DIESTRA Y SINIESTRA
Peronistas y
radicales y todos sus pastiches, a pesar del tamaño de sus fracasos, sacan
partido de lo que hay a la derecha y a la izquierda de ellos. Porque lo que hay
sigue siendo peor…
El debate entre candidatos a diputados
nacionales por la ciudad de Buenos Aires fue desalentador para quienes aspiran
a algo mejor que votar a Macri para sacar a Cristina, después votar a Cristina
para sacar a Macri, y ahora tener que votar de nuevo a Macri para volver a
sacar a Cristina.
El desempeño de Myriam Bregman ahorra
mucho a la hora de explicar porqué la izquierda vernácula es patética. La
socialdemocracia se mueve sin culpas dentro del sistema capitalista. Pero la
izquierda que representa Bregman pretende salir del capitalismo, al que
considera corrupto en esencia. Viven a la espera del voto de trabajadores que
nunca se los dan porque los argentinos no quieren ser proletarios, sino
propietarios. Saben que el pregón de Bregman y compañía es una utopía
desmentida por la ex URSS, China, Cuba o la Venezuela de Maduro. Lugares donde,
lejos de mejorarle la vida a los laburantes, se las arruinaron.
Javier Milei fue el gran derrotado de la
noche. Llegó al colmo de lo patético cuando se le pidió que elija a un rival
para hacerle pregunta y repregunta y respondió: “Yo no debato con la casta
política” (?) ¿Pensó que estaba filmando una telenovela de Adrián Suar? ¿O
estaba tan perdido que olvidó que eso era un debate y entre políticos? Se
deshilachó a favor de que monologar ante pone-micrófonos es muy distinto a
dialogar con quiénes pueden refutar lo que dice. Es cierto que sufrió
indebidamente la prepotencia de Myriam Bregman, a quién los conductores
debieron ponerle freno (y no lo hicieron por temor de época: tener que ponerle
límites, ellos varones, a una mujer). Pero gobernar un país es de una
complejidad tal que exige más que slogans y dogmas que solo seducen a los
incapaces de ir más allá de slogans y dogmas.
Feo panorama el de la Argentina. Un
gobierno que nos ofrece la colección de gente más detestable que hemos visto en
democracia. Y una oposición que no supo ser gobierno. ¿Opciones? Los impulsores
del darwinismo social que solo pueden aparecer como novedad ante los ignorantes
de nuestra historia. Y una izquierda que no quiere anoticiarse de que pasó lo
contrario de lo que predijo Marx: los trabajadores voltearon al comunismo, no
al capitalismo.
Decía Mario Benedetti que hay que cuidarse
“de la derecha cuando es diestra, y de la izquierda cuando es siniestra”.
Qué triste es el descartar
…cuando hay ganas de elegir.
Walter
Anestiades
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