miércoles, 7 de octubre de 2009

VOTAR O BOTAR

En mil novecientos cuarenta y ocho, el genial director siciliano- ganado para Hollywood- Frank Capra, estrenó un interesante film llamado "El estado de la unión". Capra convocó para los roles protagónicos a Spencer Tracy y a su inseparable Katharine Hepburn. Hay una escena en la que Hepburn, interpretando a la esposa de un político del partido republicano que encarna Tracy, le habla a ese gran actor del cine mudo y sonoro que fue Adolphe Menjou:
"Ustedes son políticos profesionales porque los votantes siguen siendo amateurs", le dice.
No está mal esa línea. Nada mal.
El gobierno nacional inició en marzo un conflicto con los sectores del campo y lo manejó tan equivocadamente que logró enfrentarse a quienes lo habían votado- así con "v"-, ya que un rápido recorrido por el mapa electoral de octubre de 2007 demuestra que los que se dedican a actividades rurales, mayoritariamente, sufragaron por Cristina Kirchner para Presidente de la Nación. Y tan mal manejó el conflicto el gobierno que para julio logró unirlos decididamente a quienes en aquél octubre intentaron botarlos-así con "b"-, eligiendo a otros candidatos.
Y aquí hay que detenerse. ¿Por qué los sectores vinculados al agro votaron asi con "v" y no botaron así con "b" en octubre?
La explicación que gana de punta a punta es la que da cuenta de que hace nueve meses los sectores del campo se veían favorecidos por la política económica del kirchnerismo si es que tales cosas-política económica y algo llamado "kirchnerismo"-existieron alguna vez. El punto es que los muchachos del agro no se detuvieron a analizar antes de emitir su voto que relación había entre la marcha de la economía y la marcha de la política. Fenómeno extensivo a todo grupo social o económico. Ésto de tolerar lo que sea mientras las cuentas cierren. O parezca que cierren.
A ver. No vamos a caer en el delirio de negar la importancia de la economía para cualquier ser humano y para cualquier sociedad. Bernard Shaw decía que "una renta suficiente es indispensable para la práctica de la virtud". En otras palabras. A todos nos gusta ganar buena guita. Además de que es algo indispensable para sobrevivir y para hacer algo más que sobrevivir.
Pero...Si la economía marcha más o menos bien o da esa sensación, ¿a los que gobiernan hay que aguantarles cualquier cosa?
Preguntado así, a quemarropa, seguramente saldrá disparada una respuesta negativa. Sin embargo nuestra historia más reciente, la de los últimos treinta años por lo menos, responde afirmativamente. ¿Por qué cayó el gobierno de Isabel Perón en 1976? ¿cuánto tuvo que ver el "rodrigazo" en ese golpe de estado que contó con el beneplácito de muchos que hoy se exhiben como campeones de la lucha por la vigencia de los derechos humanos? La hiperinflación se llevó puesto a Alfonsín, convirtió al entonces candidato Angeloz en un mero partenaire de Menem y a Menem en presidente por una década. La convertibilidad con la ficción de un peso igual a un dólar lograron que casi nadie se preocupara mucho por la megacorrupción que se "descubrió" después del "tequilazo" y los cimbronazos económicos de los últimos dos años del menemato. Hubo un tiempo, uno diría que desde 1983 hasta que fue presidente, que ganarle una elección a Fernando De la Rúa en la Capital Federal era imposible. De hecho, fue el primer alcalde porteño electo por voto directo de los ciudadanos tras la reforma constitucional en 1996. Hasta que un día la crisis económica acabó con tanto prestigio y lo botaron los mismos que antes lo habían votado.
¿Y los Kirchner? Mucho se ha escrito, mucho se ha dicho acerca de lo pésimo que cae en buena parte de la sociedad argentina esa actitud soberbia y agresiva, claramente patotera, del matrimonio y sus olfas. ¿Es qué acaso nadie sabía como gobernaban? ¿Ignoraban los votantes "K" como habían manejado Río Gallegos, Santa Cruz y hasta la nación toda con Néstor a la cabeza? Si se ignoraba es grave. Y si no se ignoraba es aún peor.
Así sucede por estas latitudes. Mientras la economía marche bien o eso nos parezca, los que gobiernan un municipio, un estado provincial o la República, pueden hacer literalmente lo que quieran. Mientras la economía marche bien. O eso parezca.
La sociedad suele estar al tanto de la corrupción pero sólo le importa cuando le tocan su propio bolsillo. Si le roban a otros es problema de los otros. ¿Quién vota pensando en la corrupción? ¿Quién?
La sociedad suele estar al tanto de que el sistema de salud argentino es francamente deplorable y que si uno se enferma un fin de semana, aún teniendo la mejor prepaga, conviene rezar mucho. ¿Quién vota pensando en como funciona el sistema de salud? ¿Quién?
La sociedad suele estar al tanto de que la Justicia en la Argentina es un chiste. Pero no importa hasta que quizás toca litigar y pasar por determinados suplicios o cuando se debe enfrentar en algún tribunal intereses más poderosos que los de cualquier hijo de vecino. ¿Quién vota pensando en como funciona la Justicia, en su celeridad, en su eficacia, en su grado de independencia real del poder político? ¿Quién?
La sociedad suele estar al tanto de que la educación está desde hace años en un tobogán. Pero a fuerza de ilusionarnos algunos se animan a postular una "mejora" en el área porque ahora nos rige una ley que no es otra que la de antes. Podríamos pedirle a cualquier chico de formación secundaria, para no hablar de la universitaria, que lea en voz alta un artículo de algún diario. Prestar atención a como lee y verificar que comprende de lo que lee. ¿sorprenderían los probables resultados? Entonces ¿quién vota pensando en la educación? ¿Quién?
La sociedad suele estar al tanto de que hoy por hoy, un delincuente le puede pegar un tiro a alguien a cualquier hora y en cualquier lugar y que ese hecho, además de ser cada vez más frecuente, quede impune y minimizado por los responsables de brindar seguridad desde el estado que se permiten además hablar de "sensaciones de inseguridad" como tomándonos el pelo ¿Y? ¿Quién vota pensando en ésto que pasa? ¿Quién?
Durante el primer gobierno del matrimonio, Néstor se pasó por el calafate la libertad de expresión, la independencia de poderes, la transparencia, el federalismo, el derecho al disenso y las necesarias reformas en salud, educación, seguridad y justicia.
Inexorablemente, cuando permitimos que los que gobiernan hagan cualquier cosa porque la economía va bien, eso termina afectando a la economía. Los productores agropecuarios acaban de comprobarlo.
Una lección que todos los argentinos deberíamos aprender y no aprendemos.
"Ustedes son políticos profesionales porque los votantes siguen siendo amateurs" , decía Katharine Hepburn en aquél film de 1948.
Pensar antes en como votar.
Para no tener que pensar después en como botar.
Somos muy amateurs.

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