domingo, 9 de mayo de 2021

 

BATALLAS GANADAS DE UNA GUERRA PERDIDA

 


     Salvo los perritos falderos que mueven la colita  esperando su hueso con carne, o los que viven adentro de un termo, el votante racional sabe que mientras mejor le va a la renovación, peor le va a Misiones. Con una sociedad aclimatada al feudo, con la autocensura extendida, y con indolentes que aspiran a perder por poco, el clima social indica que no es el momento de un batacazo electoral en la provincia. Pero…¿y si lo fuera?

     Para poner los pies-y las teclas- sobre la tierra: ¿en cuántos de los setenta y siete municipios de Misiones alguien puede criticar a Rovira o al alcalde municipal, poniendo nombres propios, en una radio, un canal de televisión, o un diario digital local? Pues bien, si en un distrito ni siquiera hay chances de emitir un mensaje diferente al hegemónico, y a eso se le suma el desigual combate contra el manejo de la “caja” del estado, un candidato que no sea oficialista ¿compite o solo participa? Eso debe tener algo que ver con que, en tantos lados, los comicios se reduzcan a una interna renovadora.

     Pero quedan excepciones. Oberá es una.

     En los últimos años en Oberá se constituyó una masa crítica que, aunque heterogénea, no se conforma con las miguitas que le arroja la renovación. No es fácil cuantificarla pero se hace sentir, opina, forzó a unos cuántos periodistas locales a ser un poquito menos alcahuetes del poder, y veremos si es capaz de protestar con el voto. De hecho, Juntos por el Cambio se anotó algún triunfo y algunos desempeños interesantes. Incluso, fue la ley de lemas la que venció al candidato radical a la defensoría del pueblo, el profesor Roberto Silverstone. Individualmente, Silverstone fue el más votado, seguido por otro candidato opositor, y Patricia Nittmann, la candidata del partido de Rindfleisch, recién apareció en tercer lugar. El 6 de junio se sabrá si esa masa crítica creció, se estancó, o si decreció. Y se sabrá en las urnas. Donde se da y se quita poder.

     En Posadas todos los mass-media blindaron al alcalde Stelatto y en Eldorado es muy reciente el escándalo que involucraría al intendente Martínez. Se verá en cuatro semanas si los posadeños son capaces de elevarse sobre el “apagón informativo” que ellos mismos financian-aunque no lo sepan- y si los eldoradenses votan racionalmente.

     El filósofo Francis Bacon decía que “la esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena”.

     Desmontar un sistema feudal no es nada sencillo y lo es mucho más desde que la dirigencia opositora se rindió y ya no le disputa el poder a Rovira, que bien sabe que no hay 2023 sin 2021. Pero puede que muchos electores voten a la oposición no por lo que es, sino a pesar de lo que es. Así que disfrutemos de un rico desayuno. Aunque después no cenemos.

     Arrebatarle a la renovación la Defensoría del Pueblo de Oberá es posible.

     Sería una batalla ganada.

    De una guerra perdida.

 

 


    

    

1 comentario:

Norma dijo...

Excelente descripción del cuadro político en Oberá y en la provincia, Ojalá que la oposición y el electorado valore y vote a favor de más controles y equilibrio en el poder,