LOS DÉSPOTAS DEL NORTE CHICO
Una decena de
gobernadores de las provincias del NOA y del NEA armaron un bloque llamado,
hiperbólicamente, “Consejo Regional del Norte Grande Argentino”. Se trata de
las zonas más empobrecidas del país. Lugares donde lo acumulado por los que
manejan el poder (ellos), contrasta alevosamente con la paupérrima calidad de
vida del resto. Se juntaron en Misiones para hablar de algunos de los tantos
problemas que nunca solucionarán. Porque la paradoja es que el primero y más
grave de esos problemas, son ellos mismos.
Oscar Herrera Ahuad es uno de los títeres de
Carlos Rovira, el señor feudal de Misiones desde hace dos décadas. Gildo
Insfrán gobierna Formosa hace veintiseis años, un dato que alcanza y sobra para
dimensionar el ambiente político creado por un personaje que está entre lo más
patético que conocimos. Gerardo Zamora es un radical K que va por su cuarto
mandato en Santiago del Estero, con un paréntesis en el medio, cuando gobernó
su esposa. Jorge Capitanich transita su tercer mandato en el Chaco. Ricardo
Quintela manda en La Rioja. Osvaldo Jaldo reemplazó en Tucumán al hoy jefe de
gabinete nacional Juan Manzur. Raúl Jalil gobierna en Catamarca. Y Gustavo
Sáenz en Salta. Hasta acá todos kirchneristas asumidos o culposos (como el
misionero Ahuad). Y hay dos radicales: Gerardo Morales, que es el presidente
del partido y gobierna Jujuy. Y Gustavo
Valdés que gobierna Corrientes.
Al recorrer estas provincias argentinas se
descubren comunes denominadores. La descomunal belleza de sus geografías. El
desaprovechamiento planificado de sus recursos naturales. El aprovechamiento
planificado de cuanto negocio se pueda hacer desde el estado. La cultura conservadora
de sus habitantes. El minoritario ejercicio del periodismo (lo otro es
propaganda oficialista vendida como información). El poder de las iglesias
cristianas o las que dicen ser eso. Una oposición que torna innecesarios a los
oficialistas (con excepciones que son condenadas a la periferia política). Una
justicia armada para que haya garantía de impunidad. Sistemas de salud donde la
mejor alternativa para el paciente es rezar. Inseguridad creciente al compás de
un narcotráfico creciente. Un estado patotero. Y un modus vivendi que puede ser
disfrutado si se va de turista.
En la reunión que mantuvieron en Misiones
desempolvaron la clásica sanata antiporteña “porque los porteños pagan el
boleto del transporte público muy barato”, apoyando al gobierno nacional en la
quita de subsidios al transporte en la Capital Federal. Donde es cierto que
pagan un boleto baratísimo en comparación con el interior. Pero también los
bonaerenses del conurbano, que cruzan la avenida General Paz todos los días, pagan
el boleto barato. ¿Y entonces? Y que entonces esta gente es funcional a
Cristina Kirchner para que, vía Alberto Fernández, esmerilen a Horacio
Rodríguez Larreta. ¿Los ves enfrentando a los intereses de Axel Kicillof, el
hijo político de la jefa?
Incluso Gerardo Morales, más ducho en el
“fuego amigo” que en dispararle “al enemigo”, se pone contento rapidito con
cualquier acción que vaya contra un potencial rival interno como Larreta.
El lingüista polaco Alfred Korzybski acuñó
aquella metáfora de que “el mapa no es el territorio”. Ergo, el territorio (la
realidad), y nuestro mapa mental (la interpretación de esa realidad) son cosas diferentes.
El mapa no es el territorio.
Y la propaganda que hacen de estos
tipos que gobiernan en el norte, tampoco.
Walter
Anestiades
No hay comentarios:
Publicar un comentario