jueves, 2 de mayo de 2013

¿QUIEN ES SILVIA CINALLI?

  

        




     El viernes 12 y el sábado 13 de abril de éste 2013 una mujer joven, Silvia López de Cinalli, se presentó ante un  número considerable de personas en la denominada Casa de la Historia y Cultura del Bicentenario de la ciudad de Oberá.  ¿El motivo?  Uno ambicioso y delicado: capacitar a distintos profesionales obereños sobre el abuso sexual infantil.  Presentadas oficialmente como “II Jornadas de Restauración Sexual”, las charlas de Silvia Cinalli (como gusta presentarse ella, con el apellido de casada) fueron organizadas (ergo, financiadas) por la Municipalidad de Oberá (ergo, con dinero de todos los contribuyentes), a través de uno de sus Departamentos, el de Cultos.

     A partir de la difusión de las “Jornadas…” se generó mucho ruido mediático que desvió el foco de atención principal.  Ganados por la síntesis que a veces estimulan los usuarios de las redes sociales (en éste caso Facebook, en el que se pueden encontrar informaciones relevantes y con sustento pero también mucha carne podrida”, así como uno se encuentra allí con la claridad de la opinión profesional pero también con la opinión amateur de cualquier paparulo) , los “Cinalli”-la promoción del evento hablaba de una pareja-y el Seminario fueron copados en la previa por la postura que los disertantes tienen, o parece que tienen, sobre la homosexualidad. Organismos públicos nacionales, el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo)  través de su  delegación en Misiones, colectivos de gays, lesbianas y Travestis, y usuarios de Facebook  redujeron todo a cuestiones de homofobia o al significado de la palabra “Restauración”. Incluso hubo quiénes,  a través de Facebook, organizaron-y pasaron las siete mil-una junta de firmas para que se prohíban las charlas de los Cinalli, por “homofóbicos” y “discriminadores”. Que se prohíban unas charlas sobre sexualidad en la misma ciudad en la que la corrupción gubernamental la llevó de ser una geografía bendecida por la naturaleza en cuánto al recurso agua (por allí pasa el acuífero Guaraní, una de las mayores reservas mundiales de agua dulce) a ser declarada por su Concejo Deliberante en “emergencia hídrica” sin que por eso se les mueva un pelo ni a la décima parte de esos siete mil. Ridículamente, además, se pretendió ejercer una suerte de “censura previa” tratando de que se prohíba algo por lo que se “creía” que se iba a decir y todo en nombre de la defensa de la libertad, sexual en éste caso. Algo así como comerse al antropófago. La postura sobre la homosexualidad de las iglesias cristianas es tan conocida  que  lo que opina el ahora querido Papa Católico Francisco no debe diferir mucho de lo que expresa la parejita Cinalli. Todo resultó en un entretenimiento para acompañar el mate y los bizcochitos.

     El Seminario de doble jornada se hizo en paz  (a cargo sólo de  Silvia y sin José Luis) y, según testimoniaron las propias personas que fueron se habló sobre el abuso sexual infantil y no se lanzaron consignas o conceptos homofóbicos.

     Pero, ¿cuál era el punto central del asunto en el que no repararon ni el INADI, ni los organismos oficiales nacionales, ni los siete mil y, lo más grave, parece que ni siquiera la municipalidad obereña que lo organizó?  El punto es: ¿Qué formación, preparación y aval científico tienen quiénes exponen públicamente  ( y traídos por el Estado) sobre el abuso sexual que sufren niños y niñas?

     Todo Estado (el nacional, el provincial y cualquier municipal) es por definición en la Argentina, laico. De modo tal que si existe interés en que un grupo de líderes religiosos (y los Cinalli lo son en el Chaco) hablen ante un auditorio de cuestiones vinculadas a la fe está muy bien que lo hagan pero debería bancarlo el señor Ewaldo Rindfleisch de su bolsillo, por ejemplo,  y no la municipalidad con fondos públicos. Este periodista consultó entonces a Mirta Hartfield (una amable señora, odontóloga de profesión) que es la Directora de Cultos en Oberá sobre el perfil del Seminario, sobre si era algo científico o algo religioso. “No, no, ésto es algo totalmente científico. Los Cinalli son doctores y ella (por Silvia) es médica sexóloga”, me aseguró.
Pues bien, era hora de chequear entonces, la información que me dio la funcionaria (los periodistas, a diferencia de los agentes de prensa, no nos quedamos sólo con lo que el funcionario declara asumiendo que éso es “la verdad”).

   José Luis Cinalli y Silvia López de Cinalli son un matrimonio de Pastores Protestantes (en América Latina se utiliza comúnmente el término “evangélicos”) que tienen su iglesia en la capital del Chaco, Resistencia. Allí en la avenida Castelli 314 son Pastores de la “Iglesia de la Ciudad” y Directores del “Ministerio de Restauración Sexual”. En la página web www.placeresperfectos.com.ar (llamativamente ahora caída) aparece el currículum del “equipo” de capacitadores sobre el abuso sexual infantil. El currículum que la municipalidad de Oberá debió  poner a disposición del público-y de los periodistas-cuando promocionaba el evento. 

    -Jose Luis Cinalli se presenta como abogado recibido en 1993 en la Universidad Nacional de Rosario.
    -Silvia Cinalli se presenta como Médica recibida también en 1993 y también en la Universidad Nacional de Rosario. Dice que se especializó en Ginecología y luego realizó varias capacitaciones en Sexología. Y que está avalada por la SASH (Sociedad Argentina de Sexualidad Humana)
     -El resto del equipo, cinco personas, aparecen como Abogado-uno-, Pastores o Teólogos-los otros-y una Kinesióloga.

     Como se podrá apreciar excepto la “Doctora” Silvia Cinalli el resto , de preparación médica o psicológica para abordar el tema del abuso sexual infantil, ya que nos dicen que dan un Seminario “científico”, no tiene nada.

    En los datos del currículum de Silvia jamás aparece un dato fundamental que cualquier médico que lea podrá acordar con nosotros: su número de matrícula médica.
  Alguien que estudia y se recibe de Doctor en medicina-una profesión colegiada-y que además se especializa en “Ginecología” debe tener un número de matrícula profesional. Basta ver cualquier programa de televisión en el que aparece un médico invitado a disertar sobre un tema médico y se podrá observar en el videograph (las letras sobreimpresas en pantalla) :“M.P:” (Matrícula Profesional)  y a continuación un número que debe estar registrado en algún colegio de médicos provincial o nacional. Elemental y obvio, pero que sin embargo mucha gente ignora.

     Mirta Hartfield, la Directora de Cultos, lo ignora, por caso. La municipalidad de Oberá organizó un  “Taller de Restauración Sexual” dedicado a explorar con fines terapéuticos el universo de las víctimas del abuso sexual infantil y a nadie de allí se le ocurrió siquiera pedir para mostrar el número de la matrícula profesional de la disertante. Patético! Pero es así. Mirta quedó en conseguirlo. Nunca lo consiguió.

     Lo empezamos a buscar nosotros. Hablamos con la SASH. ¿Qué es la SASH?  Es una sigla que significa “Sociedad Argentina de Sexualidad Humana” y cuya sede está en la Capital Federal , en la calle Santos Dumont en el barrio de Colegiales. Es una prestigiosa organización fundada hace más de tres décadas. Hablamos con dos de sus directores, la Doctora Marta Lajtman y el mediático Doctor Adrián Sapetti. Ambos reconocieron que Silvia Cinalli es socia de SASH, pero dejaron en claro que desconocen si la misma  es médica ya que no es condición sine qua non para ser socio de la entidad. También nos advirtieron sobre el controvertido  “Taller de Restauración…” “Nosotros no avalamos nada de eso. En todo caso es una acción que lleva adelante una de nuestras socias pero no tiene (el Taller) nuestro aval institucional”, clarificó Sapetti. Y Rajtman otro tanto, mostrándose incluso “sorprendida” por haber tornado hermético algo como el número de matrícula médica de Cinalli que debería exhibirse naturalmente para avalar  a Silvia.

    También consultamos a la Universidad Nacional de Rosario. Tanto José Luis Cinalli-como abogado-y Silvia López (luego de Cinalli)-como médica-estudiaron y se recibieron allí en 1993 como reza la data de la página web de los Cinalli.

      Hasta aquí todo parecía darle la derecha a Silvia Cinalli. Es médica. Y aunque el resto del equipo dista mucho de tener algún aval científico para encarar el abuso sexual infantil desde lo científico, la pifia parecía venir más por el lado de Mirta Hartfield que, precaria e irresponsablemente, convocó a alguien sin aportar sobre ese alguien toda la data que debe aportarse. Parecía entonces  que la gestión de Rindfleisch, que tanto debe mantenerse en pie políticamente a los distintos cultos evangélicos de la ciudad, estaba pagando favores.
     Sin embargo, todos los intentos, que fueron muchísimos, por obtener el número de matrícula médica de Silvia Cinalli a través de ella misma y la gente de su Ministerio en Resistencia, fueron vanos. Sistemáticamente, todos se negaron a dar el dato.
     En la página de Facebook de José Luis y Silvia Cinalli, quedaron escritos-si no los borran-nuestros insistentes pedidos. Incluso quién les administra la página se comprometió a darnos ese dato y el que quisiéramos y hasta nos dio una dirección de correo electrónico, tal como puede leerse en el párrafo siguiente, copiado de Facebook con fecha y hora:

         
José Luis y Silvia Cinalli Walter Anestiades con mucho gusto voy a proveer la información. Dado que son muchos quienes la solicitan, le pediría que envíe la solicitud mediante un correo electrónico a info@placeresperfectos.com.ar . Cualquier otra información necesaria, no dude en agregarla en la solicitud y en cuanto se pueda será respondida. Muchas gracias!


     ¿Qué pasó?  Mandamos varios e-mails pero jamás respondieron. Por teléfono también nos negaron todo como si estuviéramos pidiendo un dato privado de la vida personal de Silvia. De pronto se hizo más fácil conseguir nueva evidencia sobre el asesinato de John Fitzgerald Kennedy que el número de matrícula de la “Ginecóloga” Cinalli.  Vale mencionar que no hay rastros de Silvia ejerciendo en ningún lado, ni aparece inscripta en colegio de médicos alguno.

     Hasta acá los hechos. Quisimos saber quién o quiénes venían a Oberá a disertar y capacitar sobre un tema que no es para cualquiera: el abuso sexual infantil. Asombra ser testigo de la desidia del estado obereño que organiza todo con una precariedad impresentable, de periodistas que se enrolan en posturas antes de informar, de fanáticos que en nombre de Jesucristo hacen y dicen cualquier barbaridad para autojustificarse , de más fanáticos que ven homofóbicos atrás de los árboles banalizando un tema tan delicado y serio como el de la discriminación, y entidades públicas rapiditas para opinar y lentas para indagar, además de mucha gente con mucho tiempo libre (no escribo “al pedo” porque sonaría guarango).

        
     Oberá, otoño de 2013. Una persona viene a la ciudad a capacitar sobre el abuso sexual infantil, traída por la municipalidad. Todo deriva hacia otro lado sin que nadie nos diga lo que primero debió saberse a través de una simple pregunta que ameritaba  una simple respuesta. Esa persona que vino, Silvia Cinalli, ¿quién es?

    La Oberá de la desidia y la improvisación.
     Si todo lo van a seguir manejando así, pidamos como  Juan José Castelli, aquél hombre de la Revolución de Mayo: “Si ves al futuro, decile que no venga”.
   


   


1 comentario:

Mercedes dijo...

Muy buen articulo. Felicitaciones.