jueves, 21 de julio de 2022

 

                    HABLEN CON ÉL

 

     La ignorancia cívica es un pilar del feudo. Y la pauta oficial ayuda a que cierto periodismo trate los asuntos policiales obviando las responsabilidades políticas. Cuando Mario Golemba desapareció hace catorce años el ministro de Gobierno de Misiones, ergo el encargado del “Orden, prevención y seguridad pública, y la organización, dirección y régimen policial”, era Jorge Franco. Si el abogado querellante, el diputado provincial Rafael Pereyra Pigerl, quiere saber qué avances produjo Franco en la investigación lo va a encontrar fácil: son compañeros de bloque en Posadas.   

     El esfuerzo por despegar de sus obligaciones a los funcionarios públicos en ocasiones llega a narraciones patéticas. Por ejemplo, de confirmarse que Mario Golemba fue otra víctima fatal de la prepotencia policial, habría que tragarse que por aquí policías mataron a una persona, hicieron desaparecer todo rastro, escondieron el cuerpo en la propia comisaría, permanecieron impunes durante catorce años, y el exministro Franco, el entonces gobernador Maurice Closs y Carlos Rovira (en una provincia en la que no vuela una mosca entre Apóstoles e Iguazú sin que él lo sepa), jamás se enteraron de nada.

     Tampoco debería desdeñarse que la causa por la desaparición de Golemba estuvo durante años en manos de la jueza Gauchat, la misma que tuvo y también sin avances, el expediente de la denuncia contra el exalcalde obereño Ewaldo Rindfleisch. Un arquetipo de la justicia pergeñada a conveniencia del jefe político de Pereyra Pigerl.

     Por estas horas están cavando en una comisaría, buscando a Golemba.

     Hay que cavar bien a fondo…

 

Walter Anestiades

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