Desde 1999, cuando la “Alianza” llevó a
Fernando De la Rúa a la Presidencia de la nación, que la Unión Cívica Radical
no ganaba un comicio en Oberá. Luego “Rolo” Dalmau y la ley de lemas llevarían
al peronismo a triunfar en una ciudad de prosapia radical hasta que el engendro
Renovador copó la parada y en el medio Ewaldo Rindflesich fue reelecto alcalde
por el Frente para la Victoria en 2007.
Pasaron 14 años y la UCR volvió a ganar en Oberá. Junto al triunfo del peronismo
disidente en Posadas fueron los dos hechos relevantes de las P.A.S.O en
Misiones. Por imprevistos, obligan a detenerse en ellos.
Nos vamos a
detener en uno: Oberá otra vez radical.
Alguien podría asomar la nariz en este punto diciendo
que Oberá nunca dejó de ser radical. Ok, pero entonces habrá que encontrarle
una explicación al hecho de que esta vez los radicales decidieron votar
radicales y no fueron detrás de la zanahoria de Rindfleisch y/o la Renovación.
2007 marcó el techo de la popularidad de
Rindfleisch, el líder político obereño de la última década. En 2003 había
conseguido capitalizar el descontento legítimo (y el que él mismo creó junto a
los medios de comunicación) con la gestión Dalmau. Hizo de Dalmau no un mal
alcalde sino un “demonio”, una fábula que le dio un plafón político envidiable
para hacer cualquier cosa. En 2007 puso en fila a toda la tropa Renovadora
(Oliveras, Passalacqua, Leverberg, Morales Lezica, Roque Gentile) presentándose por el Frente para la Victoria.
En 2011 volvió a ganar pero debió recurrir a otras artimañas porque la
burguesía local que lo había apoyado le dio la espalda y optó por Carlos
Fernández, un reconocido médico que trajo al mundo a muchos obereños que hoy
caminan por ahí y supo encantar al electorado con esa actitud que tanto eleva
la imagen pública en determinadas circunstancias: la moderación. El 30 de junio
último esa misma clase media encontró otro Fernández: “Cacho” Bárbaro.
En la historiografía existe un antiguo
debate acerca de si los personajes hacen la historia o las circunstancias crean
a los personajes. Fue Napoleón el que dijo: “pasarán mil años antes de que
vuelvan a conjugarse las circunstancias que me crearon”. ¿La suma de las circunstancias de agosto de 2013 creó a un
radicalismo ganador en Oberá? ¿O hubo
personajes que llevaron al partido de Alem, Yrigoyen y Alfonsín a ganar de
nuevo en el municipio? Porque la lluvia de votos radicales no salpicó ni una
gota a los territorios adyacentes: en
todo el resto del Departamento Oberá, que incluye a 9 municipios, ganó cómodo
el Frente Renovador. Primera conclusión: el
triunfo radical fue un fenómeno netamente circunscripto a Oberá. Ergo, la
respuesta debe buscarse dentro de Oberá.
¿Luis Pastori? ¿Ricardo Jacquet?
¿”Nene” Vega? ¿”Marito” Bárbaro? ¿Móndolo?
¿Rindfleisch? ¿Quién es el líder radical en Oberá? ¿De quién es el triunfo? ¿Por qué los
radicales volvieron a votar radicales?
No lo
sabemos.
Pero lo que sí sabemos es que después de
una década de “nueva” política, ahora
son muchos los que empezaron a extrañar a la “vieja”.
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