HACERSE EL SOTA
El gobierno
nacional, el misionero, y el obereño, no acusan recibo de que ese pueblo al que
dicen representar se quejó fuerte en las urnas. El grotesco de pretender
disimular la derrota y con modos inverosímiles, el gambetear el replanteo del
rumbo, la terquedad y la desesperación por una impunidad exprés, nos pone en
riesgo a todos. Porque es peligroso, como decía el publicista español José Luis Vila- San Juan, que haya tanta corona sin cabeza.
El peronismo, una vez más, discute su
interna en el poder con un Alberto expectante. A ver si ahora, que su jefa va
zafando de la justicia, consigue emanciparse un poco. “Los favores recibidos
(la presidencia) creo habértelos pagado (la impunidad)”, podría decirle a
Cristina. Como en el tango “Mano a mano” que escribió Celedonio Flores,
popularizó Gardel y eternizó Julio Sosa.
Carlos Rovira ya instruyó a sus aduladores
a sueldo para que engrupan con el cuento de que Arjol y Klipauka (los diputados
electos por la oposición), deben conseguir rapidito en el parlamento nacional los
beneficios para la provincia que ninguno de los ineptos de su partido consiguió
en veinte años de obsecuencia al poder central. En paralelo, en vez de mejorar
un poco los salarios paupérrimos que paga el estado que manejan, los
renovadores dan de comer “conceptos”: ahora es la creación de un bloque
“neo-revisionista”. Es que el camelo del “misionerismo” no se lo tragó casi
nadie.
En Oberá “Carlitos”, antes de irse “pa
Baires”, pretende dejar a otros dos “del palo” en el Tribunal de Faltas. A la
manera de los mitómanos, parece creerse su propio verso de que perdió tres
elecciones en cinco meses por exclusiva culpa del gobierno nacional. Y Pablo
Hassan, su inminente sucesor, fue entrevistado por un par de mass-media que
viven de la pauta. Nos contaron que tiene 28 años, que va a ser papá, y que
estudió afuera pero que volvió a Oberá porque la quiere mucho. Minga de plantearle
alguna cosita seguramente baladí como su postura frente al cuestionado nuevo
código fiscal que ideó su jefe, qué futuro avizora para el bluff del parque termal, sus planes para otro
verano con cortes de luz y de agua cada vez que se nubla, o por la obra en la
Plazoleta Güemes.
Nuestros
gobernantes se hacen los sotas. Se niegan a destaparse los oídos con un hisopo para
escuchar el reclamo agudo de una sociedad harta.
Siguen como en el tango de Celedonio…
“Como juega el gato maula, con el mísero
ratón”.
Walter
Anestiades
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