domingo, 30 de junio de 2013

VICTORIA “A LO PIRRO”

     




     Pirro fue Rey de Epiro, una localidad situada en lo que hoy es el noroeste de Grecia, unos trescientos años antes de Cristo. Considerado uno de los mejores estrategas militares de la época debió vérselas con los romanos en plena expansión conquistadora. Los combatió durante mucho tiempo y fue en la batalla de Asculum (279 A.C.) cuando los derrotó pero a costa de perder más de 3.500 soldados y no poder avanzar demasiado sobre ellos que perpetuó su frase: “¡Otra victoria como ésta y estaré vencido!  Desde entonces una “victoria pírrica” señala un triunfo que se consigue a favor de sufrir tantos daños, que se parece demasiado a una derrota.

     Así ganó la Renovación este domingo en Misiones.

     Después de haber condenado a todo el arco opositor a participar sin competir, con porcentajes admirables que alcanzaron en lo provincial un 48,13% en las legislativas de 2009 y un 72,56% en los comicios para Gobernador en 2011, la pura matemática que impone el dinámico recuento del Correo Argentino (frente a la parsimonia planificada del recuento del propio Estado) casi que exime de mayores adjetivos: el Frente Renovador obtiene un 33,6% escrutadas el setenta por ciento de las mesas.

     La semiótica nos enseña que “el cuerpo habla”. Los cuerpos de Closs y Rovira en la conferencia de prensa de la noche del domingo hablaron. Y el propio Rovira debió admitir que el resultado los debe sacar de la “comodidad”.  El Frente Renovador de la Concordia (simulada) no sólo no paseó sino que hasta perdió-verbo que no conjugaba hacía tiempo-en algunos municipios con peso electoral. Al cierre de éste artículo, madrugada del lunes, no se sabe aún ni quién ganó en Posadas, nada menos. Y que no se sepa quiere decir algo.

     Pero en pleno siglo 21 esconder un resultado electoral ya no es tan sencillo como antes del Facebook, de Twitter, de los celulares con pantalla y de la semiótica aplicada a la política. Se sabe que la Unión Cívica Radical está logrando una recuperación electoral fantástica. Se sabe que a Héctor “Cacho” Bárbaro el ser un diputado que pone la cara y el cuerpo cuando sus compañeros de banca no pasan de los micrófonos (y el disponer de la “caja” kirchnerista de Sabbatella) le ha dado brillantes resultados. Productores yerbateros y tealeros, tareferos, pero también cierta burguesía de la zona centro, decidieron premiarlo a él, con un voto absolutamente personalizado. Las huestes puertistas de Unión-Pro no pueden quejarse: siendo el bocado cotidiano que desayuna, almuerza, merienda y cena el aparato de propaganda oficialista, siguen sobreviviendo y metieron unos cuantos miles de votos en toda la provincia. 

     Las nueve opciones restantes han sido claramente testimoniales. Y ahí pagaron justos por pecadores porque el FAP (Frente Amplio Progresista) está integrado por críticos de la Renovación desde los diez minutos del Primer Tiempo, ahora que se va a poner de moda criticarlos cuando van cuarenta del Segundo Tiempo.

     El voto irresponsable de los últimos años ha generado una aritmética que hará que el poder legislativo misionero continúe con mayoría oficialista holgada. Por lo demás sabemos que los resultados de un comicio son multicausales, pero habrá tiempo para desglosarlos. Por ahora ni siquiera nos dicen todo lo que deben decirnos, aunque quizás no sepan cuánto dice eso. Una cosa que los Renovadores deberían aprender: la sociedad obereña es tan embromada que no tiene problemas en pasarlos de un 81,6% hace dos años, a menos de un 30%  hoy.

     Por ahora Rovira y Closs siguen siendo los más poderosos, siguen ganando y deberían festejar como lo hizo Pirro. Porque otra victoria como ésta y se quedan sin gobierno…
    
    

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