domingo, 29 de octubre de 2023

 

       NUESTROS AÑOS EN EL VACÍO

 

     No hay certeza sobre que hará Javier Milei si llega al gobierno. Pero sí sabemos que hará Sergio Massa. Porque ya es gobierno. El escritor Umberto Eco decía que “En el fondo, la pregunta fundamental de la filosofía coincide con la de la novela policial: ¿quién es el culpable?”. También coincide con la pregunta de este momento espantoso que vive la Argentina. ¿Quién es el culpable? Respuesta: Sergio Tomás Massa, ministro de Economía.

     Muchos dicen que Milei está “loco”. Vaya uno a saber. Pero ¿cómo se le dice a alguien que quiere votar para presidente a un ministro de Economía que le sumó dos millones de pobres a la malaria nacional, que es el responsable de una inflación mensual de dos dígitos y de una anual de tres, que convirtió el hecho de ir a cargar nafta en una odisea y que, encima, es el garante de la impunidad de Cristina Kirchner? ¿Eso sería la “cordura”?

     Dentro de la horrible costumbre de acostumbrarnos a cualquier cosa, los argentinos aceptamos algo que solo pasa acá: ¿en qué país del planeta un ministro de Economía puede usar los recursos del estado que él mismo administra como se le cante para su propia campaña presidencial? ¿En cuál?

     No hay más que agregar. El fracaso monstruoso del gobierno del trío líder del Frente de Todos, Cristina-Alberto-Massa, está a la vista de cualquiera que lo quiera ver. Y, a esta altura, pretender que Massa no tiene nada que ver con el kirchnerismo, es contar el mismo cuento de hace cuatro años con Alberto Fernández. ¡Y cómo aburre ese cuento!

     Perón es Perón porque, con él, millones de argentinos pasaron a vivir mejor. En cambio Cristina, Alberto, Massa, Insfrán, Rovira, Moyano, Insaurralde, son dirigentes millonarios de un pueblo pobre. ¿Eso es peronismo?

     Con Milei no hay chances de saltar al vacío.

     Porque esto es el vacío.

 

 

Walter Anestiades

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tal cual, esto es más que el vacío, esto es el abismo, donde los ignorantes, inocentes mantenido, y esclavos del poder político populista, no han llevado