LA PRECUELA DEL MAL
Se cumplen
once años de la muerte de Néstor Kirchner. Historia tan conocida como olvidada,
el expresidente no solo fue el emblema de una corruptela que logró superar a la
menemista. También dejó una sucesora, su viuda, que gobernó y gobierna de un
modo tan execrable que para algunos desmemoriados él fue el moderado y el
responsable de una gestión económica exitosa.
Néstor Kirchner no “perdió” diez minutos
de sus sesenta años de vida sin ocuparse de algo que lo hiciera ascender y
prosperar. Cosas que no estarían mal excepto porque siempre fue a costa de
otros.
Como Bonny and Clyde la pareja
presidencial hizo de las suyas ganándose la simpatía de una parte de la
población. Usufructuando de la política económica de Martínez de Hoz pasó la
dictadura en la Patagonia no exactamente denunciando lo que sucedía o
defendiendo los derechos humanos de nadie, sino dedicado a quedarse con
propiedades de quiénes-vía la circular 1.050 del Banco Central-no podían pagar
las hipotecas. Ya en democracia y con más que un buen pasar, logró ser electo
alcalde de Río Gallegos en el 87 y en el 91 gobernador de Santa Cruz, donde
edificó su propio feudo. Cuando en 2006 vino a Misiones a apoyar la re-re de
Rovira, fue solo una mano entre colegas feudales. El colmo del armado
“bananero” fue cuando el ya fallecido juez Bonadío ordenó allanar el hotel
“Alto Calafate”, los funcionarios judiciales fueron recibidos por la fiscal
local. ¿Quién era la fiscal? Natalia Mercado, hija de la hoy gobernadora Alicia
Kirchner y sobrina de Néstor y Cristina.
Nunca se explicó cómo fue que los dos
secretarios de Néstor y Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez y Daniel Muñóz, se
hicieron millonarios. Los dos están muertos. Gutiérrez fue asesinado.
Antes de asumir la presidencia en 2003,
Eduardo Duhalde y su ministro Remes Lenicov ya habían hecho el “trabajo sucio”:
salir de la convertibilidad. Pasar del 1 a 1 al 3 a 1 hasta llegar hoy al casi
200 a 1.
Como si fuera cosa de monarcas, Néstor
postuló a su esposa, y la mayoría de nuestro pueblo-siempre tan apegado a las
normas republicanas-la votó dos veces para presidente. Y hace dos años la votó
de nuevo a través de su obvia marioneta Alberto. Con resultados lamentables y a
la vista.
Nuestro presente no es otra cosa que la
consecuencia de las decisiones que se tomaron en el pasado. Guste o no es así.
En “Para las seis cuerdas”, de 1965,
Borges escribe que “No hay cosa como la muerte. Para mejorar la gente”.
Once años de la partida de Néstor
Kirchner.
Su historia es la precuela. La precuela
del mal.
Walter
Anestiades
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