio del fútbol a “Clarín”  y se lo dio a sí mismo. Grondona también aplaudió.  Grondona siempre aplaudió.

     Según el sitio web “Salvemos al futbol” (salvemosalfutbol.org)  entre el 30 de julio de 1922, cuando un menor cayó y se mató en la cancha de Sportivo Barracas, hasta el 17 de abril de 2014, cuando Luis Areiza-25 años-murió asesinado por sus pares de la hinchada colombiana de Atlético Nacional de Medellín en las afueras del estadio de Newells Old Boys de Rosario, 286 personas han sido víctimas fatales en el contexto del fútbol argentino. De ellas, 184 murieron bajo el largo mandato de Grondona en la AFA. La violencia no es sólo del fútbol, pero también es del fútbol. La responsabilidad de lo que ocurre en una cancha no es solo de la AFA pero también es de la AFA. 184 de 286. El 64% de las muertes ocurridas en el fútbol argentino sucedieron al tiempo que el sillón de la calle Viamonte era ocupado por el mismo hombre: Julio Grondona. Como en los títulos logrados, todo no se debió a Grondona pero también se debió a Grondona.

     La única vez que alguien le disputó el trono de AFA  fue en 1991: el ex árbitro Teodoro Nitti logró un solo voto en la elección (el representante del Racing Club de Avellaneda).

     La muerte de Grondona pone fin a una era que debería indignarnos de solo leer el enunciado sin nombrar a nadie: una misma persona manejó una misma entidad durante 35 años.

     No sabemos si en un país con instituciones tan débiles vendrá otro caudillo que lo reemplace. Desde Mariano Moreno hasta acá nuestra tradición de cambiar de tiranos sin dejar la tiranía está bien consolidada.

     Personalmente no sé que se debe sentir al gozar de un poder omnímodo como el que tuvo el cofundador de Arsenal de Sarandí, hincha y Presidente de Independiente y Vicepresidente senior de la FIFA. Pero me lo puedo imaginar.

     Imagino que se sintió único, irremplazable y a todas pruebas, impune. Como tantos que hoy gobiernan cosas más potentes que el fútbol.

     “Todo pasa” era un cliché habitual que salía de su boca. Pero lo decía no apuntando a la finitud de lo vivido sino a favor de explicar cínicamente que cualquier suceso, por más grave y conmocionante que fuera en su momento, sería olvidado. Cosa que es real, cuando se trabaja para el olvido.

        Pero la lectura lineal de ese “todo pasa”, la que refiere a lo limitado de nuestra existencia, es algo muy cierto que los poderosos se niegan a aprender.

       Todo pasa.
       Y Grondona también…




       

    


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