TODO
MAL, TODO EL TIEMPO,
EN TODAS PARTES
Del escrutinio definitivo se desprendió el
gran dato de los últimos comicios: a partir del 10 de diciembre Carlos Rovira
seguirá teniendo mayoría propia en el parlamento provincial más allá de los
“aliados” que consiga. Ergo, la ley de lemas, siempre más cuestionada en rondas
de mate y en las redes sociales que en las urnas, seguirá vigente hasta que a
él se le antoje. Además, en un atraso que es patético, la Defensoría del Pueblo
de Oberá volverá a manos de obsecuentes del intendente y así Pablo Hassan tendrá
a su propia Patricia Nittmann para que nadie lo moleste.
La baja concurrencia, casi la mitad del padrón
no fue a votar, solo benefició al oficialismo. Que vio mermar sustantivamente
su caudal de votos pero le alcanzó para ganar.
La fragmentación de los otros espacios
políticos también favoreció al oficialismo. Pero ya es una tradición en la
Misiones feudal que casi todo lo que hacen los demás favorezca al oficialismo.
El voto al expolicía detenido Ramón
Amarilla, lo eligieron dos de cada diez votantes, derivó en una buena noticia:
su liberación. Pero nada más. Recordemos que el Tribunal Electoral de la
provincia (el fiscal electoral era y sigue siendo el primo del gobernador)
terminó avalando la candidatura de Amarilla pero modificó la lista de un modo
que bien graficó su abogado Claudio Katiz en radio Oxígeno de Oberá: “Me acosté
siendo candidato y me desperté no siendo nada”. Después de los dichos de quién
más luchó judicialmente por la liberación de Amarilla, ¿qué garantías hay de
que los otros tres candidatos electos se porten como opositores?
La alianza entre Milei y Rovira fue la determinante
de las tantas causas que llevaron a la renovación a recuperar la defensoría del
pueblo de Oberá. En la noche del domingo 8, algunos libertarios respiraron
aliviados cuando se confirmó que habían perdido.
El Frente Unidos por el Futuro sufrió una
debacle electoral acorde a lo que viene pasando en otras partes del país. El
PRO y el radicalismo deberán resistir lo mejor que puedan una época que
desprecia los matices y deberían pensar en cómo seguir con dirigentes que hace
ya demasiado rato y demasiadas elecciones que no conectan con la sociedad.
En Oberá hubo 559 libertarios que votaron
a Diego Hartfield diputado pero cortaron boleta y votaron a un renovador como
defensor del pueblo o votaron en blanco. Llamativo, ¿no?
A algunos aún no les cayó la ficha sobre
lo que pasó el 8 de junio en Misiones: Rovira pudo elegir a la oposición que
más le conviene tener. Las elecciones a gobernador de 2027 apuntan a ser
meramente protocolares.
En Oberá se oyen voces que cuestionan la
victoria de la oficialista Claudia Braga Urrutia gracias a la ley de lemas,
precisamente porque fue por ley de lemas. Es el mismo sistema que llevó al
cargo al actual defensor. Y no parece apropiado cuestionar las reglas con las
que ya se jugó. El alcalde Hassan, como un Rindfleisch cualquiera, volvió a
concentrar poder: maneja el Deliberante, la CELO y ahora la Defensoría. Le
alcanzó con mover la estructura para ganar la CELO, el año pasado, y la
defensoría, ahora.
En Oberá hubo más de veinte mil electores
que no fueron a votar. El mismo número, más de veinte mil socios, que no van a
votar cuando hay comicios en la cooperativa. La estrategia de refugiarse en las
redes sociales no parece estar dando buenos resultados.
Ya mencionamos que la realidad no influye
en el voto. Pero hay más: parece que el voto tampoco influye en la realidad. En
Misiones todo seguirá igual porque ganó el oficialismo. Pero la oposición más
votada tampoco quiere cambiar nada.
El escritor Albert Camus decía sobre uno
de los conceptos claves en la obra de Friedrich Nietzsche, que “Nietzsche no
mató a Dios. Lo encontró muerto en el alma de su tiempo”.
En Misiones las personas bien
intencionadas, sumándose a las mal intencionadas, en política hacen todo mal,
todo el tiempo, y en todas partes.
En Misiones el cambio está muerto en el
alma de su tiempo.
Walter
Anestiades
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