UN AÑO DE MILEI. ¿Y VOS?

  ¿ESTÁS MEJOR, IGUAL O PEOR?

 

     “No te bañarás dos veces en el mismo río”, sentenció Heráclito de Éfeso, un filósofo presocrático que vivió cinco siglos antes de Cristo. Así definió al cambio. El domingo 10 de diciembre de 2023 Javier Gerardo Milei asumió como el décimo presidente constitucional desde el retorno democrático del 83. ¿Las cosas están cambiando? ¿Hay gatopardismo? ¿Cambian para bien? Y, lo más importante ¿a vos como te va? Porque de eso se trata…

     Es difícil encontrar a un presidente argentino que haya tenido el pasado tan a su favor como Milei. Las desgracias perpetradas por sus antecesores, y especialmente la calamidad pública que fue el paso de Alberto Fernández por Balcarce 50, propiciaron un sano espanto ante cualquier cosa que huela al pasado reciente.

     Pero hay un hecho sustantivo del año de gestión mileísta que es demasiado sustantivo como para dejarlo pasar. El necesario ajuste de las cuentas públicas no lo paga la casta prometida sino los jubilados y la clase media. ¿Qué tiene eso de cambio?

     Un año de gestión es muy poco como para andar dando veredictos que queden firmes. Pero las dudas son todas legítimas. De nuevo, ¿estamos cambiando? ¿Estamos cambiando para bien? ¿Esto es cambio o es gatopardismo? La sociedad argentina que dice querer cambiar, ¿quiere cambiar? ¿O quiere que cambien los otros? Porque en la mayoría de sus terruños la sociedad votó para que localmente todo siga igual. Los capangas municipales y provinciales siguen casi todos en sus cargos. ¿Libertad para el país y feudo en la esquina de mi casa?

     Pudiendo ir mucho peor de lo que iba, hoy la macroeconomía va bien. La microeconomía… vemos.

     Generan desconfianza los pichones del macartismo argento que siguen a Milei. Y enfrente, lo que tiene enfrente, o ya fracasó, o además de haber fracasado, también repugna.

     Así las cosas, la vara está bajísima. Y eso no es bueno.

      El escritor Chesterton decía que “Lo malo de cuando la gente ya no cree en nada, es que después termina creyendo en cualquier cosa”.

     Que Dios no permita que el gobierno de Milei termine siendo cualquier cosa…

    

 

Walter Anestiades