sábado, 4 de mayo de 2024

 

HACE UN AÑO NACÍA UN PATÉTICO OXÍMORON:

           LOS LIBERTARIOS FEUDALES

 

     El domingo 7 de mayo del año pasado 425 mil misioneros, incluyendo 20 mil obereños, decidieron conservar el perverso sistema feudal que Carlos Rovira implementó en la tierra colorada hace dos décadas. Seis meses después, en el balotaje de noviembre, 405 mil misioneros, incluyendo 24 mil obereños, votaron para presidente al libertario Javier Milei. Nacía una alianza paradojal que no se hizo de arriba hacia abajo sino de abajo hacia arriba. Gente que quiere vivir en un país libre pero elige seguir viviendo en una provincia oprimida. Nacían los libertarios feudales.

     El 7 de mayo de 2023 el 61% de los electores misioneros ratificaron con su voto el esquema de concentración del poder donde la ley máxima es la voluntad de una persona que se llama Carlos Eduardo Rovira. El Frente Renovador, aquél primer ensayo de la transversalidad que pergeñó Néstor Kirchner y que en Misiones unió a los peronistas de Rovira con los radicales de Maurice Closs, ganó en 76 de los 78 municipios, logró 25 de los 40 diputados provinciales y permitió la vuelta a la “Rosadita” de Posadas de Hugo Passalacqua, “El hombre mediocre”, con el que Misiones ya había perdido cuatro años entre 2015 y 2019. Milei no presentó candidatos a cargos locales ni nacionales.

     Si bien la victoria provincial no sorprendió a favor de que en Misiones todo está en venta, empezando por el voto, sí había alguna expectativa de cambio en Oberá, segunda ciudad de la provincia que arrastraba un historial de derrotas consecutivas del oficialismo, incluyendo la elección a Defensor del Pueblo. Pero no. “La vida es sueño” decía Calderón de la Barca y el sueño de recuperar ciudadanía en Oberá quedó trunco.

     ¿Qué pasó? Más de 20 mil obereños volvieron a votar a Passalacqua y también a los dos candidatos que contaron con más “caja”: Pablo Hassan (por entonces intendente interino e hijo de Pablo Hassan, histórico operador de Rovira), y Héctor González (director del Hospital Samic, un cargo que tiene mucho más de política que de medicina). El lema renovador presentó 16 sublemas, pero le alcanzó con 2: el de Hassan, que sacó 8.500 votos, y el de González, que sacó 4.300. Sumados ambos, casi 13 mil votos, le ganaron a los 10 sublemas de Juntos por el Cambio que, entre todos, sacaron 11.500 votos.

     Así Carlos Rovira se convirtió en el Gildo Insfrán local y su poder durará lo que dure su vida. Y Oberá se integró definitivamente al esquema de “cancha inclinada” en donde el candidato que tiene más plata gana. Y siempre la tiene un oficialista. En la Misiones feudal del siglo XXI  la palabra “cambio” no es un imán, sino un repelente. La realidad local no influye en el voto. Y ser oficialista no es una postura política: es una actitud de vida.

      Pero como si esto de bancar con el voto un sistema que sofoca cualquier ansia de libertad no hubiera pasado, en las PASO de agosto, en las generales de octubre, y en el balotaje de noviembre, 405 mil misioneros, entre ellos 24 mil obereños (obsérvese la similitud con los números del rovirismo en mayo), votaron al libertario Javier Milei para presidente de la Argentina. Y como Milei no presentó candidatos a diputados nacionales, la mitad del electorado votó en Blanco para esa categoría (inédito).

     Como en tantos otros distritos los jóvenes fueron artífices de la victoria mileísta. Y agreguemos un dato insoslayable: Misiones tiene la población más joven del país.

     Así tenemos a una persona preocupada por las injusticias que ocurren en el país. Y despreocupada por las injusticias que ocurren en la esquina de su casa.

     No es lo que se viene en Misiones. Es lo que ya hay en Misiones. Por eso Milei y Rovira no necesitan hacer ningún nuevo pacto. Solo ratificar el que ya hicieron sus votantes.

     En “Los hermanos Karamazov”, Dostoievski escribió que: “Los hombres quieren volar, pero temen al vacío. No pueden vivir sin certezas. Por eso cambian el vuelo por las jaulas. Las jaulas son el lugar donde viven las certezas”.

     Por acá está lleno de gente que adora escuchar a Milei hablando de libertad. Lo escuchan siempre.

     Mientras limpian su jaula.



Walter Anestiades

   

    

    

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