DESPUÉS DE ÉL, EL DILUVIO…
Se tornó
habitual escuchar a muchos argentinos decir que, con tal de que no vuelvan los
kirchneristas, están dispuestos a tolerarle cualquier cosa a Javier Milei.
¿Cuál sería el tamaño de ese “cualquier cosa”? Si se comprueba que desde lo más
alto del poder libertario se desvió dinero que debió ir a gente discapacitada
eso sería una canallada, precisamente, intolerable. ¿O no? “Después de mí, el
diluvio”, dicen que dijo Luis XV, penúltimo rey francés antes de la Revolución.
Si se viene otra frustración colectiva para seguir coleccionando, entonces
después de Milei, ¿qué? …
"Après moi le déluge" es la cita
en francés que se le atribuye a Luis XV, más conocido por sus amantes (como la famosa
marquesa de Pompadour) que por sus
aciertos en el trono. En la Argentina podríamos afirmar, sin que suene
ridículo, que “Después de mí el diluvio” lo dijo Isabel Perón, o los militares
de la dictadura, o el Alfonsin de la híper, o Menem, o Duhalde, o el trío
kirchnerista Néstor, Cristina y Alberto, o Macri. ¿Resulta que también lo
podría decir Javier Milei?
Repasemos: un audio filtrado a la prensa
(no se sabe por quién pero dada la feroz interna de los libertarios uno se lo
puede imaginar) desnuda una presunta red de sobornos en la compra de
medicamentos en la, nada menos, Agencia Nacional de Discapacidad. Enseguida
corrieron del cargo a su titular, Diego Spagnuolo, un abogado muy cercano al
Presidente. En los audios, el propio Spagnuolo menciona que Karina Milei, “la
jefa”, la hermana y secretaria del Presidente, se llevaría entre un 3 y un 4%
de esas coimas. Y que los dos grandes responsables de esa red de corrupción
serían dos Menem: Eduardo-alias “Lule”-operador político del gobierno, y
Martín, titular de la cámara de diputados.
Don Miguel de Unamuno decía que “A veces,
el silencio es la peor mentira”. Hasta el momento de teclear estas líneas desde
el gobierno no han dicho ni una palabra sobre el tema. Desde un Presidente
verborrágico y puteador serial, hasta el elenco estable de sus
ciber-obsecuentes. Nadie dijo nada. Muy raro.
Si todo se pudriera que horrible sería. ¿Y
que sería lo que vendría? Porque lo que hay enfrente de Milei, con chances
reales de disputar el poder, es la colección de gente más detestable que
conocimos en democracia. ¿O el tamaño de “cualquier cosa” a tolerar sería tan
enorme que no restaría tantos votos en octubre y todo seguiría como si nada?
Eso ya pasó en tiempos de Cristina Kirchner. La sociedad argentina ha dado muchas
pruebas de su altísima tolerancia a la corrupción.
Al nieto de Luis XV, el rey Luis XVI, los
desastres de su abuelo le costaron la cabeza.
En la Argentina, los Luis XVI somos nosotros.
-Walter
Anestiades
-Foto: Noticias Argentinas
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