martes, 7 de mayo de 2013

CUANDO RINDFLEISCH TAMBIEN DIJO: “ME QUIERO IR”

                             




     Buenos Aires. Jueves 25 de abril de 2013. Hernán Lorenzino,  ministro de Economía de la Nación,  queda descolocado ante Eleni Varvitsiotis, una periodista griega de Skai TV que lo consulta por la inflación en la Argentina. Acostumbrado a los reportajes “a la carta” de los periodistas obsecuentes de su país el funcionario, arruga cual papel crepe y cae en el “sincericidio”: “Me quiero ir”, expresa pidiendo clemencia y se entroniza en la historia universal del ridículo.

     Oberá. Otro jueves pero un 9 de junio de 2011. Ewaldo Rindfleisch , Intendente local y por entonces candidato a un tercer mandato, queda descolocado ante Walter Anestiades, periodista medio griego de FM Oxígeno y Misiones Cuatro que lo consulta por la distribución que el Estado municipal hace de la pauta oficial. Acostumbrado-muy-a los reportajes “a la carta” de los periodistas que lo tienen blindado, ante la inusual incomodidad  la tira al córner: “No vine a debatir con vos”, fue su manera singular de también expresar: “Me quiero ir”.

     Patético pero es parte irrefutable de la realidad. Los funcionarios públicos de la Argentina de hoy se han rodeado  por tanto tiempo de “ponemicrófonos”  que una pregunta sencilla puede cobrar la contundencia de un  uppercut y dejarlos  KOT en el primer round. Muchos no lo entendieron en el 2009 pero tal vez lo comprendan ahora: fue para cubrirse de eventualidades como éstas que se ideó la “Ley de Medios de Comunicación Audiovisual”. Un engendro que ni siquiera sirve para que los ciudadanos sepan cómo y con que criterio los gobiernos distribuyen su dinero (el de los ciudadanos)  en los medios de comunicación. En Misiones, tal como nos confesó en diciembre en FM Oxígeno Myriam Duarte (Coordinadora del AFSCA, el ente que regula a los medios audiovisuales en el país incluyendo la  provincia), la ley ni siquiera sirve para democratizar “Canal 12”, un medio público en dónde podría llegar a verse a Ramón Díaz con la camiseta de Boca antes que una entrevista a un opositor.

     Estos muchachos  precisan dos tipos de impunidades: la judicial y la  mediática. La judicial para servirse del Estado sin rendir cuentas. La mediática para controlar el relato de lo que hacen y como te llega a vos. No es difícil incorporar entonces los motivos que los llevan a reformar la Justicia y los llevaron a meterse con los Medios.

     Hacía frío en esa tarde-noche en Oberá.  Sin embargo el auditorio de la Facultad de Ingeniería estaba tan colmado que generaba un calorcito muy agradable. Por iniciativa del “Círculo de periodistas”  (un colectivo al que Rindfleisch le debe tanto) se organizó una reunión con todos los candidatos a alcalde de la ciudad. Menos que en 2007 (cuando se presentaron más de cincuenta) pero siendo también unos cuántos (alrededor de veinte) allí estaban Eduardo Morales Lezica ,  Betina Escobar, Julio Boher , Vladimir Pérez , Oscar Prevosti , Carlos Fernández , Roberto “Nene” Vega, Alicia Guzmán , Hernán Ferro,  Roberto Bondar , Alejandro Etcheberger, Rubén Villordo , Ramón Ayala, Ninfa  Solmoirago  y “Tito”. Rindfleisch.  Faltaron dos o tres candidatos.
     Cada periodista presente podía preguntar una vez-dos si se completaba la ronda con todos-a un candidato elegido azarosamente. ¿Cómo fue que coincidió el turno de éste periodista para preguntar con el del intendente para responder?  Vaya uno a saber pero quizás se deba a que sí hay un Dios.

     Encarcelada la repregunta (herramienta básica del periodista que en Oberá es tan exótica como ver a River levantando una Copa Libertadores en Brasil), no hubo mucho márgen como para que los presentes sacaran data trascendente de la exposición. Pero a Rindfleisch la repregunta se la hicimos igual, dejándole en claro a todos que no puede explicar casi nada de lo que debería explicar. Todo a pesar de Nora Salinas, la moderadora del encuentro que al obstinarse  en proteger al alcalde, periodísticamente, se quemó a lo bonzo.  En unos días se cumplirán un par de años ya de esa noche.

     La mentira, para sostenerse, necesita en su estrategia la complicidad mediática. Tácticamente, hay que presentarse ante tipos y tipas que siempre son oficialistas y que no tienen la culpa si cambian los gobiernos. Los que garantizan que algunas preguntas lleguen con determinados filtros y otras no lleguen nunca. Que a algunos temas “se los deje ahí” como decía el inefable Bernardo Neustadt.  Luego, la falta de memoria y la pereza mental, mayoritarias ambas en la sociedad de éstos días completa el combo que es f-u-n-d-a-m-e-n-t-a-l  para organizar un Poder omnímodo. 
     Para todo lo demás, cuando la mentira pierde el equilibrio, está el silencio.
      Que como decía don Miguel de Unamuno, ese silencio, a veces,  es la peor de las mentiras.




    



  

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