LA GÉNESIS DE LA POBREZA

La obra que ilustra este texto se llama “Sin pan y sin trabajo”. El cuadro, que el artista Ernesto de la Cárcova pintó a fines del siglo XIX, es considerado el primero que retrata la desocupación en la Argentina. Ahí ves a una pareja de clase baja. La mujer amamanta a su bebé y él mira por la ventana como se reprime una manifestación obrera. La pobreza reconoce múltiples causas. Pero la más potente sigue siendo la corrupción…

Esta Argentina pobre no se puede explicar sin una Cristina rica. Como la Misiones pobre no se explica sin un Rovira rico. Como el atraso de Oberá no cierra sin la prosperidad de Rindfleisch. Como en cada provincia feudal la opulencia de arriba explica la miseria de abajo.

La falta de trabajo y el hambre tienen muchas causas. Hay obvias razones económicas. Pero ser gobernados por quiénes tienen un proyecto de poder y no uno de país, y no uno de provincia, y no uno de ciudad. Y que ese proyecto de poder les haya salido tan bien que han conseguido en la política lo que nunca hubieran conseguido sin la política, es un hecho demasiado gravitante como para desdeñar sus secuelas. Ningún modelo económico, en ningún país del mundo, funciona con corrupción.

En su cuadro de la Cárcova, un pintor realista, pone en evidencia a aquella “República Conservadora”, entre 1880 y 1916, que hoy los pensadores de zócalos de televisión reivindican ante la imparable pereza mental. Fue una etapa corrupta. Con una vida obrera nada envidiable.

Qué pena que no haya hoy un de la Cárcova que pinte el cuadro de los que no tienen pan ni trabajo en la Argentina, la Misiones y la Oberá del siglo XXI.

Líderes ricos de pueblos pobres.

Como pinta el que bien sabe que una cosa, no se explica sin la otra.

Walter Anestiades