sábado, 21 de diciembre de 2024

 

            NUESTRA INTEGRIDAD   

     “Siempre supe cuál era el camino correcto. Siempre lo supe. Pero nunca lo seguí. ¿Saben por qué? Porque era muy difícil”.

(Al Pacino, como el coronel Frank Slade, en la película “Perfume de mujer”) 

      La norteamericana “Perfume de mujer” de 1992, con Al Pacino, es una remake de la italiana “Perfume de mujer” de 1974, con Vittorio Gassman. Al Pacino descuella en la piel del coronel Slade, que quedó ciego y es acompañado en un viaje por Charlie, un estudiante pobre becado en una escuela para ricos que se niega a ganarse un futuro en la universidad haciendo de buchón para entregar los nombres de cuatro nenes de papá que le hicieron una joda al director y no se bancan las consecuencias. A punto de ser castigado por su silencio el coronel Slade irrumpe en la asamblea escolar y da su discurso de apoyo: “Charlie no va a vender a nadie para comprar su futuro. Y eso es ser íntegro. De esa integridad deberían estar hechos los líderes que ustedes dicen que forman en esta escuela. Charlie eligió el camino correcto. Un camino que yo siempre supe cuál era y nunca lo seguí. ¿Por qué? Porque era muy difícil”…

      Caminar en la Misiones feudal, en la Oberá feudal, por el camino correcto, es muy difícil. Implica quedar en la marginalidad política, periodística, cultural, laboral y a veces hasta social. Por eso casi nadie chilla por casi nada y casi todo el mundo es oficialista. Porque ser oficialista es fácil. Cualquiera lo es.

     Los íntegros no son muchos. Pero los hay. Existen. Los hay en la política (aunque no lo quieras creer), en el periodismo (aunque lo creas menos), en la docencia y en muchas otras profesiones. Los hay en todas las clases sociales. En el campo y en la ciudad. En cada parte de la tierra colorada. En Oberá algunos de ellos son mis amigos. Y se los reconoce fácil: no tranzan con ningún poder. Cada uno, a su manera, manda a la mierda a los que se creen intocables porque tienen la puerta abierta de las grandes oficinas. Son admirados en silencio y envidiados en público. Paren cada mango que ganan y conocen cuál es el camino correcto porque lo aprendieron de sus viejos. Y siempre andan por ahí.

     En lo inmediato no se avizoran éxitos políticos para ellos. Aunque uno nunca sabe.

     Lo que sí uno sabe es que termina un año, se viene otro, y tozudamente previsibles como son, harán lo que hacen siempre…

    Dirán lo que hay que decir. Se pelearán con el que hay que pelearse. Defenderán su dignidad. Serán criticados por los incapaces de salir del status quo. Y, como Charlie, seguirán el camino correcto.

      ¿Cuál es el camino correcto? Es ese que los cobardes nunca siguen.

     Porque es muy difícil.


-Walter Anestiades

-Imagen: Concepto.de 

     

 

 

    

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Walter un amigo muy frontal al que sigo y creo es uno de los pocos periodistas que se animan a escribir sin tapujos ni autocensura lo que piensa. Por muchos más como él, que ejerzan el pensamiento crítico y ayuden a pensar!!