viernes, 19 de mayo de 2023

 

POLÍTICOS PUSILÁNIMES Y PERIODISTAS ADULONES PARA UNA AUDIENCIA PELELE

 

     Jaime Bayly, periodista peruano radicado en Miami, calificó como “un té de tías” a una entrevista que Donald Trump eligió darle hace poco a un medio amigo, muy amigo, en la que el entrevistador ejerció una obsecuencia empalagosa. Una horrible pero extendida costumbre que encuentra correlato en la Argentina con Cristina y Alberto, en Misiones con Rovira y Passalacqua y en Oberá con Pablo Hassan. Políticos que se autoperciben impulsores de valiosos cambios realizados o por realizarse. Pero que ni siquiera pueden contestar un par de preguntas de un periodista profesional. Así, nunca pasan de charlas que, más que un reportaje, solo son un “té de tías”.

     Sin duda que ese tipo de mano a mano entre un político con poder y un imitador de periodista (porque uno en serio sabe preguntar) es para entretenimiento y hasta deleite de las audiencias fanatizadas y de las audiencias desprevenidas que no pueden distinguir entre un periodista y un militante o uno capaz de trocar pauta oficial por benevolencia.

     Se trata de políticos miedosos que se refugian en medios de comunicación que presentan publi-notas como si fuera información relevante. ¿Por qué Donald Trump no habla con los periodistas que lo critican? ^te imaginas a Cristina Kirchner reporteada por Lanata o Nelson Castro? ¿Algún misionero sabe de alguna entrevista a Carlos Rovira en la que le hayan hecho alguna pregunta más o menos incisiva? ¿Por qué Pablo Hassan, como en su momento Ewaldo Rindfleisch, no quiso ir a radio Oxígeno a explicar porqué permitió durante nueve meses que la empresa de transporte urbano le cobrara al usuario un boleto más caro del debido cuándo él debía controlar eso?

     Parte sustantiva de la respuesta está en las audiencias. Porque hacer eso no les resta votos. Y no les resta votos porque el electorado, lejos de evolucionar hacia una mayor exigencia, involuciona hacia un peligroso conformismo. Lamentable tendencia mainstream.

     El canciller Talleyrand decía que “El hombre inventó la palabra para disimular lo que piensa”.

     Ahora los políticos pueden disimular lo que piensan tomando algo rico y comiendo un pedazo de torta con gente amiga en medios amigos, muy amigos.

     Como en un té de tías…

 

-Texto: Walter Anestiades 

-Ilustración: Nicolás Eugenio Aguilar 

      

    

1 comentario:

Anónimo dijo...

Milei diría que son políticos entrevistados por "ensobrados"