miércoles, 23 de febrero de 2022

 

       CARA DE CEMENTO PREMOLDEADO

 

     Juan Cabandié nunca debió ser ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Pero recibió un premio político y quedó a cargo de asuntos para los que no es idóneo. En el senado hizo “la gran K”: explicó que Corrientes arde por culpa de medio mundo, menos de él. No se hizo cargo de nada. ¿Autocrítica? Never!  

     Cabandié es uno de los nietos recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo. Eso, ante el progresismo vernáculo, le da inmunidad. Por eso no lo va ni a rozar la desgracia de todos los bichos que ardieron vivos ni de los que ahora andan buscando un norte. Se entiende. ¿Qué tendrá que ver con eso el ministro de medio ambiente? ¿No?

     Como enseña la metodología de la escuela de los funcionarios con cara de cemento premoldeado, Cabandié fue al senado y “explicó” lo que pasa en Corrientes. Resulta que los productores locales tienen la costumbre de hacer quemas, el gobierno provincial aceptó tarde la ayuda que su ministerio ofreció a tiempo, el gobierno de Macri desfinanció el Sistema Nacional de Manejo del Fuego, y la Justicia no averiguó nada sobre los incendios intencionales. ¿Y el que te jedi? Él, un duque…

     No hacerse cargo de las obvias responsabilidades que les competen es una actitud que va ganando terreno en muchos funcionarios públicos nacionales, provinciales y comunales. La costumbre es añeja, es cierto, pero nótese que algunos van perfeccionando el rictus facial de la caradurez.

      En Corrientes murió mucha vida. No da para hacerse los otarios. Ni para los funcionarios nacionales, que son del kirchnerismo. Ni para el gobernador y algunos intendentes correntinos, que son de Juntos por el Cambio, que autorizaron que se “celebren” los carnavales para que vayan a bailar y divertirse los que viven adentro de un termo al que no entra el humo de la tragedia tan cercana.

     Quiero saber si todo se olvida, para volver a empezar”, canta en español Julio Iglesias en el clásico “Begin the beguine”, de Cole Porter.

     Debe ser así. Todo se olvida y a volver a empezar.

     Y con eso cuentan los Cabandié de la vida…

 

Walter Anestiades

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