EL “NO” AHORA TIENE LA CARA DE MILEI
El peronismo se niega a asumir que buena
parte de la sociedad argentina, y de esa clase media que el propio Perón creó,
detesta su versión kirchnerista. Hace años que le vienen diciendo que “no”. Y
ese “no” tuvo alguna vez la cara de Sergio Massa, de Francisco De Narváez, la
cara de los productores agropecuarios y la de Mauricio Macri. Y ahora tiene la
cara de Javier Milei. Pero, lejos de algo que huela mínimamente a una
autocrítica, el peronismo no dimensiona la repulsa que provoca no en “gorilas”
sino en laburantes el solo pensar en la posibilidad de que esa época espantosa
pueda regresar. Prefieren un día malo con Milei a un día bueno con Cristina…
El gobierno de Milei viene haciendo las
cosas bastante mal. Controló la inflación sí, gran logro si los hay, pero le
hizo pagar el ajuste no a la casta prometida sino a los jubilados y a los
trabajadores. Y metió la patita demasiadas veces en menos de dos años. Pues
bien, en el peronismo deberían ser capaces de imaginar porque millones de
argentinos, aún así, prefieren seguir apostando por Milei para huir,
despavoridos, de un retorno kirchnerista.
El último 7 de septiembre los libertarios
recibieron una paliza electoral en la provincia de Buenos Aires. La macro
economía se puso en sintonía con la micro, ergo, se puso mal, y el gobierno de
Milei, con el escándalo Espert y el de los audios del extitular de la Agencia
de Discapacidad, quedó arrinconado. No sabemos qué hubiera pasado con el dólar
si el mismísimo “Tío Sam” (con la cara de Donald Trump) no lo hubiera
socorrido. Fue una gran ayuda. Pero llegó otra ayuda mejor: el miedo.
De pronto pareció que el kirchnerismo, ese
espacio que tiene a su líder con prisión domiciliaria y tobillera por corrupta
y cuya última versión fue esa calamidad pública del gobierno de Alberto
Fernández, volvía.
Fue demasiado.
Una cosa es cagarse de hambre. Otra es
tener que volver a soportar a la colección de gente más detestable que
conocimos en democracia.
Los resultados electorales son
multicausales. La asombrosa victoria mileísta en los comicios legislativos
nacionales tiene varias razones. En Misiones y en Oberá volvieron a imponerse
los “libertarios-feudales”. Esa mayoría de la que te venimos contando hace
rato. Los que quieren que el país cambie pero que Misiones quede igual. Los que
votan renovación en los comicios locales y a los libertarios en los nacionales.
Pero todo empieza a entenderse desde la
aversión que genera un peronismo al que de peronismo le queda muy poco. Los
muchachos deberían mejorar la oferta porque en esta Argentina polarizada en el
polo de ellos suele estar lo peor.
Oscar Wilde dijo que “Una máscara nos dice
más que una cara”.
La sociedad que vota no usa ni quiere
máscaras. Eligió una cara para decirle “no” a ese kirchnerismo del que no
quiere saber nada.
Un “no” que, para bien o para mal, ahora
tiene la cara de Javier Milei…
-Walter Anestiades
-Foto: agencia EFE
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