viernes, 11 de julio de 2014

Y MAÑANA SERAN  HOMBRES...INDIFERENTES

     En 1939 el director de cine Carlos Borcosque-chileno radicado en la Argentina-puso en la pantalla grande un film devenido luego en un clásico de siempre: "Y mañana serán hombres". Con argumento de Eduardo Ursini, Borcosque reunió un reparto de notables del vernáculo mundo del espectáculo de entonces como Sebastián Chiola, Malisa Zini,Pablo Palitos, Carlos Cores, "Semillita", Armando Bó y un muy joven Alberto de Mendoza. La historia gira alrededor de las tácticas que el director de un reformatorio utiliza para ganarse la confianza de todos los muchachos internados allí. Les enseña los secretos de la calle, los instruye intelectualmente, les inculca la cultura del esfuerzo y del respeto para que, ya adultos, sean personas de bien. Sencillo. Y profundo. El director del instituto, a la manera de un padre amoroso,intenta preocuparse a tiempo.

     ¿Nos estamos preocupando y a tiempo por los chicos que serán hombres mañana?

     Misiones viene legitimando con el voto la entronización de una estructura social, económica y política que es feudal. Y no sólo gracias al llamado clientelismo . No se saca setenta por ciento de los sufragios únicamente con beneficiarios de planes sociales ni con personas que creen que su voto tiene valor de cambio. Se precisa que haya indiferencia en todas las clases sociales y embrutecimiento de la burguesía. La indiferencia hacia la cosa pública no es algo que nos viene dado. Es algo que se construye. A ver si nos entendemos: una persona no nace indiferente. Se la hace indiferente.

     De manera más o menos solapada, el otrora muy buen sistema educativo nacional ha mutado a otro que no es mejor. Esta es una verdad incómoda. Implica tocar cuerdas muy sensibles. Bajando el nivel de exigencia y proclives como hemos sido todos los estudiantes a gambetear el esfuerzo intelectual que implica estudiar, el actual orden educativo nos garantiza "zafar", que es el verbo más conjugado por los alumnos. Se genera así un discurso dominante que nos habla de mejoras educativas que nunca nadie vió. Su gran aliado es la sociedad misma. Porque de la boca para afuera la educación le importa a todos. Pero en serio, a cuatro tipos. En éste contexto, se produjo este texto:
     En la EPET 3 de Oberá se denunció que cuatro chicos de 18 años cada uno, con el uniforme del colegio, le sacaron una moto a un compañero de 17. Dicen que lo hicieron en la puerta del colegio y parece que la acción fue reconocida por sus presuntos autores y hasta por algunos de sus padres. El Colegio, no el Director de manera unilateral, decidió sancionarlos con la pérdida del año lectivo. Podrían volver el año siguiente. Rápidamente el Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Misiones, Luis Arnaldo Jacobo, empezó una gira por los mass-media cuestionando la calidad de la sanción y criticando ácidamente a Jorge Romero, el Director de la EPET. Luego pasó a los hechos e invalidó la decisión de la escuela. Dicen algunos que el episodio le vino al Ministro como anillo al dedo para intentar disciplinar no a los chicos sino a Romero, siempre reacio a convertirse en otro felpudo del Poder.

     En el plano de lo simbólico Jacobo desenfundó el concepto de “estigmatizante”. "Dejemos de estigmatizar a los jóvenes, de generalizar y de salir a los medios a hablar. Han hecho un linchamiento público de los chicos y han quedado expuestos como delincuentes sociales", indicó.

     Alguien debería tomarse el trabajo de pedirle por favor a Jacobo qué nos explique a todos en qué lugares del planeta se implementa un modelo pedagógico que postula que un chico puede ser educado sin límites.

     El kirchnerismo ,como fenómeno cultural que trasciende el político, ha instalado la idea de que la “disciplina” es un concepto negativo , rémora de las dictaduras militares.

     El Ingeniero Jacobo es funcionario público de una partido-el Frente Renovador-que nació como el primer gran experimento de la idea de transversalidad de Néstor Kirchner. Tan obvio es que ni siquiera se esfuerza en buscar sinónimos de expresiones como “linchamiento mediático” (¿a quién te hace acordar?).

     Jacobo también sostiene que “lo peor que le podemos hacer a los chicos es dejarlos afuera de la escuela, sin incluirlos y sin educarlos”. La expresión es manipuladora porque es emitida buscando la sensibilidad del receptor para su rápida adhesión. Es fácil coincidir en que todo chico debe poder estudiar. Pero también es falaz. En la escuela, que no es una guardería, se instruye. Se educa en la casa.
     ¿Qué pasa “afuera” de la escuela? ¿Necesariamente un chico que no estudia por seis meses-porque la sanción de la EPET les permitía retomar los estudios en 2015-terminará siendo una especie de delincuente? ¿Qué pasa “afuera”? ¿Qué han hecho gobiernos que están hace más de una década, como los que integra el señor Jacobo, con la calidad de vida y el nivel de inclusión que impera ahí “afuera”?

     ¿Inclusión? Suena bien pero algo extravagante en una sociedad misionera llena de chicos desnutridos que en el país de las vacas no saben lo que es tomar una copa de leche o comer un churrasco y en dónde buena parte de las familias “de los chicos” no tienen ni agua potable ni cloacas. Quizás esa misma palabra, “inclusión”, empleada el 4 de febrero de 2002 cuando el señor Jacobo dejó su cargo de Profesor Adjunto en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNAM para pasar a la función pública, tendría la fuerza que le hubiera dado la credibilidad. Pero resulta que en los doce años siguientes, el señor ahora Ministro de Educación fue Defensor del Pueblo en Posadas, Ministro Coordinador de Gabinete, Ministro de Ecología y Turismo, Ministro de Acción Cooperativa y Mutual, Presidente del Parque Tecnológico Misiones , Presidente de la Biofábrica, titular de la Fundación Agencia para el Desarrollo de Misiones y representante provincial ante la Comisión Mixta por la construcción de la represa Garabí-Panambí .

     Ya tuvo tiempo suficiente , recursos suficientes y Poder suficiente para “incluir” un poquitín más que lo que hay a “los chicos”, ¿no?

      Formar ciudadanos con pensamiento crítico. Que conozcan sus derechos y sus obligaciones. Un muchacho de 18 años, en condiciones legales de ir a una guerra, no puede recibir el mensaje-porque la educación también proviene de actos y no sólo de palabras-que sus límites son tan laxos como él quiere.

      Son “chicos” que mañana serán hombres.
      Así, serán hombres indiferentes…




Principio del formulario
Final del formulario


No hay comentarios: