jueves, 10 de abril de 2014

ALGO PARA RECORDAR



     En la mañana del martes 25 de febrero de 2014 más de medio centenar de vecinos de la ciudad de Oberá interpelaron a sus Concejales en la propia sede de uno de los tres poderes del Estado obereño. Les reclamaron enérgica, contundente y pacíficamente que hagan algo concreto y eficaz para que,en pleno siglo XXI,  puedan tener agua potable y energía eléctrica en sus hogares. Vos sabés que hemos escrito mucho acerca de lo que és una “república”, una “democracia” y un “ciudadano”. Hablamos de los conceptos paridos por Montesquieu, por Hobbes, por Rousseau, por Locke. Teóricos insoslayables.  Pero, ¿un ejemplo concreto y moderno de lo que es ser “ciudadano”?  Bueno, por ejemplo éste.

     La sociedad obereña no es un colectivo que acostumbre a pelear por sus derechos. Años de miedo ya hecho carne, un Poder omnímodo que sabe jugar sus fichas y una prensa que vende todo el tiempo propaganda como si fuera información han dejado en ella una característica que se las trae: un marcado temor a “quedar mal”. Pero siempre que el Poder escribe un guión existe algún rebelde que se sale del libreto. Fue lo que hicieron esas 53 personas un día del verano 2014.
   
     La semiótica nos enseña que el cuerpo es significante. Que habla. Pues bien, el cuerpo de cada uno de los tres concejales oficialistas (había otro de otro partido que por serlo se pudo relajar un poquitín más) demostró la incomodidad que tenían todos más allá de las palabras. En ésta década de cadenas nacionales casi cotidianas desde un atril y ante aplaudidores, de conferencias de prensa sin preguntas, de repreguntas desaparecidas y de ponemicrófonos que tanto relajan a los funcionarios públicos con su dejar decir, es inhabitual que alguien con Poder deba responder cuestiones serias más o menos en serio. Pasó en Oberá. Y, por cierto, los Concejales no supieron qué responder.
     En Oberá falta agua mientras una reserva mundial de agua dulce como el acuífero Guaraní le pasa por al lado. Cuestión que sólo se explica por la corrupción, la desidia y la indiferencia. El grupo político que la gobierna copó todo. De hecho, los Concejales oficialistas no son solo oficialistas en el Concejo. También son representantes oficialistas (delegados) en la CELO, la cooperativa a la que de cooperativa le quedó el nombre y la historia. ¿Qué iban a hacer? ¿Controlarse a ellos mismos? “¿Puede Satán combatir a Satán?”, preguntó alguna vez Cristo. No. No puede.
     Precisamente poner en evidencia esa contradicción que todos conocemos o intuímos fue el mérito de la reunión entre los vecinos y los ediles. Una cosa es pensar, suponer o saber que alguien no hizo lo que debía. Otra es demostrarlo. El grupo que pelea por los demás en Oberá (53  o a veces 100 de 28 mil)  ha conseguido demostrar que desde el Estado provincial con sus burocráticos organismos de contralor, desde los tres poderes del Estado municipal y desde la propia CELO, nadie hizo lo que debía.
      ¿Qué pasará en el futuro? No lo sabemos. ¿Cómo administrarán los ediles esa contradicción de no poder asumir en público que ellos no están ahí más que para representar los intereses del alcalde Rindfleisch? Si la llegada del otoño hará bajar la demanda de agua y luz y volverá a llevarse las protestas. Si habrá continuidad. Si habrá efecto contagio hacia los que, a la manera de los “idiotas” de la Grecia antigua, miran sus propios problemas desde afuera como si no les rozara. Si habrá reclamos en otras áreas. ¿Cómo influirá la coyuntura económica nacional y provincial en la política local? No sabemos nada.
     
       Lo que sí sabemos es que el 25 de febrero pocos hicieron mucho. Algunos medios de comunicación locales, esos que te piden ponerte la camiseta obereña cuando juega OTC, cuando se trata de hacer negocios con algún evento o cuando alguna piba local muestra mejores piernas que las otras en algún concurso provincial, no resaltaron tamaña muestra de ciudadanía como se debe resaltar.
   
     No importa. Siempre habrá un Poder corrupto que pretenda hacer lo que se le antoje. Siempre tendrá algún apoyo. También habrá prensa cómplice. También habrá algún rebelde que haga algo. Y una necesidad de olvidar todo rápido para que no se repita.

     Pero también estaremos nosotros.
     Para recordarlo.

      


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