El martes 17 de marzo se realizó la Asamblea de Delegados de Distrito en la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (C.E.L.O). En la ocasión, además de poner a consideración la memoria y balance de la cooperativa, se renovó un tercio del Consejo de Administración,órgano máximo de la Celo. La conformación de ese tercio debió reflejar lo sucedido en las elecciones del 20 de noviembre pasado.
En esa ocasión, los socios participaron como nunca y la mayoría de ellos votó pidiendo un cambio.
Sobre 5.596 votos (casi un 30 % de los habilitados para sufragar, cifra récord que duplicó a la del año anterior), 3.242 votaron o bien por la opositora Lista Azul (que obtuvo 2.239 votos y 84 delegados) o por la también opositora Lista Roja (que sacó 1.003 votos y 4 delegados). La lista oficialista Celeste y Blanca (que responde al intendente obereño) sumó 2.354 votos y 75 delegados.
Queda claro: 3.242 votos de ambas listas opositoras traducidos en 88 delegados pidiendo un cambio son sustancialmente más que 2.354 votos traducidos en 75 delegados pidiendo que todo siga igual. Se tienen que sumar los votos y los delegados de las dos listas porque ambas se presentaron ante los socios públicamente como marcadamente contrarias a la actual conducción de la Celo. Quién votó por alguna de ellas el 20 de noviembre lo hizo para que se opongan al oficialismo. No para que lo apoyen. 888 votos y 13 delegados más a favor de los socios que pidieron un cambio de cosas por sobre aquellos que se mostraron conformes con la actual conducción constituyen unos datos elocuentes acerca de lo que pasó en esa jornada electoral.
En democracia se debe votar en comicios que tienen que ser transparentes y quién obtenga más votos, o como en este tipo de elección más delegados, gana. Sencillo.
Pero en el feudo obereño no es tan sencillo.
Apenas terminados las elecciones de noviembre se puso en marcha un operativo político y fundamentalmente mediático para desconocer e intentar manipular ese resultado electoral.
Así las cosas, los medios de comunicación afines al alcalde obereño hablaron de "final abierto" (?) en las elecciones de la cooperativa. Manipulando números, casi nadie informó la realidad. La jugada consistía en crear una atmósfera de "cosa indefinida". El poder político, por su parte, se empezó a encargar de ver como "seducía" a los delegados electos por la oposición.
Y la maniobra resultó trágicamente eficaz.
Ya no se trató de declaraciones erráticas de quienes actualmente manejan la cooperativa. Tampoco de artículos firmados por periodistas que escriben para la corona. Se arribó a una instancia cívicamente deplorable. En la Asamblea del 17 de marzo último el oficialismo consiguió torcer la voluntad popular a través de la cooptación de delegados bien obereños que fueron electos no para que apoyen continuidades sino para que fuercen un cambio.
En el omega de 2008, la Lista Roja sorprendió anunciando que había llegado a un "acuerdo" con la lista oficialista. Sus 4 delegados apoyarían a los candidatos a Consejeros de la Celeste y Blanca quienes, a su vez, le darían a un hombre de la Roja el estratégico cargo de Síndico (alguien que en teoría es el encargado de llevar adelante la defensa de los socios ante las autoridades de la cooperativa). Tal "acuerdo" se verificó en la Asamblea de marzo. ¿Y los 1.003 socios que en noviembre votaron a la lista Roja para que hagan oposición? ¿Y los discursos radicalmente críticos de los popes de esa lista que venían oponiéndose a la actual conducción desde hacía siete años? Son pequeños detalles...
En la noche de la Asamblea-en la que pícaramente no se permitió el ingreso de la prensa (?)- resultó ser que de los 88 delegados votados para intentar que las cosas empiecen a modificarse , sólo 71 fueron consecuentes con el mandato del socio. El resto o desapareció o votó al revés de lo que debía. La lista Celeste y Blanca obtuvo el apoyo de 81 delegados (sólo había conseguido 75 en los comicios) e impuso a sus candidatos a Consejeros. ¿Y el cambio pedido por la mayoría de los socios? Ya dijimos que en el feudo obereño esos son pequeños detalles.
La farsa se completará de acá en más con la poca capacidad de reacción de los sectores opositores, la indiferencia de cierta parte de la sociedad a lo que pasa en la esfera pública, la tolerancia casi infinita de los votantes de Rindfleisch a cualquiera de sus maniobras , la conducta borocotizante de obereños que la van de críticos hasta que lleguen a algún "acuerdo" , y la labor indispensable de algunos medios de comunicación que archivarán tamaño despropósito y hablarán de otras cosas.
Está escrito en éste blog. El sistema feudal que rige desde 2003 es el "Hidra" de Oberá. Y no hay indicios de que aparezca algún "Hércules" dispuesto a terminar de una vez con ese monstruo que se reproduce en cada acto.
Queda probado que en la Oberá de Rindfleisch alguien puede ganarle las elecciones a él o a su grupo político. Que se lo reconozcan es otra cosa...
Decía el filósofo Kant que los seres humanos "al actuar, presuponemos que hay un orden". Uno vive pensando en que hay ciertas reglas básicas que permanecen inalterables a favor de que la vida en sociedad no caiga en el caos y se torne más o menos racional y previsible.
Pero en Oberá sólo existen y se cumplen otras reglas.
Las reglas de Rindfleisch.
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