sábado, 8 de abril de 2023

 

EN MISIONES LA PALABRA “CAMBIO”

   ¿ES UN IMÁN O UN REPELENTE?

 




     En los últimos comicios de 2021 el electorado misionero, con la excepción de la alarma que disparó el de Oberá, demostró que pide para el país libertad y honestidad. Todo lo contrario de lo que volvió a bancar con su voto en la provincia. Ante una sociedad conservadora y contemplativa, donde el progreso personal viene de la mano del acomodo político, pareciera que la única chance de Juntos por el Cambio en mayo es que haya una dignidad silenciosa que hable en las urnas.

     En junio de 2021 Misiones votó legisladores locales. La renovación sacó 243 mil votos (43%) y Juntos por el Cambio sacó 145 mil votos (26%). La diferencia fue de 100 mil votos y 17 puntos y medio. Los otros siete espacios políticos se llevaron 130 mil votos (24%) y hubo 30 mil votos en blanco (5%). En el municipio de Oberá, donde además se elegía Defensor del Pueblo, ocurrió lo contrario: Juntos por el Cambio sacó 10.535 votos y el 34,5%, contra los 10.123 y el 33% del oficialismo. Fueron apenas 412 de votos de diferencia, pero el hecho fue que un preceptor jubilado, candidato radical, le ganó a todo el aparato renovador.

     En noviembre de 2021 Misiones eligió tres diputados nacionales. Y Juntos por el Cambio se impuso con 256 mil votos-41%-contra los 230 mil del oficialismo-36,5%-. Unos 26 mil electores-el 22%-votó a las otras opciones políticas y el 2% votó en Blanco. En Oberá sí se repitió y reforzó el voto protesta: Juntos por el Cambio sacó nada menos que el 50% de los votos-17.500-y la renovación el 30%-11 mil votos-. Una diferencia sustantiva de 20 puntos. El resto de las fuerzas políticas obtuvo el 18% y el 2% votó en blanco.

     Ergo, en apenas cinco meses de diferencia, del 43% de misioneros que le dieron el ok al rovirismo para que mantenga su hegemonía en el parlamento local, menos del 37 le dieron el ok para que envíe a uno de los suyos al parlamento nacional. Y en apenas cinco meses la oposición pasó de 26 puntos y 145 mil sufragios a 41 puntos y 256 mil sufragios: nada menos que 15 puntos más y 111 mil votos más. Volvió a ganar en Oberá, pero también ganó en otros grandes municipios que en junio había perdido rotundamente: en Posadas por 18 puntos (50 a 32), en Eldorado por 3 y medio, en Iguazú por 22, en San Vicente por 4, en Alem por 26, en Garupá por 3, en Candelaria por 10, en Aristóbulo del Valle por 3, en Apóstoles por 9, en Jardín América por 22, en Montecarlo por 5 y en Puerto Rico por 12

      Es obvio que miles de electores que en junio votaron porque Misiones quede como está, en noviembre pidieron que el país cambie.

     Es todo un dato que la mayoría de los misioneros que van a las urnas estén hartos de la corrupción, la desidia y la ineptitud kirchnerista pero no tengan mayores dramas con la renovadora. Y que el hartazgo ciudadano frente a esa forma de gobernar, venga de quién venga, solo se haya expresado en Oberá. ¿Qué hay en Oberá de distinto que falta en el resto de Misiones?

     Talleyrand, aquél notable canciller francés, decía que “El hombre inventó la palabra para disimular lo que piensa”. Ante tanta autocensura es difícil saber qué piensa hacer el votante misionero el 7 de mayo.

      En Misiones ser oficialista no es una postura política sino una actitud de vida. Son oficialistas porque es más fácil y porque, para enfrentar al feudo, se precisa coraje.

      ¿Cambiarán?

 

Walter Anestiades 

 

 

    

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que el Misionero hasta ahora elija fascismo siglo XXI para el ejecutivo tiene más que ver con la poca preparación, y mínimo coraje de emprendedor, logra así su sustento por aderir políticamente y no por su capacidad, preparación y audacia