¿Y… DONDE ESTÁ KLIPAUKA?
¿Cuál es el
sentido de promocionar en soledad a un candidato que compite en comicios
legislativos que decidirán qué número de bancas tendrán oficialismo y oposición
en el parlamento nacional? Misiones se pobló de pasacalles que impulsan a
Martín Arjol, quién también se promociona solo a sí mismo en la publicidad que
pauta en los medios. ¿Y sus compañeros, los obereños Florencia Klipauka y
Cristian Klingbeil, que van en la misma lista y que se llama “Juntos” por el
Cambio? ¿Qué onda, Arjol?
No hay que ser naif. La oposición también juega
su interna. Pero tampoco hay que desubicarse. Con el país en manos de
irracionales y al borde del colapso económico, se debería entender que para la
sociedad las ambiciones personales son la prioridad número 1.527, con tendencia
a ser la 1.528.
En septiembre la voluntad mayoritaria del
pueblo misionero se expresó claramente. Quieren que sean dos, y no uno, los
diputados nacionales por Misiones que se opongan a los intereses del
kirchnerismo en el Congreso. Por eso el doctor “Carlitos” casi pierde hasta en
la casa. Porque se sabe que será otro aliado de los K, como lo demuestra la
historia de la renovación.
Si la renovación revierte la tendencia la
palabra que guiará el análisis no será “sorpresa”, sino “sospecha”. La clase
media de todos los municipios más poblados de Misiones quiere que la oposición
gane dos bancas y que la renovadora Claudia Gauto siga disfrutando de la
Costanera de Posadas.
“Cuando se recibe un nombre, se recibe un
destino”, decía bien Leopoldo Marechal.
Arjol, tu boleta dice “Juntos por el
Cambio”.
Walter
Anestiades
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