jueves, 4 de agosto de 2011

FUGA DE CEREBROS

La fuga de cerebros es la emigración de personas ya formadas que se van con su talento a cuestas a otro lado. A otro país. A uno más desarrollado que le brinde las oportunidades que el suyo no le dá, por motivos económicos, políticos o por desidia nomás. La fuga de cerebros hace que el país de origen pierda lo que invirtió en la educación de la persona que emigra, al tiempo que el capital social se ve reducido por la partida de un tipo preparado y con destrezas que podrían haber beneficiado al conjunto. Las estadísticas nos cuentan que éste fenómeno afecta el triple a los llamados países subdesarrollados. Un "desaprovechado" aquí, puede ser "aprovechado" en otras latitudes.
En éstos días se cunplieron cuarenta y cinco años de uno de los episodios más negros de la Argentina . Causante de una verdadera figa de cerebros vernáculos. El 29 de julio de 1966, por orden del dictador Juan Carlos Onganía-un militar que no llegó a ser tan despreciable como Videla porque después hubo un Videla-la policía federal sacó a palos-literalmente-a los profesores de las universidades públicas, las cerró, los forzó a irse y reprimió toda manifestación de resistencia. La historia recuerda éste hecho como "La noche de los bastones largos".
Eran los tiempos en que la minifalda, The Beatles y "la nueva ola" convivían con el peronismo proscripto. Obsesionado por su anticomunismo, Onganía y los suyos veían "rojos" atrás de los árboles. Alertado por tanta gente "pensando feo", el presidente de facto-que había derrocado al radical Arturo Illia-decidió intervenir las universidades y anular su régimen de cogobierno. Así las cosas, estudiantes, docentes y gradiados de cinco facultades de la UBA-Universidad de Buenos Aires-fueron obligados a formar una doble fila y salir a la calle en una gélida noche de fines de julio. Las represiones más violentas se dieron en las facultades de Ciencias Exactas y Naturales-en la zona de la Ciudad Universitaria-y en la de Filosofía y Letras-por entonces en la avenida Independencia, hoy sede de Psicología-. El nombre del hecho proviene de los bastones largos que usó la policía para castigar a docentes y alumnos. Fueron detenidas unas cuatrocientas personas y destruídos laboratorios y bibliotecas. En el Instituto de Cálculo en Exactas funcionaba "Clementina", la primera computadora de América Latina (construída por Ferranti, UK). Acosados por un Estado patoteril los setenta miembros que participaban del emprendimiento renunciaron y se fueron del país. "Clementina" fue totalmente desmantelada.
Algunos de los profesores e investigadores afectados fueron:
  • Rolando García, físico y meteorólogo de fama internacional, fue el Decano que enfrentó la toma de la Facultad de Ciencias Exactas. En el exilio desarrolló, junto a Jean Piaget, la epistemología genética.
  • Sergio Bagú, historiador y sociólogo, uno de los pioneros de la "teoría de la dependencia".
  • Manuel Sadosky, había introducido la computación en el país.
  • Gregorio Klimovsky, epistemólogo, considerado como una de las máximas eminencias en lógica, matemática y filosofía de la ciencia argentina.
  • Pablo Miguel Jacovkis, matemático, decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y presidente del CONICET en 1999 y 2000.
  • Félix González Bonorino, el geólogo argentino más importante.
  • Tulio Halperín Donghi, uno de los principales historiadores latinoamericanos.
  • Risieri Frondizi, filósofo y ex rector de la UBA.
  • César Milstein, médico, premio Nobel en los años ochenta.
"La noche de los bastones largos" es considerado un hecho sustancial en el comienzo de la decadencia cultural y académica de la Argentina.
Alguna vez Jorge Luis Borges escribió que "la tiranía fomenta la estupidez".
Es que no hay cosa que un dictador, un tirano o un señor feudal odie más que una persona inteligente...

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