BATALLAS GANADAS DE UNA GUERRA
PERDIDA
Salvo los
perritos falderos que mueven la colita esperando
su hueso con carne, o los que viven adentro de un termo, el votante racional sabe
que mientras mejor le va a la renovación, peor le va a Misiones. Con una
sociedad aclimatada al feudo, con la autocensura extendida, y con indolentes
que aspiran a perder por poco, el clima social indica que no es el momento de
un batacazo electoral en la provincia. Pero…¿y si lo fuera?
Para poner los pies-y las teclas- sobre la
tierra: ¿en cuántos de los setenta y siete municipios de Misiones alguien puede
criticar a Rovira o al alcalde municipal, poniendo nombres propios, en una
radio, un canal de televisión, o un diario digital local? Pues bien, si en un
distrito ni siquiera hay chances de emitir un mensaje diferente al hegemónico,
y a eso se le suma el desigual combate contra el manejo de la “caja” del
estado, un candidato que no sea oficialista ¿compite o solo participa? Eso debe
tener algo que ver con que, en tantos lados, los comicios se reduzcan a una
interna renovadora.
Pero quedan excepciones. Oberá es una.
En los últimos años en Oberá se constituyó
una masa crítica que, aunque heterogénea, no se conforma con las miguitas que
le arroja la renovación. No es fácil cuantificarla pero se hace sentir, opina,
forzó a unos cuántos periodistas locales a ser un poquito menos alcahuetes del
poder, y veremos si es capaz de protestar con el voto. De hecho, Juntos por el
Cambio se anotó algún triunfo y algunos desempeños interesantes. Incluso, fue
la ley de lemas la que venció al candidato radical a la defensoría del pueblo,
el profesor Roberto Silverstone. Individualmente, Silverstone fue el más
votado, seguido por otro candidato opositor, y Patricia Nittmann, la candidata
del partido de Rindfleisch, recién apareció en tercer lugar. El 6 de junio se
sabrá si esa masa crítica creció, se estancó, o si decreció. Y se sabrá en las
urnas. Donde se da y se quita poder.
En Posadas todos los mass-media blindaron
al alcalde Stelatto y en Eldorado es muy reciente el escándalo que involucraría
al intendente Martínez. Se verá en cuatro semanas si los posadeños son capaces
de elevarse sobre el “apagón informativo” que ellos mismos financian-aunque no
lo sepan- y si los eldoradenses votan racionalmente.
El filósofo Francis Bacon decía que “la
esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena”.
Desmontar un sistema feudal no es nada
sencillo y lo es mucho más desde que la dirigencia opositora se rindió y ya no
le disputa el poder a Rovira, que bien sabe que no hay 2023 sin 2021. Pero puede
que muchos electores voten a la oposición no por lo que es, sino a pesar de lo
que es. Así que disfrutemos de un rico desayuno. Aunque después no cenemos.
Arrebatarle a la renovación la Defensoría
del Pueblo de Oberá es posible.
Sería una batalla ganada.
De una guerra perdida.
1 comentario:
Excelente descripción del cuadro político en Oberá y en la provincia, Ojalá que la oposición y el electorado valore y vote a favor de más controles y equilibrio en el poder,
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