jueves, 26 de marzo de 2015

               CON OPOSITORES ASÍ
        ¿QUIÉN NECESITA OFICIALISTAS?



     Uno busca y busca y resulta que en los últimos doce años, desde que el Frente Renovador gobierna Misiones, no es posible encontrar críticas tan fuertes de la hoy diputada provincial María Losada hacia unos muchachos que han hecho cualquier cosa desde el Poder, como las que destinó a sus propios correligionarios. Llamativo. A María, justa o injustamente,  le es más fácil adjetivar férreamente contra los radicales que contra Closs y Rovira.

     Uno busca y busca y resulta que en los últimos doce años, desde que el Frente Renovador gobierna Misiones, no es posible encontrar críticas tan manifiestas del eterno alcalde de Campo Viera Juan Carlos Ríos hacia unos muchachos que han hecho cualquier cosa desde el Poder como las que destinó a sus propios compañeros. Llamativo. A Ríos, como a varios de su sector político, le es más sencillo criticar a Puerta y a los puertistas que a los Renovadores.

      Vaya uno a saber. Quizás María Losada, una chica intelectualmente muy preparada, haya tenido razón en indignarse. O tal vez no. Pero lo cierto es que ninguna de las acciones de los señores feudales misioneros logró “sacarla” como consiguieron hacerlo Bordón o Damiani. Lo mismo Ríos y tantos otros. Dirigentes que obligan a un gran esfuerzo auditivo de nuestra parte para advertir en sus discursos alguna de esas críticas como Dios manda hacia las barbaridades, atropellos  y disparates que el aparato de propaganda oficial le vende como virtudes a la gilada.

     Salvo excepciones que caben en los dedos de la mano de un manco la dirigencia opositora misionera, ya que nos cuentan que se trata de  opositores, suele ser benevolente y desaprovecha tanta letra, tanto argumento dado, tanta indignación que debería revolverles las tripas, tanto aprovechamiento integral de la desidia gubernamental. No vamos a extendernos aquí sobre la innegable importancia que tiene la palabra en la construcción de eso que llamamos “realidad” en tiempos de “homo-videns” (como definió al nuevo hombre Giovanni Sartori) . Bueno, hay una señora que suele aprovechar las cadenas nacionales para monopolizar la palabra y desarrollar su “relato” y mal hasta acá no le ha ido, ¿verdad?

     Y todo frente a una fenomenal estrategia comunicacional que en base a “caja” ha disciplinado plumas y voces en toda la provincia. El oficialismo “grita”. La oposición “susurra”. Muy desparejo, ¿no?

     ¿Cuántos de los 75 municipios de la provincia reciben, como “información”,  algo distinto de la “Disneylandia” que les narra el Canal 12? Que el canal público se haya convertido en una triste gacetilla de prensa de Closs, ¿no  los “saca” a  algunos dirigentes opositores?  Qué este 27 de marzo lo único que podamos decir de Mario Golemba es lo mismo y nada nuevo de lo que podemos decir desde que “desapareció” hace siete años en democracia, ¿tampoco  enerva a estos opositores?   ¿Y “Marilyn” Bárbaro? ¿Y…? ¿Y…?  ¿Y…?  Llena vos los puntos suspensivos con todas las injusticias que se te vengan a la cabeza que deberían ser  más que suficientes para “botar” con “b” larga a esos que acá muchos “votan” con “v” corta.

     “Con amigos así, quién necesita enemigos” es un proverbio mundial que, dicen algunos,  reconoce su génesis en una antiquísima historia griega en la que un ciervo se sintió enfermo y entonces se recostó en un rincón del prado dónde moraba. Los otros ciervos que andaban por allí, al verlo recostado y enfermo, comenzaron a morder el pasto y arrancarlo para acercárselo. Lo hicieron durante unos cuántos días. Cuando lo vieron mejor se marcharon. El ciervo enfermo, cuando mejoró y se pudo parar, advirtió que no quedaba ni una hebra de pasto y que el que le habían acercado ya estaba seco.

     Michel Foucault sostenía que el Poder no solo reprime, también produce. Produce “efectos de verdad”. Es fundamental entonces presentar batalla y refutar tanta propaganda obscena disfrazada de cuestión institucional. Porque a Golemba se lo tragó la tierra durante un fugaz terremoto  y seguro que Nisman se deprimió. Total, público para comerse todos los amagues sobra.  Pero no. Muchos opositores no parecen tener mucha voluntad de ayudarnos a refutar nada.

       No le queremos sacar el conchabo a los amigos Renovadores, pero…

      Con opositores así. ¿harán falta oficialistas?



    

      

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