HACE UN AÑO NACÍA UN PATÉTICO OXÍMORON:
LOS LIBERTARIOS FEUDALES
El domingo 7 de mayo del año
pasado 425 mil misioneros, incluyendo 20 mil obereños, decidieron conservar el
perverso sistema feudal que Carlos Rovira implementó en la tierra colorada hace
dos décadas. Seis meses después, en el balotaje de noviembre, 405 mil misioneros,
incluyendo 24 mil obereños, votaron para presidente al libertario Javier Milei.
Nacía una alianza paradojal que no se hizo de arriba hacia abajo sino de abajo
hacia arriba. Gente que quiere vivir en un país libre pero elige seguir
viviendo en una provincia oprimida. Nacían los libertarios feudales.
El 7 de mayo
de 2023 el 61% de los electores misioneros ratificaron con su voto el esquema
de concentración del poder donde la ley máxima es la voluntad de una persona
que se llama Carlos Eduardo Rovira. El Frente Renovador, aquél primer ensayo de
la transversalidad que pergeñó Néstor Kirchner y que en Misiones unió a los
peronistas de Rovira con los radicales de Maurice Closs, ganó en 76 de los 78
municipios, logró 25 de los 40 diputados provinciales y permitió la vuelta a la
“Rosadita” de Posadas de Hugo Passalacqua, “El hombre mediocre”, con el que
Misiones ya había perdido cuatro años entre 2015 y 2019. Milei no presentó
candidatos a cargos locales ni nacionales.
Si bien la
victoria provincial no sorprendió a favor de que en Misiones todo está en
venta, empezando por el voto, sí había alguna expectativa de cambio en Oberá,
segunda ciudad de la provincia que arrastraba un historial de derrotas
consecutivas del oficialismo, incluyendo la elección a Defensor del Pueblo.
Pero no. “La vida es sueño” decía Calderón de la Barca y el sueño de recuperar
ciudadanía en Oberá quedó trunco.
¿Qué pasó? Más
de 20 mil obereños volvieron a votar a Passalacqua y también a los dos
candidatos que contaron con más “caja”: Pablo Hassan (por entonces intendente
interino e hijo de Pablo Hassan, histórico operador de Rovira), y Héctor
González (director del Hospital Samic, un cargo que tiene mucho más de política
que de medicina). El lema renovador presentó 16 sublemas, pero le alcanzó con
2: el de Hassan, que sacó 8.500 votos, y el de González, que sacó 4.300.
Sumados ambos, casi 13 mil votos, le ganaron a los 10 sublemas de Juntos por el
Cambio que, entre todos, sacaron 11.500 votos.
Así Carlos
Rovira se convirtió en el Gildo Insfrán local y su poder durará lo que dure su
vida. Y Oberá se integró definitivamente al esquema de “cancha inclinada” en
donde el candidato que tiene más plata gana. Y siempre la tiene un oficialista.
En la Misiones feudal del siglo XXI la
palabra “cambio” no es un imán, sino un repelente. La realidad local no influye
en el voto. Y ser oficialista no es una postura política: es una actitud de
vida.
Pero como si esto de bancar con el voto un
sistema que sofoca cualquier ansia de libertad no hubiera pasado, en las PASO
de agosto, en las generales de octubre, y en el balotaje de noviembre, 405 mil
misioneros, entre ellos 24 mil obereños (obsérvese la similitud con los números
del rovirismo en mayo), votaron al libertario Javier Milei para presidente de
la Argentina. Y como Milei no presentó candidatos a diputados nacionales, la
mitad del electorado votó en Blanco para esa categoría (inédito).
Como en tantos
otros distritos los jóvenes fueron artífices de la victoria mileísta. Y
agreguemos un dato insoslayable: Misiones tiene la población más joven del
país.
Así tenemos a
una persona preocupada por las injusticias que ocurren en el país. Y despreocupada
por las injusticias que ocurren en la esquina de su casa.
No es lo que
se viene en Misiones. Es lo que ya hay en Misiones. Por eso Milei y Rovira no
necesitan hacer ningún nuevo pacto. Solo ratificar el que ya hicieron sus
votantes.
En “Los
hermanos Karamazov”, Dostoievski escribió que: “Los hombres quieren volar, pero
temen al vacío. No pueden vivir sin certezas. Por eso cambian el vuelo por las jaulas.
Las jaulas son el lugar donde viven las certezas”.
Por acá está
lleno de gente que adora escuchar a Milei hablando de libertad. Lo escuchan
siempre.
Mientras limpian su jaula.
Walter Anestiades
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