miércoles, 7 de octubre de 2009

FINAL ABIERTO...


En éste blog ya hemos dado debida cuenta de los avatares políticos que rodean a la C.E.L.O. Durante unos tres lustros la lista Celeste y Blanca gozó de una hegemonía que parecía inamovible.

Parecía...

El sistema de representación en la Celo es premeditadamente complejo. Mezcla de cooperativa en el discurso , de empresa en la facturación y de caja política en los hechos, todo parece estar dispuesto para desalentar la participación de los socios. Sistema que, hay que decirlo, se ha sumado a la tradicional falta de interés que ha evidenciado la gran mayoría de la masa societaria en los asuntos de su cooperativa.

Así las cosas, la lista Celeste y Blanca, sobre todo desde que la orienta a su antojo el hoy intendente obereño y antes presidente de la Celo Ewaldo Rindfleisch, ha gozado de una comodidad electoral reiterada. Cada año los socios eligen uninominalmente a los delegados de distrito que después, en una asamblea, forman el Consejo Directivo, órgano superior. Los comicios para la Celeste y Blanca venían siendo, insistimos, una mera formalidad sin riesgo de derrota.

Hasta que llegó noviembre de 2008.

El gobierno provincial (el Frente Renovador que comandan Carlos Rovira y Maurice Closs en ese orden) decidió competir para intentar arrebatarle la caja política a Rindfleisch, antiguo aliado . Se formó una lista, la Azul, que tuvo el apoyo necesario para movilizar gente el día del voto. Algo similar a lo que hace cada año la lista oficialista, la Celeste y Blanca, que cuenta con el apoyo del estado obereño. También compitió la lista Roja, que desde hacía siete años venía siendo una constante denunciante de los manejos que juzgaban poco claros en la Celo.

El 20 de noviembre de 2008, llamativamente, participaron más del doble de socios de los que habitualmente votaban. Llamativamente no por lo que fue capaz de movilizar la lista Azul (remisses que van a buscar a los socios a sus hogares para que voten en su distrito y otras formas de "apoyo logístico"). Ni por lo que siempre moviliza el oficialismo (la leyenda urbana cuenta que hasta les pagarían facturas atrasadas a algunos socios a cambio del voto). Y tampoco por lo que generó la lista Roja. Lo sustantivo de estos comicios fue la participación de cientos de socios que jamás habían ido a votar y acudieron sin que nadie los lleve y motivados solamente por las ganas de que las cosas cambien. Nunca antes había sucedido algo así.

El resultado con el desglose de números y porcentajes de votos ya ha sido escrito en éste blog. Se ha escrito que por primera vez en años, ganó la oposición. Los que pidieron un cambio-votando candidatos a delegados de las dos listas opositoras, la Azul y la Roja, fueron más que los que pidieron que se mantenga el status quo, a través de la Celeste y Blanca.

Ganó la oposición y éso ya se escribió en este blog.

Pero sólo se escribió en éste blog.

Creemos que el señor Rindfleisch no podrá quejarse jamás del trato que le dispensan los medios de comunicación misioneros. No sólo obereños. Misioneros.

Los dos grandes diarios provinciales y los mass-media obereños, al día siguiente de conocerse el resultado electoral-con una clara e inédita victoria opositora- contaron la noticia siguiendo la misma línea argumental que definió sin vueltas un medio gráfico obereño: "Final abierto en las elecciones de la Celo..." , titularon. ¿Final abierto?

El operativo manipulación informativa había comenzado. Se presentó a esos comicios como "parejos" con una desfachatez asombrosa. Nunca nadie, excepto un medio radial que anda por ahí, le contó a los obereños o a los misioneros de otras zonas lo que en verdad había sucedido.

Paralelamente, otra leyenda urbana-las hay muchas en Oberá-hizo circular que el oficialismo habría montado un operativo de cooptación de voluntades de los delegados electos por las listas opositoras. De hecho, y ésto no es leyenda sino un hecho de dominio público, una de las listas-la Roja-hizo una suerte de arreglo político con la Celeste y Blanca.

LLegó marzo y se hizo la Asamblea que debía renovar un tercio del Consejo de Administración. La Asamblea que debía dar cuenta del cambio pedido por la mayoría de los socios en el hecho político más novedoso en la historia política obereña reciente.

No dió cuenta de nada. El oficialismo retuvo la totalidad del Consejo con el voto favorable, incluso, de algunos delegados electos por la Azul y por la Roja. Decía bien Maquiavelo: "Piensa mal y acertarás...".

La lista Roja colocó, a cambio de ese apoyo en la Asamblea, al Síndico. Un cargo creado-teóricamente- para ser la defensa directa del socio dentro del organigrama administrativo de la Celo. Que en manos de la lista Roja podría convertirse en un fiscal de lo micro que ignore lo macro.

Como si nada hubiera pasado. Como si ese 20 de noviembre más de cinco mil personas hubiesen protagonizado un comicio virtual. Como si el voto del socio pidiendo un cambio de cosas no le importara a nadie. Así se manejó el asunto en los medios.

Debe ser cierto que Dios no quiere cosas feas. Una gran sequía azotó a Misiones, y en particular a la zona centro en la que se encuentra Oberá, y la falta de agua obligó a algunos pícaros a tener que seguir hablando de un tema que pretendían archivar: la necesidad de que las cosas cambien en la Celo.

Vale mencionar que aquella noche de marzo, la de la Asamblea que entregó gato por liebre, las autoridades de la Celo prohibieron la entrada a la prensa. Prensa que no pudo cumplir con su trabajo: el de informar. En Oberá hay un Círculo de Periodistas que agrupa a la mayoría de ellos. Sobre tan grave hecho no dijeron, como en la canción de Sabina, ni media palabra.

La manipulación de la noticia aparece aquí en todo su esplendor. Abiertamente y sin disimulos. Este ejemplo de como se puede alterar la realidad desde los medios debería ser estudiado en las carreras de comunicación social. La manipulación es un tema que no por reiterado ni porque encuentren símiles en otros lados debe ser soslayado. En tiempos en los que hay tanta organización que dice haber sido creada para buscar calidad en el ejercicio de la profesión y defender la libertad de expresión, convendría dejar la cháchara de lado y recordar que la funcion primera del periodismo es concreta: contar lo que pasa.

Éso. Contar lo que pasa. Cosa que se hace cada vez menos ante la falta de reacción de casi todos los que se pasan enunciando lo que su silencio frente a este tipo de manejos desmiente.

En Oberá se celebraron unos comicios en los que la mayoría de los votantes pidió un cambio .Cambio que nunca vino . Y lo que es peor. Ni siquiera informaron del pedido.

Final abierto...

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