sábado, 19 de febrero de 2022

 

       EL CONGRESO DE NEUROLOGÍA

          

     Un chico se hamacaba en la plaza de un pueblo cuando se cayó y se pegó flor de golpe en la cabeza. Casi desmayado, el padre lo llevó al consultorio del neurólogo del pueblo, quién justo salía vestido de traje y corbata, con una valija, y con apuro. El padre del chico le contó rápido lo sucedido y le dijo, desesperado, “Doctor, se me muere”. Y el médico le respondió: “No sabe como lo lamento, discúlpeme. Pero lo voy a derivar a otro especialista que está atendiendo ahora en el hospital. Yo tengo que ir a la ciudad. Voy a dar el discurso inaugural de un congreso de neurología”.

     La Argentina es un país de bla, bla, bla. Los problemas nunca son prevenidos, afrontados, o solucionados. Pero sí son ampliamente comentados hasta el hartazgo. Incluso por aquellos que deberían prevenirlos, afrontarlos y solucionarlos.

     Los incendios en Corrientes ofrecen imágenes que sensibilizan al más duro. Lo mismo en Misiones, como antes en Córdoba o en la Patagonia. Son combatidos cuerpo a cuerpo por los mismos de siempre: los bomberos oficiales y los voluntarios, los pobladores, y cuánta gente gaucha y valiente ande por el lugar. Que son ayudados por los mismos de siempre: las personas solidarias que se organizan como pueden para acercarles agua y comida, medicinas y aquellas cosas que puedan necesitar. Y el estado está administrado por los mismos de siempre: personas que saben poco y nada de lo que deberían saber mucho, o personas que hacen poco y nada cuando deberían hacer mucho.

      Hablemos con nombres propios: ¿qué formación tiene el señor Juan Cabandié (el del “correctivo”) que lo torne idóneo para ejercer el cargo de Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible?

    ¿Qué hace el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, jugando a atajar penales en una playa bonaerense mientras el diez por ciento de una provincia del país que él gobierna arde sin parar?

    ¿Seguimos con la canallesca tradición kirchnerista de “si hay problemas en una provincia en la que no gobierna uno de los nuestros, que se jodan”?

    Ya que está de moda hablar de “inclusión, ¿por qué no volver a incluir en el vocabulario-y especialmente en el de los funcionarios públicos-la palabra “prevención”?

     Mientras los mismos de siempre le ponen el cuerpo a los hechos, los gobernantes los comentan. Que la culpa es de este, o del otro, que fotito en Instagram para que me vean, que bla, bla, bla.

     Las horas pasan y hay más vida que muere.

     Hace ochenta años José Ortega y Gasset dijo: “Argentinos, ¡a las cosas!”.

     Corrientes arde. Y con bla, bla, bla y puestas en escena el fuego no se apaga.

     El chico tiene la cabeza rota y nadie lo atiende, porque los neurólogos están en otro lugar.

      Están, todos, en un congreso de neurología…

 

 

Walter Anestiades 

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